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𝖩𝗈𝗍𝖺𝗋𝗈 𝗒 𝗅𝗈𝗌 𝗍𝗂𝗈𝗌.
[ 7 | ᴜɴ ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴇsᴘᴇᴄɪᴀʟ
ᴄʀᴇᴏ ʏᴏ ]


ʟᴀᴍᴇɴᴛᴏ ᴄᴜᴀʟǫᴜɪᴇʀ ᴇʀʀᴏʀ ᴅᴇ ᴏʀᴛᴏɢʀᴀғɪᴀ.


La pareja de azul favorita quería tomarse un día para ellos, únicamente para ellos, una cita si esque podríamos llamarlo así, pero les surgió un pequeño y adorable inconveniente, un tierno problema llamado "Jotaro", supuestamente tras la separación de sus padres el niño pasaba ciertas semanas con uno y luego con la otra, hoy era uno de estos días donde Miyamoto debía cuidarlo; el conejo en principios había propuesto llevarlo con ellos, mas Leo no estaba tan convencido, no esque el pequeño le caiga mal, no, al contrario, era solo que si su padre era distraído al no tener que caminar entre humanos no quería ni imaginar como sería el pequeño crío tras esa regla, le daba horror pensar en las cosas que le podrían hacer a su "hijastro", así que, con sus hermanos organizaron de que ellos lo cuidarian, tuvo que dar varias charlas ayer para poder lograr esto, pero lo hizo al fin y al cabo. Por parte del samurai, la sola idea de dejar solo a su pequeño "retoño" lo aterraba como nunca, en si cabeza ya habían pasado los mil y un escenarios que acababan mal, pero intento confiar.

-Recuerden que-

-¿Que debe comer frutas si quiere algo dulce? Ya lo dijiste.- Dijo Rapha cruzado de hombros.

-Si, porque-

-Porque un conejo de su edad no puedo consumir tanta azúcar porque enloquece, viejo, ya lo dijiste, solo relájate.- Le dijo el menor de los hermanos quien cargaba con el pequeño bolso con las cosas del infante.

Con todo el pesar e inseguridad del mundo fue con el líder en pasos lentos tratando de quitar todo lo malo en sus pensamientos.

-¿Como te llamas?- Pregunto el niño a la tortuga morada, Donnie se sentía ciertamente nervioso de tener que convivir con un infante, al igual que el conejo era demasiado paranoico y creía poder lastimarlo física o psicológicamente si hacía algo mal, ya sea la más mínima cosa.

-Donnie, ¿cómo te llamas tu?- Con algo de miedo estrecho la diminuta mano del conejito quien le sonreía.

-Soy Jotaro, tu nombre me hace acordar a una Dona.- Solto de la nada el niño.

-¿Lo se, no? Oye ¿sabes quién si es genial?- Pregunto Mikey ganando una mirada confundida de parte del menor. -¡El tío Mikey!- Nadie le iba a robar su puesto soñado de tio favorito.

-¿Por que mi papá fue con tontonardo?- Ignoro completamente lo que dijo el de máscara naranja. A Rapha le hacía gracia como aún recordaba el apodo que le había enseñado esa vez en la que se puso celoso.

-Porque tu papá tiene pésimos gustos.- Bromeo el rojo ganando un codazo de parte del listo.

-Si, me doy cuenta.- Miguel Ángel aguantaba carcajadas al ver su pequeño ceño fruncido.

-Pero bueno ¿qué quieres hacer ahora?- Pregunto Mikey queriendo realizar actividades con su sobrino, o bueno, el lo consideraba su sobrino, esa idea le encantaba.

-No sé, nunca tuve tíos.- Era un progreso el que ya los estuviera viendo de esa forma, un buen progreso. -¿Que hacen ustedes cuando están aburridos?

-Aveces hablamos, o entrenamos, leemos comics.

-Esas son cosas que tu haces, yo paso tiempo en mi laboratorio, o escribiendo ideas.

-Meh, patear es más divertido.- Sonrío el rojo.

-No creo que eso sea adecuado para un niño.- Contradijo el listo. Se le ocurrio algo.- ¿Que tal si te hacemos preguntas para conocernos mejor?

𝘼𝙢𝙤𝙧 | leosagiˢᵒᶠᵗWhere stories live. Discover now