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Al día siguiente todo mundo hablaba de la extraña desaparición de Lionel Messi. El jugador argentino había salido de la cancha en el medio tiempo y no regresó para la siguiente mitad del partido. Algunos rumores eran que no se sentía bien por su "adelantado" celo, otros decían que había escapado con una omega y otros tantos que sólo querían crear cisaña decían que el partido contra Chile le había parecido tan aburrido que mejor se había ido a casa.

En cualquiera de los casos, los únicos que sabían la verdad eran Lionel, Guillermo, De Paul, Dibu y Otamendi. Estoy tres últimos venían comentando sobre lo que De Paul había escuchado en los baños, pues todos estaban sorprendidos de que el tímido capitán apuntará al omega mayor de la selección mexicana. Casualmente, Richarlison venía cruzando y alcanzó a escuchar cómo es que Messi y Ochoa se habían enredado el día de ayer.

-- Que esse governador Guillermo não foi quem saiu para seguir Neymar ontem? (¿qué ese tal Guillermo no era el que salió a buscar ayer Neymar?

Preguntó para si mismo mientras se alejaba del grupo. Tal vez no era importante.

La semana transcurrió y está vez México se enfrentaría a Ecuador a las nueve de la noche. El estadio estaba lleno al jugar el equipo local y entre los hinchas de ambas selecciones se encontraba Neymar y Lionel, ninguno de los dos teniendo conocimiento de que estaban en el mismo lugar, por el mismo omega.

Luego de que tanto el himno como de México y Ecuador resonaran en el estadio, un partido muy reñido empezó. Todos los delanteros presionaban, robaban balones y se acercaban a los porterías como una sombra de peligro. Los tiros pasaban apenas por arriba del arco y todos en las gradas gritaban de emoción.

Antes del medio tiempo, dos goles por parte de México inclinaban la balanza, todos estaban muy confiados en ganar que bajaron la guardia para el segundo tiempo. Cazares esquivo a las defensas mexicanas y con un certero golpe mandó el balón hasta el poste izquierdo. Ochoa apenas alcanzó a correr para atajar el balón pero sus dedos sólo le rozaron.

El pitido que daba fin al partido peso sobre los ecuatorianos, quienes creían poder remontar. Ambas selecciones se felicitaron entre abrazos y palabras de aliento antes de entrar a vestidores.

-- Memo, toma. Te lo mandan del público, es anónimo.

Un auxiliar del equipo técnico le entregó una carta antes de que siguiera con su equipo.

Guillermo la tomó y sin más la abrió para leerla, imaginandose ya quien podría ser.

-- Podemos nos ver no final do jogo? Vemo-nos no parque de estacionamento , xoxo. (¿nos podemos ver terminando el partido? te veo en el estacionamiento.)

Claro, solo jugadores de otras selecciones podrían tener acceso al cuerpo técnico y lograr entregar un papel sin revisar antes su contenido. Además de que cualquier otra persona le habría mandado un mensaje de texto.

Todavía no quería ver al brasileño, desde que su celo fue disparado por su aroma tenía muchas dudas acerca del suceso y no quería que pasara lo mismo. Sin embargo, al salir de las duchas y no encontrar ya a casi nadie, decidió darse el chance de ver que quería el alfa.

Neymar le parecía alguien interesante, sin duda un muy buen jugador pero la mala fama de ser todo un rompecorazones que le rodeaba no le parecía. No quería ser parte de su larga lista de betas, omegas y alfas del menor.

Cuando salió al casi desértico estacionamiento del estadio se encontró muy al fondo un Lamborghini Veneno con una perfecta pintura blanca, luces led en "y" y unos preciosos rines de aluminio. Recargado en el cofre, Neymar se encontraba vestido con un pantalón lino y una ligera camisa, todo de negro y en contraste con la blancura del mismo automóvil.

¿Qué esperar cuando no estabas esperando nada? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora