10 de diciembre (Sterek)

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🏠CASA DE JENGIBRE 🏠

Stiles pica al timbre y espera. En una mano tiene una bolsa llena con partes de una casa hechas de jengibre y docenas de decoraciones.

Derek abre unos segundos después, lleva unos pantalones de chándal negros y el torso descubierto. Stiles abre la boca incapaz de cerrar de nuevo.

–¿Hola? Mi cara está arriba. –Se burla Derek, aunque sin quitar su cara de seriedad de siempre.

Stiles reacciona, asintiendo y cerrando la boca para esbozar una pequeña sonrisa.

–Hola Derek. –Pasa por debajo del brazo de Derek y entra en el loft. –Oh, qué soso esta esto, no me acordaba.

Stiles hace una mueca y se apunta mentalmente convencer al resto de sus amigos de hacer algo con la decoración. Al fin y al cabo tienen pensado que ese año cenaran en casa de Derek.

–¿Qué haces aquí? –Derek cierra la puerta y sigue a Stiles hasta la mesa del comedor.

Aunque el comedor es también la cocina y el salón porque está todo abierto.

–Bueno, sabía que hoy estabas solo porque Isaac se ha ido con Scott a jugar hockey así que he venido a hacerte compañía.

–Compañía. –Derek frunce el ceño.

–Si Derek, eso que pasa cuando no estás solo. No seas amargado, tengo un buen plan entre manos.

–Ninguno de tus planes es bueno, nunca.

Stiles rueda los ojos, acostumbrado a lo cascarrabias que es.

–Bueno, tampoco hago caso de tus opiniones, nunca. –Stiles se instala en la mesa, empezando a sacarlo todo.

–¿Qué es todo eso? –Derek aún sigue de pie, cerca de la entrada. Parece sentirse incómodo, como si esa no fuera su casa y se sintiera un intruso. Stiles no quiere presionarlo, pero antes o después Derek debería hablar con alguien de cómo se siente.

–Pues son los materiales necesarios para crear una casita de jengibre. –Dice emocionado, enseñándole la caja con la foto del producto final. –Se supone que tiene que quedar así.

Derek se acerca, su ceño aún fruncido y sus labios en una fina línea. Se pone la camiseta negra que hay sobre el sofá y va hacía él.

–No me gusta el jengibre. –Dice sin más, pero se sienta en la silla al lado de Stiles. –¿Sabes como va esto?

Stiles sonríe, un poco demasiado como un maníaco pero no pedirá perdón. Está emocionado de hacer una casa de jengibre, siempre quiso hacer una cuando era pequeño pero su padre no le compraba una.

–Por supuesto que lo sé, no puede ser tan difícil.

**

Media hora después, Stiles grita de frustración.

–¿Por qué no se pega? No lo entiendo. Tengo las manos pegajosas de azúcar. –Gime, llevándose las manos a la cara. –¡No! ¡Y ahora tengo azúcar en la cara!

Derek se ríe. Realmente suelta una carcajada que Stiles no escucha casi nunca.

–Déjame a mi. No le das tiempo a que se seque, ten paciencia. –Derek coje dos de las cuatro paredes de jengibre, pone un poco de pegamento de azúcar y las mantiene unidas sobre el plato.

Stiles suspira, sentándose de nuevo porque ha estado de pie la mayor parte del tiempo, poniéndose de los nervios.

–No es mi culpa. Tengo hiperactividad. No puedo tener paciencia. –Se queja, a punto de llevarse las manos de nuevo a la cara cuando Derek las para con su mano libre. –Mierda, gracias.

Mini Historias navideñasWhere stories live. Discover now