13 de diciembre (Larry)

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✉️ CARTA A PAPÁ NOEL ✉️

Harry está terminando de limpiar las máquinas de café cuando todo empieza.

–¡Papa! Este año yo haré la carta a Papá Noel porque ya soy mayor.

Harry mira a su hijo de 4 años con una sonrisa. El tiempo ha pasado muy rápido, hace nada era un pequeño bulto envuelto en una mantita. Y hasta hace tres años estaba Amber, su madre. La echaba de menos, echaba de menos tener a alguien al lado para educar a Connor.

–Eso es genial, seguro que Papá Noel estará emocionado de recibirla. –Le dice, echando un ojo al resto de la cafetería para ver si le falta recoger algo más antes de poder irse.

–Sí. Además he sido muy bueno. Seguro que me trae todo lo que quiera.

Harry suspira. Odia decepcionar a su hijo pero no sabe si ese año podrá comprarle algo. La cafetería no ha ido muy bien después de las vacaciones de verano, pues han abierto un centro comercial bastante cerca. Al parecer un Starbucks tiene mucha más fama que su local.

–Por supuesto cielo. ¿Me quieres ayudar a recoger las sillas?

–¡Vale!

**

Harry está atendiendo en la barra, unos días después, cuando ve entrar al chico más guapo que ha visto en su vida. No suele fijarse mucho en los chicos, no fue hasta la adolescencia que se dio cuenta de que era bisexual, pero nunca ha salido con un chico. Después de tener a Connor y perder a Amber ni siquiera ha salido con una chica.

Pero Harry no puede dejar de mirar al nuevo cliente, que se va acercando con una sonrisa hasta que está delante suyo en la barra.

–¡Hola! ¿Tenéis chocolate caliente? Está helando ahí fuera. –El chico tiene la voz aguda. Se quita los guantes y se frota las manos exagerando un escalofrío.

A Harry se le escapa una sonrisa.

–Claro, enseguida. ¿Algo para comer?

–¿Qué me recomiendas? –El chico ladea la cabeza con una sonrisa de lado.

Harry no quiere notar esa mirada en sus ojos, pero la nota. ¿Será que también le ha llamado la atención?

–Las magdalenas son caseras. –Le dice, señalándoselas en la vitrina.

–Pues eso será. Gracias Harry.

Harry se sorprende al oír su nombre saliendo de los labios del chico. Baja la vista a su delantal, que hace de uniforme, y se fija en las letras de color rosa bordadas que forman su nombre.

–Oh, sí. No es nada...

–Soy Louis. Encantado.

Prepara el chocolate poniendo extremo cuidado y coloca una de las magdalenas sobre un plato. Piensa cómo puede seguir conversando con él, al menos unas pocas palabras más ahora que no hay muchos clientes, pero hace mucho que no liga, no con chicos al menos.

–Aquí tienes, Louis. Espero que te guste.

–Seguro que sí. ¿Cuánto es?

–Oh. Invita la casa. –Suelta Harry, sin querer pensar en lo que significa perder más dinero. Pero es Louis, y es demasiado bonito, necesita una oportunidad con él.

–De eso nada. Si no me dices un precio me lo inventaré, y será mucho más seguro. –Louis saca de la cartera un billete de 20 que hace a Harry abrir los ojos con sorpresa.

–¿Pero qué?

–Intento causar buena impresión, ya sabes, para cuando vuelva. Me gusta ser el cliente favorito.

Mini Historias navideñasWhere stories live. Discover now