Capítulo 12: Nosotros

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Big Q no sabía cómo tomar aquella visita ni porque cuando ambos cruzaron miradas se mantuvieron en silencio. Fueron varios minutos en los cuales ninguno dijo nada, la incomodidad entre ambos creía con cada segundo que pasaba, tarde o temprano alguien tendría que romper el silencio pero ambos parecía negarse hasta que el Quackity de Karmaland decidió romper el silencio que existía entre ambos.

-¿Sigues enojado? -Preguntó él hacia el dueño del Casino.

Big Q no había escuchado aquel tono de voz con anterioridad por supuesto algo iba a salir mal en todo esto, era un tono neutro que dejaba ver qué estaba siendo cuidadoso con él aunque su vista estaba siendo evadida, K!Q estaba mirando al pato que se encontraba entre sus brazos como si evitará dejarle ver lo que estaba planeado en realidad, algo que realmente dejaba mucho que desear.

-Nunca lo estuve -respondió Big Q queriendo seguir de mala gana el tema.

-¡¿Entonces por qué me atacaste antes, cabrón?! -le reprochó el otro.

Big Q solo pudo recordar su "cálido" encuentro momentos después de aquellas palabras e incluso así solo sintió que el pato entre sus brazos parecía emocionado de tenerlo a ambos así de cerca. Los recuerdos eran divertidos pero tampoco era algo que pudiera llamar aceptable en sus condiciones actuales.

-Me hacias demasiadas preguntas y me llegaste a hartar así que simplemente quería callarte.

-Pues, eso se dice cabrón, no saltas sobre las personas a repartir chingadazos -dijo el otro con indignación en su tono de voz.

Big Q no quería seguir aquella conversación, simplemente quería que Luzu apareciera de la nada para cortar aquella plática aunque la curiosidad de saber porque buscaba al castaño lo invadió, puede que de ahí pudiera sacar algunas respuestas a sus preguntas pero algo dentro suyo seguía revolviéndose en rechazo al pelinegro de ropas color azul que estaba frente suyo, sin duda dos formas distintas de dejar en claro que eran completamente diferentes y sus vidas así como sus experiencias dejaban claro aquello. Al ver aquel rostro que dejaba ver las comisuras de sus labios moverse solo pudo ir subiendo hasta sus ojos dónde sintió algo de vergüenza al llevar una marca sobre uno de ellos, sin duda su belleza valdría más si tan solo no hubiera pasado aquello.

Su otro yo comenzó a divagar sobre muchos temas que cuando Big Q quiso seguirle el ritmo no pudo, había pasado de su primer encuentro a explicarle cómo aquel pato entre sus brazos se llamaba Calamardo y era ahora técnicamente hijo de tres personas, Luzu, Quackity de Karmaland y él, ya que aquel pato no iba a quedarse sin ninguno de ellos.

-Pero...

-¡Nada de eso! ¿Piensas abandonar a nuestro hijo? -preguntó el joven de vestimenta color azul mientras que el dueño del casino simplemente se encogió de hombros-. ¡Lo sabía! Vamos a ser una familia muy feliz.

Big Q no supo cómo terminó en eso ni podía seguir el ritmo de la conversación pero cuando se puso a hablar sobre su pasado se dió cuenta que tenían algo en común y es que confiar en las personas ninguno de los había terminado en tener a alguien de confianza al contrario, ambos dejaron de confiar en las personas que parecían poder darles lo mejor. El pato ahora llamado Calamardo, pasó a los brazos del joven de Karmaland quien no dudó en hablarle como si le hablara a un bebé dándole cariño y cambiando su tono de voz.

-Calamardo extraña mucho a su mamá -dijo imitando como si Calamardo hablara.

Big Q supo que su tiempo a solar no lo había dejado tan mal como dejo aquel Quackity y la desconfianza en si mismo creció, ¿realmente era así de idiota o solo estaba fingiendo? Si era un actor, era realmente bueno sabiendo cómo controlar a los demás.

-Calamardo debe volver con los demás -dijo Big Q mientras que el contrarió simplemente lo abrazo.

-No es un buen lugar para él, míralos, estaría conviviendo con puros plebeyos pero Calamardo es algo diferente -murmuró mientras iba ladeando su cabeza hacia ambos lados en señal de negación.

