Capítulo 10《El sabor de tu piel》

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Al entrar a la habitación Namor no dejaba de besarla ferozmente, como si nunca pudiera saciar esas ganas de ella. Besó su cuello, besó sus hombros, se ahogó con el sabor de su piel.

—Qué bien sabes— murmuró él con un tonito de voz que la hacía derretirse entre sus brazos. Shuri soltó un suspiro que le erizó la piel al rey, subió hasta sus labios enredandose en un beso lleno de deseo.

Se quita los tacones y con bastante esfuerzo se retira el vestido quedando en ropa interior. A Namor no le dio tiempo de apreciar tal obra de arte ya que sin poder esperar más Shuri enreda sus piernas alrededor de la cintura de él permitiendole al rey enterrar sus manos en sus muslos robandole una sonrisa a la princesa.

—Vamos a la cama. ¿Te parece?— preguntó ella a lo que él no pudo negarse.

Tumbó su cuerpo sobre la cama quitándose el saco aventandolo por algún lado de la habitación. Shuri se incorporó sobre sus rodillas acercándose a él para ayudarlo con los botones de la camisa. Desesperada le quita la camisa sintiendo como él volvía a aprisionar sus labios y su cuerpo con su prominente peso.

Las manos deseosas del rey tomaron su cintura y la envolvieron para nunca volverla a soltar, ella se dejo proteger y se aferro a él enredando sus manos por su cuello mientras sus bocas se unían en un baile fogoso con sus lenguas.

De manera delicada y pasional remueve su soten comenzando una tortura para la princesa, rosando su piel con la yema de sus dedos. Levanta la mirada y la ve estremecerse ante su tacto alentandolo a continuar.

—Eres tan sensible— murmuró él.

—Solo si tu me tocas

Namor estaba deseoso por penetrarla, pero su prioridad era que ella disfrutara. Los dedos de su mano izquierda se deslizaron por su muslo hasta llegar a la entrepierna de ella, acarició su monte de venus sobre sus bragas para después removerlas y las yemas de sus dedos se abrieron paso entre los pliegues de Shuri que cubrían su clitoris. Lo acarició despacio escuchando como de su boca salía un gemido que lo excitaba más. Abrió un poco sus piernas para él dándole a entender que le gustaba su caricia.

—No pares— suplicó ella.

Pasó de besar sus labios a besar su clavícula donde aspiro el olor a jazmín que siempre lo embriagaba, sus labios besaron con fuerza su cuello provocandole marcas que no se borrarían pronto, deseaba que el mundo supiera que ella era suya y que él era el único que podía poseerla.

Sus senos exigían su atención, pero antes de eso se aseguró que sus dedos que jugaban con su sexo se adentrarán directamente en su vagina, ella estaba humeda y lista para recibirlo. Sus labios esta vez atraparon el pezon de Shuri.

Ella solo se dedica a disfrutar pues su rey la penetraba con sus dedos mientras él mordía desesperado su pezon, sintió su otra mano acariciar el otro pecho restante pareciendole que éste hombre estaba dispuesta a matarla de placer.

Ella se recuesta atrayendolo a él para quedar sobre ella.

La luz de la luna entraba por la ventana alumbrando su rostro y sus ojos extasiados por este vaivén de sensaciones. Él estaba enamorado, estaba enloquecido por ella, por su cuerpo, por su piel, por sus besos, por ella. Más que desearla la amaba.

—¿Confías es mi?— preguntó él antes de hacer cualquier cosa.

—Si— respondió sin chistar.

Namor se colocó entre sus piernas mientras ella se aferra a su cuello y él desesperado la penetra sin temor a latimarla, su pene resbalo fácil por aquella cavidad húmeda.

Escuchando un gemido bastante alto que casi pudo asegurar que la escucharon del otro lado del estudio. Él ni si quiera tuvo tiempo de pensar cuando empezó a moverse rápido, el encuentro era romántico, pero las ganas de estar clavado en ella era puramente perversión sexual.

Army of lovers 《Shuri x Namor》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora