CAPÍTULO XI - Problems.

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Capítulo XI: Problems

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Capítulo XI: Problems.

Después de unos días agitados, al fin había un poco de paz en la vida de la manada

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Después de unos días agitados, al fin había un poco de paz en la vida de la manada. Ese día había decidido tener un día de playa todos juntos y pasar un día en familia y diversión.

Luna se encontraba junto a Seth y Jane haciendo un castillos en la arena. Se estaban divirtiéndo los tres mientras ignoraban por completo a los demás, quienes estaban jugando Fútbol.

Luna no estaba en perfectas condiciones y nadie parecía notarlo. Su pecho dolía más de lo normal y sentía que en cualquier momento el aire dejaría de entrar. Cada unos cuantos minutos una punzada la invadía.

Pero se negaba a decir algo, pensaba qué era algo normal por su situación, quería seguir disfrutando el día.

Por otro lado, la Swan estaba feliz de ver más animada a su mejor amiga y todo era gracias a Seth.

Para Jane, la mejor pareja. Aunque dijeran que solo eran amigos.
Aunque Luna y Seth aun no habían hablado de lo que había sucedido hace un par de días. No se animaban a dar un paso adelante.

— Seth, trae un poco más de agua.— Jane le entrego la cubeta.

El chico emocionado fue a buscar agua. Estaban intentando hacer un buen castillo, que sea bastante grande. No se conformarían para nada en algo simple.

— ¿Cómo te preparas para la boda de tu hermana?— le preguntó Luna mientras colocaba la arena en el molde.

— Bien. Aunque todavía no se que palabras decir. No tengo mucho que decir más que "Edward eres un idiota, espero que trates bien a mi hermana porque o si no te tiraré un encendedor encima."

— ¿Algún día lo perdonarás?

— Eventualmente lo haré. Solo que me encanta ver lo tenso que esta cuando yo estoy cerca. Es como si no quisiera decir nada enfrente mío que lo pueda perjudicar, es divertido.

— Eres cruel, Jane.— dijo Seth dejando dos cubetas de agua en la arena.

— Yo no soy cruel, yo soy justicia. Bella lo perdono muy rápido, yo lo hubiese hecho sufrir. Pero bueno, esta muy enamorado de él.

— Yo haría lo mismo que Jane si se tratara de Jacob. Así que somos dos contra uno, Seth.

— No es verdad, yo estoy de tu lado, Lu.

Luna y Jane se miraron, era muy divertido para ellas ver a Seth de esa forma. El era capaz de cualquier cosa, pero nunca de contradecir a su impronta.

— Razón número 10 por la que los lobos son raros.

— Cuando seas grande lo entenderás.— le dijo Luna divertida.

— ¿Tu también, Luna?— Jane se cruzó de brazos indignada.— Todos los chicos de la manada me dicen lo mismo, ahora tu también. Son crueles.

— No es la gran cosa tranquila. Solo se ataran los cabos sueltos de tu vida y tendrá todo más sentido. Pero es algo irrelevante.

— Yo no diría que es algo irrelevante.— Luna lo golpeó con el brazos mientras le seguía sonriendo a Jane.

— No le hagas caso.

— Bien, espero que sea algo bueno. Porque o si no, cuando sea grande, les daré su merecido.

Su conversación fue interrumpida en el momento en que la pelota cayó sobre su castillo. Los tres miraron al mismo tiempo al causante de destruir horas de esfuerzo para que quedará perfecto. Y ahora no era nada más que arena.

Jared les sonreía amablemente como para que no lo mataran. Pero Seth fue el primero en levantarse y empezar a perseguirlo. Luna negó con la cabeza. Había pensado en lo perfecto que hubiese quedado es castillo.

Mientras que Paul llevaba a Jane para que comieran. Luna se levantó de la arena y de inmediato llevó su mano al pecho. Una punzada nuevamente. Ya no era normal.

Seth corrió hacia ella extrañado cuando la vio quieta en el lugar. Su instinto le decía que algo andaba mal. Sam quién también lo había notado se acercó a ambos.

— ¿Estás bien, Luna?— le preguntó Seth. Estaba sumamente preocupado.
— Solo estoy teniendo punzadas en el pecho.

— Después de almorzar, iremos rápido al hospital.— le dijo Sam.— Será rápido, evitaremos que esto pase a mayores. No te preocupes.

— Bien. Gracias, Sam.

Seth tomó el tanque de oxígeno en sus manos y caminaron de forma lenta hacia los demás. Se sentaron juntos y Seth le pasaba las hamburguesas.

Incluso por un momento el dolor pareció desaparecer y se sentía muchísimos mejor. Quizás no había nada de que alertarse.

Después de comer Luna se levantó y fue un poco lejos de la ronda. Necesitaba relajarse, eso le había recomendado el doctor Carlise para esas situaciones.

Pero no parecía funcionar para nada. El aire no entraba y aunque llevara el oxígeno al máximo, no había cambios. Se estaba empezando a preocupar y todo aumento cuando su vista se fue nublando poco a poco.

— ¿Estás bien, Lu? Te ves pálida.— Jane dejo una mano en su hombro.

Fue en ese momento que lo noto, sus pulmones estaban colapsando y era algo que estuvo aguantando todo el día. Su equilibrio se rompió y casi cae al suelo de no haber sido por Seth.

Jane entro en pánico. Luna venía muy bien, parecía estar perfecta. Tanto que había olvidado por un momento que su estado de salud era grave.

— Hay que llevarla al hospital de inmediato.— dijo Sam, corriendo hasta Luna y cargandola.— Paul, llama a Billy y avísale, también lleva a Jane a casa.

En el auto, Luna parecía luchar con ella misma. Como si no quisiera abandonar aún el mundo. Sólo intentaba tomar aire aunque fuera en vano, nada parecía funcionar. Estaba entrando en pánico.

De repente ya no estaba en los brazos de su amado, estaba en una camilla, mientras los doctores hacían lo posible para salvarla.

— Hay que dormirla. Tenemos que hacer una operación de emergencia y podemos perforar uno de sus pulmones.

Era la voz del doctor Cullen. Fue en ese momento que se relajo un poco. Estaba en buenas manos. Aún seguiría con vida.

Mientras tanto un lobo afuera estaba asustado, no quería perder a Luna. Aún tenía muchas cosas que decirle. Aún tenían mucho por hacer juntos. 

ACENDRADO³ | Seth Clearwater Donde viven las historias. Descúbrelo ahora