OO7

363 39 4
                                    

-¡Mierda!

Un jarrón voló al suelo, volviéndose en segundos trizas.
Totalmente cegada por la ira, Elkie empujó de una patada la silla que se encontraba en su comedor.

-¡Se fue y me dejó sola! ¡Me abandonó como todos lo hicieron!

Comenzó a llorar de manera desconsolada, bajo los ojos de una atemorizada rubia platinada.

-Elk, tranquila...

-¡No, Sorn! ¡No puedo calmarme después de saber que no tiene interés en mi, me utiliza!

-Sabías que esto podía pasar. Decidiste meterte con una chica que tiene novia, Elkie, por dios.

La mayor contestó, intentando que su amiga recapacite. Realmente no le gustaba verla sufrir así por alguien que quizás no merecía sus lágrimas.

-No. ¿A ella le gusta poner a su puñetera novia por sobre mí? Bien. Va a conocer el infierno.

Se levantó y salió del lugar dejando a la pobre tailandesa sola y algo confusa.

-Ay, Elkie... ¿Cuándo te darás cuenta que ella no es lo mejor para ti, si no yo?

Pensó en voz alta, pero bajando la cabeza.

————————————————————

-¡Tzuyu, basta!

Gritó Sana mientras se retorcía a carcajadas.
Ambas estaban en la cama haciéndose cosquillas, pasando un lindo momento en pareja.

Luego de que todo su pequeño escándalo se detuviera, se besaron con dulzura.
Pero poco a poco, sus movimientos se fueron intensificando, y en unos segundos, la pelinaranja se encontraba sobre la morena, ambas excitadas y deseosas de la otra.
Con el sentimiento a flor de piel, la taiwanesa repartió besos en el cuello de su novia, bajando a sus clavículas y delineándolas con su lengua.
Un fuerte gemido escapó de los labios de la japonesa, sintiendo cómo los besos bajaban a sus senos que fueron rápidamente desnudados. Aquellos deliciosos pechos grandes y suaves que la volvían loca...
Los chupó y besó a ambos, y ¿Por qué no? Dejó marcas.

-Ah, D-dios...

Gimió con pesar, ahora siendo despojada de toda su ropa.
Las fuertes y cálidas manos de la castaña pasaron por todo su cuerpo, delineando sus curvas, tocándola con devoción y suma delicadeza, como si fuera la persona más hermosa del mundo. Y así era, para ella.
Chou también se había quitado sus prendas, su erección larga y palpitante frente a los ojos de su novia, quien se relamió los labios con deseo.

Y de un santiamén, Tzuyu frotaba su falo entre los labios vaginales de Sana, jadeando.

-S-sólo entra ya...

Murmuró la nipona con un deje de frustración, recibiendo a cambio una carcajada sin igual.

Poco a poco, metió su miembro en las estrechas paredes de la mayor, ambas gimiendo con un placer inexplicable.
Entró por completo y se tuvieron que quedar unos minutos así, debido que hace bastante no tenían relaciones sexuales.
La penetró con dulzura y a la vez deseo sexual increíble; comenzó a moverse dentro de ella, bombeando con lentitud.

-Ah, mierda...

Dijo Tzuyu con la cara roja de placer, sintiendo un escalofrío recorrerla entera y encallar en su
miembro viril.

-Más... M-más rápido...

Gimió la mayor, y a cambio, recibió duras embestidas de manera violenta, pero sin llegar a lastimarla.
Ambas se sentían cerca del orgasmo, a punto de lograrlo...

Ding dong.

-M-Mierda... T-Tzuyu, espera...

La taiwanesa reaccionó y salió de su trance, pidiendo disculpas por no escucharla.

-Alguien tocó el timbre...

-Deben ser los de Coppel otra vez.

Chou rodó los ojos, y la pálida rió.

-Voy a ver quien es.

-Bien. Pero luego seguimos. Pero como a mí me gusta.

Una mano pasearse desvergonzadamente por sus glúteos y una nalgada. La nipona soltó una risa nasal y se puso un pulover junto a unos pantalones para andar en casa, se echó desodorante y fue a la puerta.

-¡Ya voy!

Gritó al escuchar nuevamente el timbre ser tocado con insistencia.

-¿Quién e–

Oh...

————————————————————

los dejo con la duda 🤭🤭

𝐑 𝐄 𝐀 𝐋 𝐋 𝐘  𝐎 𝐁 𝐒 𝐄 𝐒 𝐒 𝐄 𝐃 - S T Z Where stories live. Discover now