Capítulo 5

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Zack sostenía al chico con fuerza, no parecía querer soltarlo.

Por otro lado, el hombre temblaba de miedo, sus pies se colocaron en puntas ya que, Zack era mucho más alto y jaloneaba al hombre como si fuera un títere.

No lo soltó hasta unos segundos después, sujetando la cámara y mirando lo que había en esta.

Su expresión pasó a ser de confusión, obviamente eso solo duró unos segundos y volvió a fruncir el cejo.

Me acerqué a él y noté a las personas en la galería de fotos; yo, mis amigas y otras mujeres.

No me molestaba que me tomaran fotos, pero esas estaban tomadas desde otros ángulos, ángulos muy incómodos. La última foto, era sobre mí, fotografiaba mis piernas y mi cuello, tomadas desde muy cerca.

Zack expulsó la memoria USB de la cámara y la guardó en su bolsillo con fuerza.

—Escúchame bien, imbécil —espetó, señalándolo a la cara con el dedo—. No quiero volverte a ver haciendo esta clase de fotos, ni a ella, ni a cualquier otra persona. Te juro que te romperé la cara si vuelves a hacer algo así.

El chico, no muy joven, estaba totalmente pálido, asintiendo frenéticamente con la cabeza se dio la vuelta y se fue corriendo, se asustó tanto que no se llevó su cámara con él.

Me quedé mirando como se alejaba, hasta que Zack movió su mano al frente de mis ojos, ahí volví a reaccionar.

—¿Te encuentras bien? 

—¿Eh?

Suspiró agotado y negó con la cabeza, mirando al suelo. No dijo nada más y se dio la vuelta para volver al punto de encuentro donde estaban los demás. Yo, claro, lo seguí.

—Gra-Gracias, por lo que hiciste.

Bien hecho, los modales no quitan lo valiente.

Al llegar al punto de encuentro, él se pasó una mano por la nuca y se detuvo, miré a mi alrededor pero no había nadie, el personal no estaba, ni mis amigas o los chicos.

Traidores.

Nos habían dejado.

Recorrí con la mirada todo el pasillo y solo estaban unos guardias de seguridad en la puerta.

—N-No están.

—Fíjate que si no me decías, ni cuenta me daba, Bellota. 

—Si claro —dije con sarcasmo—. Espera ¿Qué es eso de "Bellota"?

—Si nunca viste Las Chicas Superpoderosas, no tuviste infancia, Scott —agitó la cabeza e hizo un chasquido con la lengua —. Te pareces mucho a ella ¿Sabes? Pareces dulce y muy femenina por fuera, pero puedes ser agresiva, con personalidad fuerte y malhumorada cuando lo necesitas.

Lo miré, totalmente sorprendida. ¿Acaso él pensaba eso de mí? Bueno, no es del todo verdad.

Ajá.

 Bueno, si es todo cierto, pero no iba a admitir que él tenía la razón en como soy.

—Te equivocas, chico —respondí seria—. No soy así.

—En este momento eres una mentirosa y los dos lo sabemos, Bellota.

Sonrió maliciosamente y volvió a caminar, directo a la salida.

—Te lo advierto, no me vuelvas a llamar así, Roberts.

—¿Entonces cómo te llamo? ¿Te parece Buttercup?

—¡Oye! Es lo mismo, solo que en otro idioma.

—Lo tomaré como un me quedaré con la primera opción.

(NO) Podrás Amarme © [COMPLETO]Where stories live. Discover now