Capítulo 3: El desastre

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Simba, Haki y Kyto se adentraron en las praderas, persiguiendo a los tres desconocidos. Sin lugar a dudas, eran hienas, pero no parecían las que los cachorros de león estuvieran acostumbrados a ver. Finalmente, los forasteros llegaron a una colina desde donde se podían ver el terreno de los campos Mbali. En ellos, una gran manada de ñu estaba pastando tranquilamente. Los chicos se escondieron en unas rocas cercanas.

"Jejeje" rio uno de las hienas, "Miren cuantos suculentos bocados hay"

"Sí" se rio la otra, "Esto no hay en las lejanías. Esos reyes que tenemos son demasiado blandengues como para permitir tener este banquete"

"Es una suerte que no estén en las lejanías, pero hay que darse prisa antes de que la guardia del león llegue" terminó la otra.

"¡Sé quienes son!" susurró Kyto, "Ese de ahí es Tabaqui; la otra, ; el tercero es Mwongo. No son de fiar: son tres gamberros que andan robando comida en las lejanías"

"¿Han venido acá para cazar?" preguntó Haki, "Debemos llamar a la guardia del león"

"¿Acaso no serás el futuro líder de la guardia?" le cuestionó Simba, "Vamos, podemos con ellos"

"¿Pueden con quién criaturitas?" les gruñó una voz a sus espaldas.

Mirándolos por encima de la roca, tres cabezas se asomaban y las tres hienas los miraban con hostilidad y risas. Los cachorros se paralizaron al ver que estaban atrapados, pues las hienas se dividieron y empezaron a rodearlos en torno a un círculo.

"Oye, yo te conozco" le dijo uno (el que era Tabaqui) a Kyto, "Eres el cachorro de Jasiri y Janja"

"Dejadlo en paz" les dijo Simba, "Ustedes no tienen ningún derecho a venir a las praderas"

"¡Vaya!" dijo la que era Ganya, "¡Y con un par de cachorros de león! Niño deberías buscar mejor tus amistades: los leones y las hienas no deben ser amigos"

"¡Simba y Haki son mis amigos!" les gritó Kyto.

"Simba... Simba..." dijo el último, de nombre Mwongo, "Ese nombre me suena..."

"¡Pues claro que te suena idiota!" le gritó Tabaqui, "¡Es el descendiente del rey! ¡Y el otro es el hijo del líder de la guardia!"

"Pues que bien..." dijo Ganya, "Veamos si es cierto el rumor de que es la viva imagen del rey Simba..."

Las hienas empezaban a acercarse. Simba y Haki buscaban una forma de escapar.

"Simba, hay algo de polvo de tierra a tu derecha" le musitó Haki.

"Solo suficiente para uno" respondió este, "Ese Mwongo parece el tonto de la manada. Pero hay que correr hacia los campos Mwabli"

"Mejor que quedarnos donde estamos..." sugirió Kyto.

"Bien. Uno, dos... ¡Tres!" gritó Simba al mismo tiempo que le lanzaba tierra en la cara a Mwongo.

La hiena no pudo reaccionar a tiempo y el polvo le cegó la vista, momento que aprovecharon los tres cachorros para escapar a campo abierto. Las otras dos hienas corrieron atrás de ellos, dejando a su compañero limpiándose. Al llegar al borde de la colina, los tres chicos se subieron sobre una roca, sin imaginarse lo que ocurriría a continuación:

La roca no era estable, pues a penas estuvieron los tres encima, esta se movió y desprendió de la ladera, como una tabla de nieve en una colina. Los tres cachorros gritaron pues no podían controlarlo y se vieron lanzándose hacia el rebaño de ñu. Antes de llegar a piso firme, una roca se interpuso sobre la que estaba deslizándose y los tres se vieron volando hacia el rebaño. Por fortuna, habían caído sobre los animales, pero para su desgracia, Simba cayó mientras tenía sus garras fuera.

El Rey León 6: Más allá del ReinoWhere stories live. Discover now