La morena se encontraba trabajando en aquel lujoso restaurante hace cinco horas, y para su "suerte" le quedaban siete horas más. No es como si fuera mucho, pero ahora mismo anhelaba su cama.
O quizás a su novia también.
-Dios...
Susurró con pesar, obteniendo una risilla.
-Joder, el que se esté riendo tiene cinco minutos para volar de aquí o de lo contrario lo hago volar de una patada en la mandib-
-No son modales, niña.
Una voz familiar resonó en sus oídos.
Jeongyeon.
-¡JEONG!
La menor se lanzó a la coreana en un tierno abrazo. Todos los del lugar voltearon al escuchar aquel chillido, pero a ellas no les interesaba.
-¿Cómo estás, nena? ¿Y Sana?
Preguntó la, ahora rubia, acomodando su cabello.
-Bien. Y Sana, pues ahí está... Estamos batallando por lo del bebé y últimamente peleamos muchísimo. Es una etapa dura de la relación, supongo.
-Paciencia, que sabes que las mujeres se ponen sensibles en el embarazo. ¿Por qué pelean?
La castaña suspiró pesadamente.
-Peleamos porque he vuelto a fumar debido a la ansiedad de todo esto... Es mucha responsabilidad, Jeong.
-Mira, que tú no sepas controlar a tu amigo, es problema tuyo. Caíste rendida por la tentación y mírate ahora.
-No me regañes, Yoo. Sabes que es difícil para mí todo esto.
La mayor puso su brazo en el hombro contrario, palmeándolo.
-Lo sé, lo sé. No te angusties, eres como una hermana pequeña para mí y quiero cuidarte. Pero bueno, no hablemos de esto. Quería venir y simplemente pasar el rato contigo.
La taiwanesa sonríe. Extrañaba mucho a aquella coreana.
Lo que quedaba de la tarde, ambas se quedaron charlando y contándose cosas, se habían perdido de mucho debido a que Tzuyu se había salido de la preparatoria y Yoo ahora había iniciado la universidad.
Hasta que fue el final del turno de la morena y se dirigió a casa. Cuando llegó su novia la esperaba felizmente.-¿Cómo te fue, Tzu?
Preguntó la pelinaranja, aferrada al brazo de su novia. Su pancita comenzaba a provocar dolores en su espalda e incomodidad para dormir, pero no importaba de todos modos.
-Bien. Vi a Jeong en el trabajo y nos quedamos charlando, fue lindo. Pero no quiero hablar de eso ahora, bebé.
Besó tiernamente los labios de su mayor.
-Chewy...
Suspiró la más baja. Bien, estaba excitada, sí. Pero no era su culpa, claro que no. Cinco meses y medio sin tener sexo ni tocarse no era algo fácil, menos cuando su vida sexual era activa.
-No sabes todo lo que quiero hacerte, Sana...
Murmuró la castaña contra los labios de la nipona, provocando estragos en su cuerpo.
No era justo.-¿...Pero...?
Preguntó dudosa la japonesa, sintiendo el aliento olor a menta dulce de su amada azotar su rostro.
-...Pero estás embarazada y no podemos.
Se alejó abruptamente con una sonrisa burlona, recibiendo un puchero.
-¡Tzuyu! ¡Es la quinta vez en el mes, idiota!
Comenzó a aventarle mierda a su novia, quien reía sin parar. Amaba provocar a su pareja, aunque para ella fuese doloroso también.
-Tranquila, fuera. ¿Ya comiste?
Preguntó la taiwanesa, y recibió un asentimiento.
-Pues yo también, así que vamos a dormir.
Ambas se prepararon y una vez listas, se acostaron en su cama matrimonial, abrazadas entre sí.
————————————————————
capítulo súper corto, pero lo que se viene no les va a gustar.
![](https://img.wattpad.com/cover/326716185-288-k277638.jpg)