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❝  creo que estoy enamorado ❞

Las palabras de su amigo habían sonado serias, seguras y hasta cálidas, su corazón latió velozmente cuando las escucho, estuvo más que satisfecho y emocionado por su respuesta.

No lo sabía el porqué, no sabía cómo, no sabía desde cuándo, pero sabía que algo había cambiado.

Quería que noni se quedase a su lado, quería escuchar sus tontos chistes todos los días, quería probar los extraños platillos que preparaba todas las tardes, quería ver su hermosa sonrisa que iluminaba su vida, quería abrazarlo y sentirlo cerca cada que pudiese.

Quería todo lo bueno de noni y todo lo malo también.

Quería estar para el cuando riera y cuando llorara, quería estar con él en sus éxitos y sus fracasos, quería estar con él en tiempos de paz y en tiempos de conflicto, queria estar con él.

Quería que solo fueran ellos tres, Noni, Tanizen y Mapache.

Quería estar por siempre con su "esposo" y su hijo.

¿Pero que estaba pensando? No, no era normal lo que hacía, no era normal que alguien pensara, se sintiera y deseara cosas así de un amigo.

¿Pero si quiera veia a noni como un amigo? En un momento sin dudas lo vio así, sin embargo se desvío de ese camino hace tanto tiempo y no se dio cuenta.

Los amigos no se besaban, los amigos no se miraban como ellos lo hacían, los amigos no pensaban en el otro todo el día, los amigos en su interior no deseaban estar verdaderamente juntos como parejas y criar a un pequeño gato.

Tanizen suspiro y paso su mano por su cabello frustrado, estaba agotado de tanto pensar y de tanto cuestionar sentimientos que nunca imagino tener por alguien como noni, en esa situación sólo le echaba la culpa a ese gato, todo empezó desde que llegó el.

Todo era culpa de ser padres de un gatito.

—Señor tanizen, ¿está bien?— Ollie estaba preocupado, había bajado del segundo piso de la tienda para buscar algunas pinturas extras y así poder seguir trabajando en el cuadro encargado por su jefe y lo primero que vio al entrar en la sala fue a su jefe con cara de querer morir.

Tanizen se acomodo su cabello e intentó verse lo más normal posible, en otras palabras, puso su cara de enojo como siempre estaba. —Si. ¿Terminaste la pintura?—

Ollie suspiro un poco cansado y negó con la cabeza. —Aún no señor Tanizen, estoy muy ocupado, atender la tienda y terminar los otros pedidos me tiene hasta el cuello.—

—Tienes razón, es demasiado trabajo para ti.— Tanizen miró alrededor unos segundos, por estar metido en sus pensamientos no se había percatado que no había venido de nuevo cierto trabajador. —¿Donde está imantado? Joder, el chaval cree que le pagamos por nada, ese gilipollas.—

—Oh eso.— Ollie movió sus manos nervioso, imantado le había dicho que el jefe ya sabía que no iría, al parecer le mintio de nuevo y ahora el tenía que enfrentar el enojo de tanizen. —El me dijo que usted ya sabía y por eso no me queje antes. Me pareció muy tonta su excusa y hasta pensé que había enloquecido por permitirle faltar. —

—Yo no sabía nada, ¿que excusa dio?—

—Dijo que tenía que evitar una boda.—

𝘗𝘢𝘥𝘳𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘨𝘢𝘵𝘪𝘵𝘰 ♡ #𝙣𝙤𝙣𝙞𝙯𝙚𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora