8 de diciembre

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🎄DECORAR EL ÁRBOL 🎄

"A.C.". Esas son las iniciales que hay escritas con rotulador permanente en la mesa. Noah sabe que pertenecen a Aaron Costa y, que se siente donde se siente, verá esas estúpidas dos letras.

–Maldito presumido. –Susurra, pasando el dedo con rabia una y otra vez esperando que se borre.

–¿Ya estás quejándote? –Le pregunta Aaron desde la otra punta de la clase.

Noah rueda los ojos, cruza los brazos sobre la mesa y apoya la cabeza.

–Todo esto es tu culpa.

–¿Y cómo es que siempre acabo teniendo yo la culpa?

Noah levanta la cabeza, mirándole con el ceño fruncido.

–Eres tú quien empieza las peleas. Quieres discutir por todo.

–Tu siempre entras al trapo, eres demasiado fácil de molestar.

–Agh. Eres insoportable. ¿Tus padres te aguantan?

–No. Por eso vivo con mi hermano mayor.

–¿Qué? –Noah no se esperaba esa respuesta.

Aaron está serio, así que no sabe si es que bromea muy bien o que es cierto. Al final se encoge de hombros.

–Después de que nuestra madre muriera, nuestro gran padre nos abandonó.

Noah traga saliva y baja la mirada a la mesa.

–Dios, odio esa mirada. –Dice Aaron de nuevo, soltando una risa amarga.

–¿Qué mirada?

–La mirada de lástima que todos ponéis cuando lo escucháis. –Aaron pone una cara de asco. –Como si realmente os importara.

–No me das lástima. Solo para que lo sepas. Me sabe mal lo que te ha pasado, pero no quita que seas un gilipollas así que –Noah le sonríe. –que te jodan.

Antes de que Aaron pueda responderle, la profesora vuelve a entrar en el aula, acompañada del director a quien había ido a buscar.

–Dejadme recapitular. –Empieza el director, poniéndose frente a las mesas y mirándolos a ambos. –Esta mañana habéis llegado tarde a clase porque estabais peleandoos en la entrada, casi a golpes.

–No nos estábamos pegando. Simplemente le apartaba suavemente de mi camino. –Se excusa Aaron.

–Suavemente mis cojones. –Se queja Noah.

–Eres demasiado blando, la próxima vez no te metas delante.

–La próxima vez te salto si quieres.

–¡Chicos! –El director los hace callar. –No solo eso. Después en clase de lengua habéis decidido empezar una pelea a gritos y cuando la profesora os ha pedido que os disculpeis os habéis echado a reír.

–No le voy a pedir perdón por decirle la verdad. –Noah se cruza de brazos, cabreado.

–Pobre inocente que nunca tiene culpa de nada. –Se burla Aaron.

–Y cuando os ha expulsado de la clase, habéis seguido peleando hasta la entrada y, no sé como, os habéis cargado el árbol de navidad.

–¡Aaron cogió una bola y me la lanzó!

–¡Noah me empujó contra las ramas!

–Me da igual quien empezara. Ambos os quedareis esta tarde a arreglarlo. Quiero el árbol en pie, decorado y decente, no saldréis hasta que no lo compruebe. Ya he avisado a tu madre Noah, y a tu hermano Aaron.

Mini Historias navideñasWhere stories live. Discover now