-Luzu lo tiene ahí por algo -dijo Big Q y K! Q soltó un suspiro.

-Lo sé, ha hecho un gran trabajo cuidando de él y siempre lo tendré en mi corazón por eso, es algo que aún nos mantiene unidos -dijo de repente.

-¿Es un lazo? -Lo cuestionó Big Q.

-Se puede decir que sí, es lo que me une a Luzu y lo que hace que Luzu esté conmigo -dijo Quackity mientras el corazón de Big Q se acelera con amargura.

No le agradaba para nada la idea de compartir a Luzu, no le agrado la idea de que su otro yo tuviera algo más cercano con el castaño pero eso también ataba puntos entre ambos, esa era la razón por la cual lo había dejado quedarse en su cama, confiaba en Quackity, lo veía como su Quackity cuando él no era el Quackity de Karmaland, era Big Q, el dueño del mayor lugar de entrenamiento, dueño de Las Nevadas, lugar donde perdió al único que podría ser su hijo aunque no fuera de sangre y dónde aquella promesa aún estaba por cumplirse.

-Comprendo -dijo Big Q con un tono neutro mientras se acercaba para tomar el pato entre sus manos-. Luzu no tardará en volver.

-Ay, mi Lusu, siempre estamos separados pero cuando nos vemos la conexión sigue ahí -dijo Quackity y Big Q simplemente no dijo nada.

Iba a ignorar aquella idea de clavarle algo, Luzu no era suyo, Luzu tenía una vida y todo lo que estaba pasando solo era temporal, era normal que su otro yo estuviera saliendo con el castaño, era normal sentir celos de alguien que tenía a su lado una gran persona. Luzu no les haría daño a ninguno de los dos y eso era algo que podría validar cualquiera en ese lugar, el amor de Luzu por Quackity era algo que Big Q no iba a romper, su otro yo merecía ser feliz más que alguien tan desdichado e incluso con mala suerte como él. Big Q sintió que no merecía amor, no merecía ni la más mínima esperanza sobre aquel tema.

-Conserva aquella conexión como si fuera un tesoro -dijo Big Q mientras que su otro yo comenzó nuevamente a cambiar de tema bruscamente.

Al final, ¿quién era él para juzgar si esos dos se amaban o no? Big Q espero en el fondo de su corazón que el final que tuvieran fuera agradable.

No pasó mucho tiempo más para que Quackity no se separará de su lado mientras contaba algunas anécdotas que tuvo en aquel lugar y comenzaba a hablar sobre un pequeño ser llamado "Titi" su hermano adoptivo, ya que bueno él y la familia disfuncional que se creó en un día eran todo un caos sin embargo, aún con todo eso se amaban mucho, Quackity amaba su familia y daría todo por ellos. Ambos caminaron por el lugar hasta alejarse casi lo suficiente.

-Hace tiempo estuve en una habitación solitaria con una cama para tres personas, creo que es ese mismo lugar donde vienes -dijo Quackity mientras que Big Q se detuvo en medio de la nada.

Quackity volteo a verlo con una sonrisa en su rostro. Ese hombre era una fingiendo inocencia y más hacerse el desentendido de los asuntos. ¿Cómo es qué sabía de su habitación?

-Ya nos conocíamos, simplemente no comprendo porque sigues fingiendo no saber nada frente a Lusu -agrego su otro yo y Big Q no supo qué responder.

Algo estaba terminando de encajar, entonces era verdad que ellos ya se conocían desde antes.

-Quiero que me escuches atentamente hijo de perra, no sé qué tramas con Lusu, no sé que pasa por tu mente pero sé de lo que eres capaz y no querrás tenerme como enemigo así que aclaremos algo antes nosotros más si Lusu estaba en medio de nosotros.

-Habla -dijo Big Q en respuesta.

-¿Qué es lo que recuerdas de nosotros? -Preguntó K!Q-. Así podré decirte que recuerdos te hacen falta.

Nota del autor:

K!Quackity nunca cambio de realidad pero tiene sus propios planes que mantiene bajo la fachada, recuerden que también es bien manipulador y muchas veces hace lo necesario para conseguir lo que quiere.

Solo viajando entre dimensiones se borra la mente, así que... ¿Será alguien de fiar?

From Dusk • LuckityWhere stories live. Discover now