Capítulo 3: Estás A Salvo

298 49 6
                                    

Caminando de un lado a otro la mujer daba ansiosas miradas por donde aquel cultivador se fue en busca de su hijo.

- Están tardando demasiado, ¡Debo ir a buscarlo!

- ¡Madam, espere! - el joven discípulo que Shen Yuan dejó al cuidado de la madre de Binghe se interpuso en su camino. - Shizun es realmente poderoso. Le aseguro que encontrará a su hijo.

- ¡¿Y si pasó algo?! ¡¿Y si está herido?! ¡¿Y si...?! - no pudo terminar la oración antes de que las lágrimas fluyeran y su garganta se obstruyera. - ¿Qué se supone que voy a hacer si algo malo le pasa a ese niño?

El joven la miró con empatía. La desesperación que manifestaba le recordó a la suya propia cuando perdió a sus padres a causa de unas criaturas igual de grotescas que las que atacaron esta aldea. Criaturas que, al igual que en esta ocasión, fueron exterminadas por su maestro.

"¿Quieres vivir? Entonces ponte de pie por tu cuenta. Solo los que tienen la verdadera voluntad de sobrevivir son aquellos que merecen la vida. Si estás dispuesto a vivir tienes que hacerte más fuerte, de esa manera nunca volverán a lastimarte. Nunca volverán a arrojarte al suelo y... Nunca volverás a perder algo otra vez."

Todavía podía recordar las duras pero serias palabras de su maestro ese día. A partir de entonces decidió seguirlo. Si aprendía de esta persona definitivamente se volvería fuerte.

No volvería a tener que llorar por la muerte de un ser querido nunca más.

- Shizun es fuerte. Traerá a su hijo a salvo. Se lo aseguro.

Haciendo su mejor esfuerzo por no desmoronarse, la mujer asintió ante las honestas palabras de aquel muchacho. Quería creer y confiar en que podría ver al niño que tanto amaba crecer para convertirse en el gran hombre que ella sabía en que se convertiría.

"Por favor, que mi hijo este a salvo."



...



Shen Yuan estaba furioso. Verdaderamente furioso.

Los niños, o mejor dicho engendros de Lucifer, se hallaban tirados en el suelo debido a la enorme energía que emergió de Xiu Ya, la cual pasó por sobre sus cabezas y se clavó al final del callejón con un crujido estremecedor.

Temblando y al borde del llanto, los niños miraron la espada incrustada en la pared agrietada por largos segundos hasta que la misma se desprendió y regresó por donde vino. Por instinto bajaron sus cabezas, protegiéndolas con sus brazos. La fuerte ráfaga alborotó sus cabellos y ropas, logrando que algunos perdieran el equilibrio y cayeran sobre sus traseros. Armándose de valor para levantar la vista sufrieron un muy visible estremecimiento al toparse con la gélida mirada del dueño de aquella espada que a todas luces era un cultivador.

Blandiendo a Xiu Ya y cubriendo la mitad inferior de su rostro con su abanico Shen Yuan camino de manera elegante en su dirección. - ¿Se puede saber que está sucediendo? - el tono frío en su voz le heló la sangre a todos los presentes.

Los niños tartamudearon. Por muchas excusas que buscasen no encontraban ninguna que justificara sus acciones.

- ¿Mm? ¿Les cortaron la lengua acaso? - preguntó con burla, mirándolos desde arriba con desdén.

Puede que pasaran años desde que en ese paisaje onírico compartido viese esta misma escena, donde Binghe era maltratado por los niños de este poblado, mas nunca olvidaría el rostro que su discípulo al tener que revivir tal evento como un espectador. La desesperanza e impotencia, enmascarada en furia, fue tan fuerte al punto de que Binghe terminó interfiriendo pese a saber el riesgo que conllevaría.

¡Quiero A Mi Esposo De Vuelta! (BingQiu)Where stories live. Discover now