Capítulo 32

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—Necesito todo listo para mañana. No quiero presionarte, pero necesito presionarte, espero lo entiendas.

—Puedo hacerlo, no se preocupe —contesté calmada.

—Genial, sabía que podía contar contigo, Summer.

El director me miraba con seriedad mientras revisábamos juntos los detalles finales de todo lo que había estado trabajando en estas últimas semanas.

—Por cierto, el programa tuvo bastante éxito a pesar de tener pocos capítulos. Eso fue gracias a todos ustedes. Ahora están al aire los últimos capítulos pregrabados. Voy a consultar si tendremos que grabar más o si podemos dejarlo hasta ahí.

—Me alegra que su idea haya funcionado.

—No solo fue mía, pero ahora que hablamos de esto... ¿Piensas volver a vivir con todos los chicos? Aún hay algunas cosas que hacer, pero si no te sientes lista, podemos esperar.

—Sobre eso, decidí que quiero quedarme.

—¿Y puedo saber la razón? —preguntó intrigado por saber.

—Solo, no quiero terminar como Romeo y Julieta.

El director, sin entender muy bien mis palabras siguió revisando lo que le había entregado y mi móvil sonó en mi bolsillo.

—¿Es un mal momento para hablar?

—Es un gran momento, no te preocupes.

—¿No piensas decirme nada? Me siento muy excluido, Sunni —No podía verlo, pero estaba segura que hizo un puchero.

—Tengo muchas cosas en la cabeza, específica cuál de ellas es.

—La parte en que volviste con mi cuñado, ¿no es obvio?

—Que rápido vuelan las noticias.

—Claro, sería secreto si tu novio no estuviera más contento de lo normal en las últimas horas.

Reí bajo, imaginando a Zack. Era verdad que ambos estábamos mejor.

—Bueno... Ya que yo no te excluyo de mis cosas, ¿vamos a ver una película? Servirá para pasar tiempo juntos.

—No es como si no nos hubiéramos visto la cara por las últimas cuarentena y ocho horas, Cooper.

—Tienes razón, pero una película no estaría tan mal. Elije una de las opciones y me comentas, tengo que colgar así que te hablo luego.

Guardé mi teléfono y salí de la oficina, las nubes estaban oscuras y la lluvia no dejaba de caer desde hace casi una media hora.

—¿Le pido a un auto que la lleve, señorita Scott?

—Eso sería fantástico —respondí al hombre de la recepción.

—Estará aquí en menos de cinco minutos, entonces.

Esperé en el vestíbulo del edificio mientras la lluvia seguía cayendo afuera. Apenas unos minutos después, un auto llegó y el copiloto se acercó para abrirme la puerta.

Apenas me senté en el asiento del frente, el conductor aceleró en seguida el auto, me sujeté rápidamente de la silla e intenté colocarme el cinturón de seguridad con una sola mano.

—Disculpe, ¿podría reducir la velocidad? —le pregunté, tocando su brazo para que me escuchara—. Es peligroso con la lluvia, debería saberlo.

—Oh, claro. Lo haría pero no tengo tiempo y tengo instrucciones específicas de llevarla a otro lugar.

Me sentí alarmada por la respuesta del conductor y respiré hondo para calmarme.

—Tranquila, relájese que pronto llegaremos.

(NO) Podrás Amarme © [COMPLETO]Where stories live. Discover now