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𝖯𝗎𝗋𝗈𝗌 𝗆𝗂𝗆𝗈𝗌
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Era uno de esos pocos momentos donde la pareja podía estar tranquila, estaban acostados en la cama de Leonardo, abrazados, era tarde, ya se acercaba la hora de la merienda y ellos solo seguían echados, era un momento agradable la verdad, sin preocupaciones de nada ni de nadie, era un momento perfecto, hasta que el conejo despertó, no sabía muy bien la hora que era pero ya deducía que debía regresar a su mundo, después de todo mañana le tocaba a él pasar la semana con Jotaro, ya que debido al divorcio con Tomoe se estuvieron turnando para pasar tiempo con el conejito, aunque claro, había veces en las que Usagi hacía ciertas trampas para pasar más tiempo con su hijo.

-Mmhh, Leo.- Llamo el samurai tocándole la carita para tratar de despertarlo.

-Mmmh.- Contesto con sueño.

-Ya me tengo que ir.- Al oír eso mas que soltar al conejo solo provocó que lo abrazara mucho más, el samurai solo río por la acción. -Vamos, estuvimos aquí como unas ¿8 horas? Creo que fueron 8 horas.-

-Solo un rato más.- Recibio un beso en la frente, le parecía tierno como Usagi creía que eso iba a ser un beso de despedida.

-Enserio, me debo ir, pero mañana tal vez pueda volver a la tarde si esque estas desocupado.

-¿Por que a la tarde? ¿Por qué no siempre?- Su tono de voz con sueño le daba tanta ternura.

-Porque mañana debo estar con Jotaro. - Respondio con simpleza.

-¿Por que no puedo acompañarte?- El tan solo pensar en pasar el día con sus dos lindos chicos le hacia mucha ilusión, imposible negarse.

-Bueno, claro que puedes, pero eso mañana, ahora me debo ir.-

-No, pascua ya se acerca y necesito a mi conejo listo para entonces.- Esta escusa se la acababa de inventar pero según el había sido la mejor frase de la vida, termino abrazando más al samurai.

-No sé que será pascua pero estoy seguro de que no se acerca. - Sonrio.

-Mmmh, te dejo ir con una condición.- Dijo de forma dramática, ni que lo tuviera secuestrado.

-¿Ah si? ¿Cual condición?

-Solo un poco de mimos, y te vas. - Dijo lo último con drama, como si fuera lo peor del mundo.

-Mmh, bueno, me parece justo.- Y sin más empezó a besar la cara del líder quien sonreía gustoso el recibir los besos acaramelados.

Y así siguió con un vaivén de besos y caricias, en la cara y el cuello e incluso los hombros, Leonardo también quería devolverle esa atención, por lo que empezó a repetir las acciones del conejo en modo de agradecimiento. A ambos les encantaba besarse, les encantaba tratarse de esa forma, sin que nadie les dijera que eso era cursi o algún comentario de ese estilo, no les importaba, no les interesaba que algunas personas piensen que eso les ablanda, a ellos les gustaba y era más que suficiente.

-Eres muy bonito Leo.- Aquí empezaba su parte favorita, los comentarios dulces de Usagi eran simplemente su parte preferida de todo esto, le encantaba que el samurai le hiciera sentir amado. -No entiendo como la gente de tu mundo puede considerarte un monstruo.- Confeso recordando lo que le habían dicho con respecto a la visión de los humanos.

𝘼𝙢𝙤𝙧 | leosagiˢᵒᶠᵗOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz