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ADVERTENCIA :

Escenas sexuales y lenguaje explícito, si no te agrada este tipo de contenido favor de saltar este capítulo


Dicho y hecho los días restantes Guillermo se permitió conocer y que le conociera Neymar. Se encontró con que el menor era alguien muy divertido, amable y servicial. No sabía si era solo porque estaba tratando de cortejarlo pero realmente estaba viendo algo especial en él.

Neymar iba y regresaba por él luego de sus entrenamientos, siempre le ayudaba a cargar su maleta repleta de ropa sucia y lo llevaba a los lugares que deseara. No podía negar que estaba pasando un buen rato pero en parte también estaba aceptando todas esas salidas con tal de no toparse a Lionel. Desde que el alfa argentino había ayudado durante su celo, no podía verlo más a la cara, tenía sentimientos encontrados por todo lo que siempre creyó de los alfas, su mala experiencia con uno de ellos y a la vez todas las atenciones de aquellos dos. No quería confiar nuevamente porque aún si lo hacía no sabía en quién depositar esa confianza, ambos alfas eran guapos y cada uno tenía sus cualidades. Eran tan diferentes como iguales.

Por un lado Lionel era reservado, un poco más callado y sabía escuchar. Su dulce aroma a chocolate siempre le encantaba pues no era específico, a veces era amargo, otras veces era chocolate con leche y otras chocolate blanco. Sí bien era un aroma muy empalagoso nunca había llegado a hartarle.

Neymar en cambio era alguien muy risueño incluso infantil, siempre tenía una personalidad juguetona y divertida y le encantaba hablar. Su aroma a café era indescriptible, desde aquella vez que su celo se desató no podía borrarlo de su cabeza y sentía que podía entrar en calor en cualquier momento. Y aún así era más amargo sobre el dulce aroma de Lionel.

Además ambos eran muy jóvenes y muy importantes jugadores. Guillermo no quería imaginar en el problema que se metería sí aceptaba a alguno de los dos.

Estaba cansado de darle vueltas al asunto. Ahorita mismo debía de estarse preparando para la cena que le debía a Neymar, pues unas horas antes habían apostado que si el brasileño le ganaba a Costa Rica, Guillermo lo acompañaría a donde él quisiera.

Ya se había acostumbrado a que Neymar pasará por él en algún llamativo carro. Así que no se sorprendió cuando por la ventana visualizo un Cupra León color rojo, solo le pidió que esperara unos minutos más en lo que terminaba de abrocharse la camisa. Esta vez por fin iba arreglado decentemente, no solo con short y playeras deportivas. Vestía un simple y liso pantalón negro junto a su camisa azul cielo.

Cuándo terminó por fin bajo al lobby de donde se estaba hospedando y viendo fijamente al menor se acercó. Neymar seguía nervioso no importaba cuántas veces hubiera salido ya con el mayor, el simple hecho de que le miraba con esos ojos brillosos provocaba en el muchas cosas.

Neymar vestía un pantalón gris de cuadros y una camisa blanca desabrochada de los primeros botones.

-- Você parece espetacular.

Estaba un poco menos acostumbrado a los cumplidos pero aún así siempre los aceptaba con una sonrisa nerviosa.

-- Obrigado, você está ótimo também (gracias, tú también te ves muy bien)

El restaurante que Neymar había reservado era elegante pero a la vez tranquilo. Tenía música en vivo y el servicio era atento.

Pasaron una increíble velada pues Neymar siempre le terminaba sacando varias sonrisas y carcajadas. Ordenaron el especial de la casa, que era una deliciosa pasta con ostiones y pan de ajo. Pasadas las diez de la noche, Guillermo no sabía cuántas copas de vino llevaba pero ya comenzaba a sentirse mareado.

¿Qué esperar cuando no estabas esperando nada? Where stories live. Discover now