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El carro iba en definitiva más rápido que Neymar con la bicicleta y en menos de cinco minutos ya estaban en las puertas del hospital.

Los tres bajaron, pero Guillermo iba más lento, dificultandose el caminar por el dolor. Ambos alfas trataron de ayudarlo, sosteniendolo por cada brazo y tratando de alzarlo.

Los tres quisieron entrar al mismo tiempo por la angosta entrada pero claramente no lo lograron. Chocaron entre ellos y lo volvieron a intentar. Una de las enfermeras que se encontraba en la recepción los veía extrañada.

-- ¡Yo voy primero! -- grito ya desesperado y luego habló entre dientes -- estúpidos alfas.

Guillermo fue el primero en adentrarse ahora si y llegar hasta donde se encontraba la joven omega.

-- Necesito una maldita silla de ruedas.

La chica asintió y mandó a llamar a un enfermero, llegando Neymar y Lionel por detrás.

-- Podeís llenar este formulario, de favor.

Guillermo estaba recargado sobre la barra, trabajando en su respiración. La silla no llegaba y sentía que sus piernas lo iban a traicionar. Alzó la mirada molesto, cansado, adolorido y abrumado y los encajo en los papeles engrapados.

-- ¡Voy a parir! ¡Joder!

Gritó exaltado, mandando a volar los documentos que le estaban siendo extendidos.

-- Disculpe, realmente es urgente. Ya ha roto fuente.

Dijo Neymar con una sonrisa nerviosa por el comportamiento de su omega.

-- Lo entiendo, pero es necesario que todos los pacientes llenen su ficha para-

-- ¡Sólo traiga la puta silla! La concha de la lora.

Lionel explotó también, interrumpiendo a la chica. Esta los miró entre asustada y sorprendida, pidiendo de nueva cuenta la silla de ruedas, ahora si con más insistencia.

-- ¡Puta madre!

Guillermo tiró del cabello a Neymar, quien le estaba ayudando a sostenerse para poder sentarse. Tenía la cara roja y los ojos llorosos. En esos momentos pensaba en que hubiera sido mejor deshacerse de la cachorra y evitar toda esta situación con los alfas.

-- Ayyyy.

Neymar chillo por el jalón. Él era quien se estaba llevando todos los ataques del omega.

El camillero se asustó también de ver como el pobre brasileño era lastimado por el mayor. No quería ser un objetivo de los gritos y golpes del omega. Comenzó a empujar la silla rápidamente, yendo por el pasillo que conducía a la zona de partos.

-- Ehh, perdonen, pero sólo puede acompañarle el padre del bebé.

Tanto Lionel como Neymar se detuvieron, mirándose a los ojos y de vuelta a la enfermera.

-- ¡Los dos son los padres!

Gritó de espaldas Guillermo que seguía avanzando, a punto de perderse por el pasillo.

Los alfas sonrieron apenados y corrieron a alcanzarlo para evitar dar más explicaciones.

En el camino, Guillermo se puso más nervioso, pensando en el cambio y la nueva etapa que traía consigo un hijo. Cerró los ojos con fuerza, ignorando las preguntas de los alfas sobre su estado. No estaba listo para saber quién era el padre, no quería ver la cara de decepción de alguno. Y no quería que en dado caso su bebé sufriera por sus actos. ¿Qué sería realmente lo mejor? ¿Estuvo bien en elegir a ambos? ¿O debía decidirse sólo por uno?

¿Qué esperar cuando no estabas esperando nada? Where stories live. Discover now