CAPÍTULO V- The truth of Luna

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Capítulo V: The truth of Luna

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Capítulo V: The truth of Luna

Luna estaba tirada en la cama junto a Jacob mientras le leía un libro

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Luna estaba tirada en la cama junto a Jacob mientras le leía un libro. El más grande la estaba ignorando un poco, pero Luna se conformaba con su presencia. No tenía mucho tiempo para pasar con su hermano, era por eso que no se quejaría por eso.

En la noche habría una fogata en donde su padre contaría las típicas leyendas de su tribu. En su opinión, el era el mejor narrador, cautivaba al instante al público.

Ir a las fogatas se había hecho costumbre para Luna. Era una buena forma para despejar su mente y nutrirse de historias sobre su origen.

Aunque era un poco molesto escuchar a Jacob quejarse de que Seth estuviera cerca de ella. No era algo de su gusto.

Seth le caía bien era un gran chico, no entendía el comportamiento de su hermano. Después de todo, a ella le molestaba un poco Bella Swan, pero no hacia nada cuando estaba con ella.

- ¿Qué crees que pasará ahora que Petter y Susan no pueden volver a Narnia?- le preguntó mientras cerraba el libro y se quedaba mirando el techo.

Jacob la miró un tanto obvio, sabía que no era la primera vez que leía esos libros.

- No lo sé, dímelo tu. Desde que tengo memoria tienes esos libros. Te los has leído miles de veces.- Luna se cruzó de brazos.- ¿No quieres ir a la playa? Caminemos antes de que empiece la fogata.

- Prefiero quedarme leyendo y cuando sea hora de la fogata ir. Además de que si vamos a la playa te voy a enterrar en la arena y juro por nuestros ancestros que no podrás salir.

Luna se levantó de la cama, dejó el libro con su saga, para después agarrar uno que hizo que Jacob riera.

- Creo que tienes una gran obsesión con la ladrona de libros. Podrías leer otras cosas.

- La ladrona de libros es genial, Jacob.- se tiro sobre él, aunque ni siquiera intento moverse.- Me encantaría que la muerte narrará mi vida desde su perspectiva.

- ¿Qué tiene eso de divertido?- Jocob frunció el ceño.- Ya sabes que no me gusta hablar acerca de ese tema.

Si alguien preguntará cuál de los Black era el más sensible respecto a Luna, era Jacob. Aún le costaba asimilar la idea de que el esfuerzo de su hermana no sirvió de nada y que pronto se iría.

La vida era injusta para él, injusta para Luna. Y era un tema que no le gustaba para nada tocar. Lo ponía sensible.

- Yo solo quería ver su perspectiva. Quiero saber la razón por la cual tengo que soportar todo esto. Es como si faltará algo en vida por cumplir, y por eso aun no me he ido.

Su charla se detuvo en cuanto el timbre sonó. Ambos se miraron extrañados, aunque Luna se encogió de hombros y se levantó. Quería ver quien era.

Al abrir la puerta vio a Seth. Parecía haber corrido, sus mejillas estaban rojas y tenía un porte tímido. Como si todo de lo que estuvieron hablando hasta el momento no habría servido de nada.

- Hola Seth.- Lo saludo con una gran sonrisa que hizo que el lobo se derritiera.- ¿Qué te trae por aquí?

- Hola Luna. Quería que vinieras conmigo a caminar.- rápidamente negó con la cabeza.- digo a ir a la fogata.

- Claro, porque no.- tomó su llave de la puerta.- ¡Jacob, me voy con Seth a la fogata! ¡No te mueras en tus penas!

Luna tomó la mano de Seth al ver lo congelado que se quedó al descubrir que Jacob estaba en casa. Desde que Jacob lo había amenazado una vez, jamás volvió a ser el mismo.

Aunque ahora su pánico era ver a Luna como caminaba sosteniendo su mano. Seth junto un poco de valor y entrelazo sus dedos. Seguiría los consejos de Jane. La pequeña Swan era una niña sabía.

Luna al notar el gesto de Seth, se volteó a sonreírle. Era gratificante cuando tomaba la iniciativa. Después buscaría la razón por la cual su corazón latía tan rápido y con tanta fuerza.

- Aún es temprano, ¿caminamos?

- Claro. ¿Quieres que te lleve el tanque?

- No gracias, yo puedo.- Luna vio como la cara de Seth cambió, conocía ese gesto. Quería preguntarle algo.- Pregunta lo que tú quieras, no me molesta.

- ¿Podrías contarme todo acerca de lo que tienes?- Seth miró la arena.- Claro, solo si no te molesta.

- Quédate tranquilo, no me molesta para nada.- Luna empezó a mirar el cielo, estaban por presenciar el atardecer.- A mis nueve años empecé a tener problemas respiratorios. Recuerdo que una noche me internaron de urgencias en el hospital, su primer diagnóstico fue asma. Me dieron el tratamiento, pero yo solo empeoraba. Mi padre decidió llevarme al hospital de Forks, me atendió el doctor colmillos y finalmente detectaron un cáncer en mi pulmón.

- No sabia que el doctor Cullen te atendía. ¿Alguna vez viste alguna actitud suya que lo delatara como vampiro?

- En absoluto.- dijo soltando una pequeña risita.- Carlise es muy cauteloso, ese hombre me cae demasiado bien. Bueno, después de ese diagnóstico empecé con demasiados medicamentos hasta hace un par de días. Llegué a la etapa final.

De un momento a otro el aire dejó de entrar en Seth. Finalmente ella le había confirmado lo que más temía. Al parecer todo era verdad, no compartirían todo su vida con su impronta.

Eso hizo que su lobo se deprimiera. ¿Por qué tenían que ser tan injustos con ella?

Luna al notar el cambio repentino en la actitud de Seth, apretó más fuerte su mano. El de inmediato conecto su vista con la de su impronta.

Por primera vez, de varias veces mirándola, se dio cuanta de algo. Sus ojos brillaban, pero parecían estar al punto del colapsó.

Su pecho había comenzado a doler en ese mismo momento. Luna estaba sufriendo y nadie podía hacer nada al respecto.

- Quédate tranquilo, aun no esta en mis planes irme.- empezó a caminar más rápido.- Vayamos a enterrar a mi hermano en la arena, tómalo como venganza.

- Luna.- ella se detuvo para escuchar a Seth. Lo miró sin comprender, el nunca se ponía así de serio.- Aunque aun no te pueda dar mis razones, siempre estaré a tu lado, prometo acompañarte hasta el final y que ese brillo sea igual que el de la Luna llena.

Luna sonrió con la mejillas un tanto sonrojadas para volver a caminar en dirección de la casa de Emily.

Las palabras de Seth habían sido como música para sus oídos. Estaba feliz.

ACENDRADO³ | Seth Clearwater Where stories live. Discover now