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Bakugo la soltó frente a la puerta de la habitación y ella se sentía tan avergonzada al mismo tiempo que agradecida.

Estaba agradecida de que Bakugo le siguiera en su silenciosa súplica sin hacer preguntas. No se sentía preparada para entablar una conversación o estar en el mismo lugar con Deku después de lo atrevida que había sido la otra noche. Ver su inocente sonrisa la hacía sentirse una abusadora pervertida.
Tampoco se sentía muy cómoda con la presencia de Todoroki. Podía sentir cierta tensión en el aire que no sabía muy bien de dónde o porque podría provenir.

¡Por Dios! Eran sus amigos ¿Que hacía huyendo en brazos de su explosivo compañero de clases en lugar de pasar el rato con ellos?

La mirada rojisa la penetraba y se sentía cómo un ciervo a los faros de un auto. Sus mejillas comenzaron a ponerse muy calientes por lo que se giró para abrir la puerta e invitarlos a pasar a su habitación ¿Para que? No lo sabía.

El primero en entrar y arrojarse sobre la cama fue el pequeño Katsuki. Ochaco le dedicó una sonrisa mientras entraba. Esto le dio tiempo para calmarse y encarar a Bakugo, quien se había recargado del marco de la puerta con los brazos cruzados sobre el pecho.

Los ojos de Uararaka resbalaron por las líneas de sus músculos tensos, siguiendo la trayectoria de las venas de sus antebrazos.

Santa mierda, se ve tan caliente.

Él la atrapó dándose un festín con su cuerpo, por lo que resopló divertido.

-Cuidalo.

Ochaco parpadeó saliendo de su transe.

- ¿Qué?

- Al mocoso.

Pudo haber protestado y negarse a una responsabilidad que no era suya pero su corazón dio un brinco de ¿angustia, talvez? Al observar cómo el chico se enderezaba dispuesto a marcharse de ahí. Ella había pasado una tarde muy amena en su compañía y por algún motivo no quería que acabará.

Se avalanzó para tomarlo de su camisa.

- ¡Espera! ¿A dónde vas?

Bien pudo mandarla a la mierda o decirle que no era su asunto pero está vez él solo la miró por sobre su hombro.

- Debo darle mantenimiento a mis granadas. Desde la última vez que fui a la agencia no las he usado. -El rubio rodó los ojos al ver su cara confundida, se giró para quedar frente a ella y se inclinó cerca de su rostro. -Están cargadas y por eso debo hacerlo solo.

Él la miró a los ojos a la espera de que ella lo soltara.

- oh... Si claro ... quiero decir ... yo cuidare de Katsuki hasta que vuelvas.

Soltando su agarre, la castaña le dedicó una sonrisa a la cual él le correspondió con las cejas fruncidas. Pero luego sus ojos rojos se pasearon por sus labios.

Esta muy cerca.

El olor a caramelo se hizo más intenso, nublando sus sentidos. No podía hacer otra cosa más que observar cómo Bakugo se acercaba peligrosamente a su cara.

Esta demasiado cerca.

Ochaco contuvo la respiración. Podía escuchar su propio corazón retumbar en sus oídos y había miles de mariposas revoloteando en su estómago. Era cómo la adrenalina que experimentaba cundo se enfrentaba a algún villano solo que está vez le agradó demasiado la sensación.

Todo se veía en cámara lenta, El chico se relamio los labios, solo estaban a centímetros de distancia ¿La iba a besar? ¿Porque no lo apartaba?¡Sería su primero beso! ¿Estaba bien que fuera con él? Ignorando el caos en su cabeza cerró los ojos y esperó.

𝖇𝖑𝖆𝖈𝖐𝖑𝖎𝖌𝖍𝖙 𝖌𝖑𝖔𝖜 𝖓𝖎𝖌𝖍𝖙Where stories live. Discover now