Capitulo 11

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Con su plan en mente, Hyunjin abandonó su oficina y se fue hasta la de su hermano. Para su suerte Sam seguía allí y no se había ido aún.

-Que milagro. –Exclamó Sam con diversión- ¿Desde cuándo nuestro poderoso Hyunjin visita al pobrecito de Sam?

Hyunjin rodó los ojos y lo ignoró. Parecía imposible que, habiendo nacido el mismo día y a la misma hora, con solo cinco minutos de diferencia, siendo tan iguales físicamente, fueran completamente diferentes en personalidad, hasta el punto de no tener nada en común entre ambos.

Hyunjin cerró la puerta a sus espaldas y se sentó frente al escritorio de su hermano. No llevaba a la oficina de Sam ningún asunto de interés comercial, sino que era algo pura y exclusivamente personal.

Aun no sabía cómo haría para evitar que su hermano no saliera con Minho aquella tarde y en su lugar poder hacerlo él. ¿Amaba a Minho? No lo sabía. Jamás había tenido una pareja. Nunca creyó que existiera el amor hasta el extremo de inquietarlo. Hyunjin estaba nervioso. ¿Por Minho y su hermano? No lo sabía.

Hyunjin se preguntaba qué diría y haría Sam si supiera la realidad de su juego. ¿Sam amaba a Minho? Era de esperar que así fuera ya que al otro día de haber llegado de su viaje se fue a buscarlo. ¿Sería para Sam un entretenimiento más?

Sam es de los que no pueden estar con una sola persona por demasiado tiempo. Y Hyunjin, que no salía con nadie y un día por fin lo hizo, aunque no supiera si estaba enamorado, al menos estaba interesado hasta el punto de que dentro de él nacía una insufrible inquietud y nerviosismo. Era absurdo.

¿Qué esperaba de aquel juego? No iba a casarse con él. No lo haría. Estaba destinado a continuar el deseo de su padre de un matrimonio de conveniencia.

-Pues vos dirás, Hyunjin. –Dijo Sam apartando los papeles que leía y centrando su atención en su hermano.

- ¿Es que no puedo simplemente visitarte en tu oficina? –Preguntó. Sam se reclinó en su silla soltando una pequeña risita.

-Claro que sí, Jinnie. Solo que no me tienes acostumbrado a tus visitas.

-Necesito que hoy lleves unos documentos a uno de nuestros socios para que lo firmen. –Soltó de repente.

- ¿Cuándo? –Preguntó molesto Sam.

-Esta tarde. –Respondió y seguidamente agregó- Tiene una hija muy atractiva. Viven en las afueras de la ciudad. Ve en tu auto hasta allá, seguro te invitarán a cenar.

-No me seduce el plan. –Dijo Sam- Envía a tu secretaria. O sí no, se los hubieses dado vos hoy a la mañana.

-Se me olvidó. –Mintió Hyunjin, ya que la verdad era que fue un descuido voluntario- Es importante que lo hagas vos. Mi secretaria no merece toda mi confianza en este asunto.

-Mierda. –Se quejó Sam- ¿Y por qué no vas vos? Si, como decís, tienen una hija hermosa... ¿O es que ya no te gustan las mujeres?

-No se trata de eso. –Se impacientó Hyunjin- Yo tengo otros asuntos que resolver.

-Mira, Hyunjin. Yo tengo un compromiso hoy. ¿Recuerdas al modelo del que les conté? –Hyunjin solo asintió con la cabeza a modo de respuesta- Ayer quedé en salir con él. Tengo que ir a buscarlo.

-No te preocupes por eso. –Dijo Hyunjin- Lo llamo por vos y me disculpo.

-No, no. –Se enojó Sam- No soy de los que se disculpan. Aparezco o no aparezco. Estaría bueno que yo me disculpara.

-Está bien, no te disculpes. –Dijo Hyunjin- Ve hasta la casa de nuestro socio y ya mañana sales con tu modelo.

-Tanto vos como papá abusan de mí. –Comentó molesto.

Los gemelos Hwang - [Hyunho]Where stories live. Discover now