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A decir verdad las dos horas de vuelo se le habían pasado bastante rápido. Llego a las diez de la noche, justo como había predicho pero aún estaba indeciso entre llegar así como así a casa de Guillermo o esperar hasta mañana temprano. No era tan tarde aún pero recordaba que el omega dormía temprano por el embarazo. Y tampoco se podía burlar cuando él últimamente se iba a la cama antes de las ocho, buscando olvidarse del dolor durmiendo la mayor cantidad de tiempo posible.

Ni traía maletas consigo, todo fue tan espontáneo y enseguida que ni se detuvo a pensar en ello. Pero el departamento que rentaba seguía estando libre para él, pues pagó un contrato de un año. El año entero que se iba a quedar en Málaga para cuidar de Memo.

Lionel estaba feliz y más tranquilo ahora que se encontraba más cerca del mayor. Estaba emocionado, quería verlo ya pero creía que lo mejor era dejarlo dormir y aparecer al día siguiente a primera hora para invitarlo a almorzar.

Comenzó a caminar afuera del aeropuerto, queriendo pedir un uber, pero no había disponibles hasta dentro de quince minutos. No tenía problema en esperar pero se subió mejor a uno de los que ofrecía la misma aerolínea y le indico la dirección de su hogar.

°°°

Neymar estaba llamando la atención con sus gritos y su forma desesperada de correr por las calles del centro. Varía gente se le quedaba viendo, reconociendole. Bien era sabido que estaba en un descanso pero nadie conocía el porqué eligió Málaga para tomar sus vacaciones. Algunos curiosos empezaron a seguirlo, descubriendo que se dirigía a la casa de otro futbolista famoso. Guillermo Ochoa.

El alfa ni les estaba prestando atención, estaba más preocupado por su omega. Imaginando cientos de escenarios posibles. ¿Por qué el bebé se adelantó? ¿Fue por no tener una mordida? ¿Le afecto en serio no haber formado un lazo? Iba a nacer prematuro ¿eso no era peligroso?

Estaba tratando de controlar su respiración, ya le hacía falta práctica pues estaba perdiendo algo de condición por estar compartiendo los antojos del rizado. Hasta él había subido de peso estos meses. También mantenía a raya sus feromonas, tampoco quería presionar más a Guillermo con su aroma a preocupación.

Estaba a pocos pasos de la casa de Guillermo, sólo tenía que aguantar un poco más.

°°°

Memo estaba retorciendose de dolor. Se sostenía el vientre con una mano y con otra presionaba fuerte las llaves. El tiempo estaba corriendo y Neymar no llegaba.

Se levanto decidido. No podía depender del alfa. Tenía que aferrarse y lograr por si mismo llegar al hospital. Todavía estaba en condiciones de manejar.

Ni se podía abrochar las agujetas pero de cualquier forma se las ingeniaria para conducir hasta el doctor. No iba a tener a su hijo en su casa, eso era seguro.

Abrió la puerta comenzando a bajar las escaleras en dirección a su estacionamiento cuando escucho los golpes en la entrada principal.

-- Guillermo, abre-me, esqueça as chaves (Guillermo, abreme, olvidé las llaves)

Era Neymar. Se regresó lo más rápido que pudo y con dificultad abrió, encontrándose al alfa recargado en sus rodillas, inhalando y exhalando con fuerza. Su respiración era errática y comenzaba a alterarlo también.

-- Recuerda los ejercicios de respiración que nos enseñaron en la clínica de paternidad.

Le dice el omega, apoyando su palma en el pecho ajeno y en el propio, guiando la respiración de ambos. Empezaron juntos a calmarse, aspirando lento y dejando salir el aire con ritmo.

-- ¿Ya estás mejor?

Pregunta Memo. Y Neymar asiente.

-- Entonces apurate pendejo, que me estoy muriendo de dolor.

¿Qué esperar cuando no estabas esperando nada? Onde histórias criam vida. Descubra agora