Capítulo 29

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HOLA, SIENTO MUCHÍSIMO EL RETRASO, PERO PENSAD QUE ME CUESTA TRABAJO ESCRIBIR LOS CAPÍTULOS PARA QUE QUEDEN LARGOS Y BIEN, Y MÁS CUANDO ESTOY ESCASA DE INSPIRACIÓN.

A PARTIR DE AHORA, SI TARDO UNA SEMANA O DOS NO OS ALARMEIS, ESO SIGNIFICARA QUE AUN NO ESTOY ESCRIVIENDO, NO QUE HAYA ABANDONADO LA HISTORIA.

PUES BUENO, ESTE CAPITULO ES MUY LARGO Y CREO QUE OS ENCANTARA... TAN TAN TAN

ES QUE EN ESTE CAP SUCEDE ESO QUE TANTO HEMOS QUERIDO, POR FIN LUCA Y MARC CULMINAN...

HOY PERMITIRE QUE TENGAIS TANTA MENTE SUCIA COMO QUERAIS.

ESPERO QUE OS GUSTE ;)

Capítulo 29

(Luca)

-Lo siento, lo siento, lo sien...

Una textura blanda y cálida sobre sus labios le impidió seguir hablando, y un rostro se interpuso entre él y el resto del mundo. Luca abrió mucho los ojos, sorprendido y confundido. Se sintió desorientado cuando esa textura agradable comenzó a moverse levemente sobre su boca, temblorosamente; Tardó un poco en darse cuenta de que eran los labios de Marc los que se movían inseguros sobre los suyos. Enfocó la vista en el camarero, que mantenía los ojos cerrados y respiraba agitadamente. Luca los cerró también frunciendo el ceño, sintiéndose libre de miedos, protegido entre esos brazos fuertes que le constreñían la cintura y la espalda. El dolor de su cuerpo pasó a segundo plano, y uno de sus brazos delgados se alzó con dificultad, rozando la mejilla del mayor con la yema de los dedos. Ante aquel gesto inocente, Marc gruñó y le cogió la mano con la que le acariciaba la cara, pegándola más en su mejilla. Luca cruzó los brazos alrededor del cuello de Marc, pegando sus pechos, y el mayor acarició su espalda en círculos, deteniéndose deliberadamente en la espalda baja y parte de los glúteos de carne tersa y blanca. El de ojos celestes suspiró, preso de un alivio que jamás antes había sentido, viendo con los ojos entrecerrados y notando con sus dedos la tensión de su mandíbula. Marc parecía estar conteniéndose por algo, con una mueca de sufrimiento imprimida en el rostro. Pero Luca no quería que parase, tampoco que se contuviese por más tiempo.

-Báñate conmigo...- susurró Luca sobre sus labios en un susurro melancólico.

El camarero lo miró intensamente, prendándolo con sus ojos perforadores. El menor se estremeció, temiendo una respuesta negativa por su parte. Pero todas sus dudas se disiparon cuando, inclinando de nuevo el rostro, Marc lo volvió a besar suavemente. No era un beso lascivo, tampoco voraz ni lujurioso. Era un roce inocente, con apenas las puntas de sus lenguas rozándose. Ambos labios, estando húmedos por el agua y la saliva, se pegaban levemente al separarse entre beso y beso, mientras Marc se despojaba lentamente de todas sus ropas. Las respiraciones temblorosas morían en la boca del otro y, ambos inseguros y confundidos, se tocaban la espalda y el rostro casi con miedo y devoción mutua.

Luca se sentía en una irrealidad. Era él quien se había propuesto el seducir al camarero, el que iba a conseguir sexo con él. Pero lo que estaba sucediendo era muy distinto a lo que tenía en mente. No había previsto que los besos de Marc pudiesen causarle aquel efecto somnífero y relajante. Jamás pensó que un beso pudiese sentirse de aquella manera. Nunca había sentido tan intensamente las manos de una persona. Y aquello lo asustó.

Se apretó más contra el mayor, resguardándose por completo en sus brazos y cuello sin dejar de darse castos besos. Una vez Marc se hubo quitado toda la ropa, empujó levemente a Luca y se sentó frente a él, recorriendo el esbelto cuerpo de arriba abajo. El menor, en un arrebato de necesidad, se volvió a acercar al hombre, situándose entre sus piernas y rodeándole la espalda con los brazos en un fuerte abrazo. Una de las manos del camarero se situó en su cabeza, enredando los dedos entre sus hebras color azabache, mientras que la otra, traviesa, se escurría y deslizaba por sus nalgas, apretando éstas levemente. Ambas bocas volvieron a fundirse sin ser conscientes de nada más, ésta vez más desesperadamente en un beso más arrebatado y brusco. Luca le clavó la uñas en la espalda levemente, haciendo que el otro gruñese levemente excitándolos más.  Marc le apretó contra su pecho, provocando que el menor arquease la espalda en respuesta. Furtivamente, Luca escondió una de sus manos entre las piernas de mayor, llegando hasta su virilidad y cogiendo ésta suavemente. Marc dio un respingo de sorpresa cuando comenzó a masajeárselo, y Luca sonrió levemente separándose unos milímetros de sus labios.

MUERTE DE UN CHAPERO (homoerótica) Where stories live. Discover now