Capitulo 34

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Dos meses después...

No quería despertar, estaba demasiado cómoda para abrir los ojos y empezar con mi día.

La sábana blanca cubría mi cuerpo hasta casi la cara y por ello el sol no era una molestia.

—¿Crees que no sé que despertaste ya? —el silencio en la recámara se rompió y los dos soltamos una suave risa.

—Debería dormir en mi propio cuarto los siguientes días —comenté, preparándome mentalmente para salir de la suave cama.

—Te dejaría hacerlo si eso es lo que quieres, belleza... Pero no es así, ¿verdad?.

Atrapada.

—Oye, por cierto, ¿qué haces allá tan temprano? —dije intentando cambiar de tema.

—¿Acaso no te gusta la vista?

—No... No es eso.

Tartamudee cuando Zack me miró fijamente, él estaba sentado en una de las sillas cerca a la ventana, en sus manos sujetaba su guitarra y escribía algunos apuntes en una hoja, no llevaba camisa y casi solo podía ver su espalda, porque no estaba de frente hacia mi.

Me levanté de la cama y me coloqué un suéter de lana, ya que me podía congelar del frío si solo iba en mi camisa de tirantes. Así me acerqué a Zack y miré atentamente lo que hacía.

—Tengo más inspiración de lo normal estos últimos días —desvió la mirada hacia mi—. Creo que se debe gracias a una persona.

Sonreí y puse mis manos sobre sus hombros, para luego abrazarlo alrededor de su cuello con suavidad.

—Te amo —dijo con seguridad—, te amo tanto que a veces me da miedo.

—No deberías tenerlo, Zack. No si el sentimiento es mutuo... Como en nuestro caso.

Sus ojos lucían más claros gracias a la luz y su rostro se me hacía tan tierno que le di un pequeño beso en la mejilla.

—¡Tórtolos! Es hora de desayunar —Maggie, tocó la puerta—, no demoren en bajar.

—Ya la escuchaste —me separé de él, aunque Zack me siguió con la mirada.

—Ni se te ocurra bajar con esos shorts —me detuvo—, ¿debería dejar en claro que esa visita me pertenece a mi?

—Eso sonó muy posesivo de tu parte, Roberts.

—Sabes que si estuvieramos solos no te diría nada, hazlo por esta vez, Bellota.

—Si yo me cambio, tú colócate una camiseta. Así estamos a mano.

Zack rió y asintió con complicidad.

—Trato hecho, Bellota.

Ambos nos cambiamos rápidamente y bajamos juntos a la cocina, donde nos esperaban Maggie y los chicos.

—Buenos días. ¿Listos para el desayuno?

—Siempre estamos listos para tu deliciosa comida quemada, si a eso te refieres.

—Por esa razón yo no cociné hoy, cerebrito. Lo hará Matthew.

Matthew sonrió y guiño un ojo, solo que no vi a quién exactamente.

Recorrí con mirada toda la habitación y observé que Olivia no fue capaz de devolverle el gesto a Matthew, ella lo miraba con atención.

Esto es raro. ¿Qué acabamos de ver?

(NO) Podrás Amarme © [COMPLETO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora