𝙳𝚎𝚊𝚛 𝚃𝚑𝚎𝚘. ||𝚃𝚑𝚎𝚘𝚍𝚘𝚛𝚎 𝙽𝚘𝚝𝚝|| ✅

𝚅: 𝙸 𝚠𝚊𝚗𝚗𝚊 𝚍𝚒𝚎

—Mmm, no creo que este castigo haya sido suficiente, señor Potter. Las palabras debes quedarse más marcadas...—Los ojos de la malvada mujer estaban llenos de un odio puro, ella quería hacer daño—Y usted, señorita Holland... Veamos—Umbridge tomó la mano de de Alyssa, su piel estaba tallada con la frase "No debo contradecir a mis profesores"—Creo que el mensaje quedó bien grabado, no?—La profesora pasó su dedo por la sangre que brotaba del brazo de Alyssa, la castaña de limitó a soltar un gemido de dolor.—Esperemos que no se vuelva a repetir... No me gustaría porqué volver a darle una lección, ¿Me escuchó?

—Sí, profesora Umbridge—Masculló Alyssa con odio.

—Largo los dos de mi oficina, queridos.

Alyssa tomó su bolso con rapidez y empezó a salir de la oficina casi corriendo. No quería hablar con Harry, no quería toparse con alguien, no quería recibir miradas.

Su mano chorreaba sangre, seguro que eso dejaría una cicatriz...

Lágrimas empezaron a inundar sus ojos, por el dolor, por el sufrimiento, por el simple hecho de vivir...

—Alyssa—Con voz agitada, el chico quedó frente Alyssa, cara a cara. De inmediato notó sus ojos rojos por el llanto—Dios mío, perdóname, en serio.

—No quiero hablar de esto, Harry—Le dijo Alyssa sin verlo a los ojos—Suéltame, tengo que irme.

—Esto es mi culpa... Todo lo es, perdóname, de verdad perdóname...

Alyssa se quedó en silencio un rato, después de unos segundos finalmente vio a los ojos de Harry. Seguramente la Alyssa de hace un año hubiese sonreído y decirle que todo estaba bien. Pero ya no era la misma de hace un año.

—Tienes razón, todo esto es tu culpa.—Y sin más, se zafó del agarre de Harry y empezó a caminar lejos de él.

•

Eran las seis de la tarde y Alyssa estaba caminando por las orillas del lago negro, en sus manos llevaba sus zapatos y dejaba que el agua helada remojara sus pies. Se sentía mal por haberle dicho esas palabras a Harry, pero en verdad era lo que sentía... Y se odiaba por eso.

Poco a poco se empezó a sumergir en el agua, hasta el punto donde su cintura estaba cubierta. Y cuando iba a sumergirse completamente, una vez más fue salvada.

Alyssa fue jalada de los hombros hacia afuera, de inmediato el frío le dio directo.

—Por favor Alyssa, si quieres darte un chapuzón ve a las aguas termales o al baño de prefectos, ¿Por qué el lago negro que es sumamente frío?

Alyssa reconoció la voz de inmediato, aunque claro, ya no era la voz dulce del niño de 11 años, ahora tenía 15 y su voz se oía más grave de lo normal. Pero eso no quitaba el hecho de que ella podía reconocerlo en todo momento.