42. DESTRUCTION (MYG)

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Corea - Diciembre, 2019.

Una pareja de ancianos caminaba entre los pasillos del mercado que solían recurrir, ansiosos buscaban aquello que prepararían para la cena de fin de año.

-¿Qué piensas de carne en salsa de ciruela?- preguntó la mujer.

-Mi vida, ¿es que acaso has olvidado que nuestro nieto es alérgico a las ciruelas?- respondió el hombre.

-¡En dónde tengo la cabeza!- expresó divertida la mujer.

-Creo que son los años mujer, la vejez te ha dado duro- se burló el hombre.

-Idiota, tú no...- varios gritos interrumpieron lo que estaba por decir. Justo frente a sus ojos yacía un hombre joven y sobre él, otro más, el cual mordía y desgarraba su piel, creando una escena desagradable y sangrienta frente a loa ojos de los presentes.

-Debemos salir de aquí- mencionó el hombre mayor tomando la mano de su esposa, pero ella no le escuchaba. -¡Debemos irnos ahora!- gritó cuando más personas se tornaban violentas, mordiendo y corriendo.

Apresurados y dejando todo lo suyo de lado, se perdían entre la multitud desesperada de gente, intentando llegar a su auto.

-No sueltes mi mano, ¿está bien?- pidió el hombre, intantando ser lo más rápido posible, cosa que se le dificultaba por su edad.

-¡Espera!- gritó la mujer cuando sus ojos se toparon con una niña pequeña. -Debemos ayudarla- pidió y el hombre algo dudoso aceptó. -Cariño, ¿dónde está tu madre?- preguntó a la niña que estaba de espaldas. -¿Preciosa?- llamó una vez más, quedándose helada cuando la niña giró hacia ella. Su rostro estaba cubierto de sangre mientras comía una mano de lo que parecía ser su madre. Sus reflejos fueron lentos y no pudo retirarse a tiempo, con agilidad la niña imfectada había logrado atrapar parte de su mano entre sus dientes, dejando una fea mordida. Con la fuerza que tenía, el hombro logró separar el cuerpo de la niña del de su esposa y corrieron una vez más hacia el auto.

-Estarás bien, iremos a un hospital- habló nervioso hacia su esposa mientras vendaba su mano con su pañuelo.

-E-estaré bien- repitió la mujer sintiendo algo de temor, ella había visto en lo que se habían convertido aquellas personas.

[...]

La ciudad se había vuelto un caos. En cuanto llegaron al hospital lo habían alejado de su esposa y aquello no había disminuido su preocupación.

-¿Abuelo?-

-Dios, Yoongi, que bueno que has llegado- suspiró el hombre mayor -¿Estás bien? ¿No te tocaron?- preguntó.

-Fue difícil llegar, ¿cómo está la abuela?- preguntó sin dejar de apretar sus manos.

-Uno de ellos la mordió... no quiero que nada le pase a tu abuela Yoongi, vi en lo que se transformaban esas cosas-

-Ella estará bien...-

-¿Familiares de la señora Min?-

-Somos nosotros- respondió Yoongi.

-Deben venir conmigo- pidió el médico haciendo que lo siguieran -Deben colocarse esto- pidió pasandole batas, gauntes y mascarillas. -El estado de la paciente es realmente malo, desconocemos el virus que se está propagando- suspiró -Posterior a su llegada la paciente presentó signos de violencia, apetito por la carne humana e inmunidad a medicamentos- les miró -Quiero que se preparen para lo que están a punto de ver- pidió justo antes de abrir la puerta donde estaba lo que antes era su abuela. Sus ojos eran grices, opacos y carentes de toda vida. En su rostro habían aparecido lineas violáceas, su nariz destilaba sangre que caía hacia su boca. Estaba amarrada e intentaba alcanzar a la enfermera que estaba cerca a ella. Esa no era su abuela.

-Señores, debo ser honesto con ustedes. No sabemos a qué nos estamos enfrentando, es un virus violento y altamente contagioso- explicó el médico -Si les dejé pasar fue para que la vieran por última vez y de alguna forma se despidieran de ella. El gobierno ha establecido la eliminación de todos los infectados... lo lamento-

-No, ustedes no pueden matan a mi esposa- expresó el señor Min.

-Señor... esa no es su esposa-

-¡No, no pueden matarla!- gritó alterado, intentando llegar hasta su mujer.

-¡Abuelo, es no es ella!- gritó Yoongi intentamdo retener su llanto -No es ella... no es la abuela, debes entenderlo... lo siento-

-Quiero ir con ella- expresó el mayor -No quiero seguir si ella no está aquí...-

-Abuelo...-

-La amo Yoongi, no sabes cuánto...- prosiguió tomando a su nieto por sus hombros -Estaré con ella hasta que llegue el final y después me iré a buscarla pero tú, mi querido nieto, debes vivir- dijo mirando directamente a sus ojos -Debes irte de aquí. Ve a casa y empaca todo lo que necesites, comida, ropa, toma el arma que teníamos para emergencias al igual que el dinero- suspiró -Busca un refugio Yoongi, tú tienes que vivir-

-No sé si pueda hacerlo, no quiero dejarlos, son la única familia que tengo- respondió Yoongi sin importarle dejar que le viesen llorar.

-Debes hacerlo, eres joven, lograrás escapar de toda esta tortura- señaló el hombre mayor -Harás lo que te dije, tomarás el auto y dejarás esta ciudad... si tienes algún amigo o alguien especial, búscalo, es mejor estar acompañado que solo en estos casos-

-Te amo abuelo- fue lo único que respondió antes de abrazar fuertemente al hombre mayor. -Gracias por todo lo que hicieron por mi, los amaré siempre- prosiguió apretando el cuerpo entre sus brazos.

-Lo hicimos porque te amamos- respondió besando su cabeza -Se felíz mi muchacho- fue lo último que dijo antes de besarle la frente y empujarlo para que saliera de aquel lugar.

Yoongi había perdido a dos de las personas que más amaba en su vida.

[...]

Habían pasado quizás tres o cuatro horas desde que había salido de su casa, iba manejando, intentando tener su mente despejada de todo lo que había visto y sentido, tenía una sola meta; llegar a busan antes de que la noche cayera.

-Solo espero que estés bien- murmuró para si mismo antes de tomar su teléfono y marcar aquél número que se había prometido no volver a marcar.

-¿Yoongi...?- su voz sonó dudosa y asustada.

-_____..., soy yo- respondió después de varios segundos y un sollozo se dejó escuchar.

-Dios, pensé que estabas muerto. Me alegra tanto poder escucharte- respondió la chica.

-No tienes tanta suerte cariño- respondió con una pequeña risa.

-Bien sabes que no es así- dijo la mujer -¿Dónde estás? ¿Estás bien?-

-Iré por ti, en menos de veinte minutos estaré en busan- expresó -Alista todo lo que puedas e intenta no hacer tanto ruido, tenemos que irnos de aquí-









Segunda parte el día juéves.

ʙᴀɴɢᴛᴀɴ ʀᴇᴀᴄᴛɪᴏɴꜱ 2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora