Quinto año "Un fin de semana, malas decisiones"

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Noviembre de 1994, Hogwarts.

"Lastimáme y dime qué soy tuya. Yo no sé porque, pero me gusta. Me asusta, ¡Dios mío, eres divino!
¿Podemos hacerlo ahora, así de rudo y sucio? No eres bueno para mí. Bebé, no eres bueno para ."

Amelia se quedó todo el fin de semana con Tom Riddle.
Amelia le había pedido a Pansy darle una pequeña nota a Cedric, dónde mentía (claramente) y se disculpaba, pues había tomado un resfriado y pasaría el fin de semana en su habitación. Pansy le exigió que, cuando el fin de semana terminase, le explicaría lo que sucedía y porque había rechazado una invitación con Cedric Diggory.

Ambos encerrados en la habitación de el, se habían escabullido en la noche del viernes hasta los aposentos del pelinegro, cuando no habían miradas curiosas, cuando se podían fundir en la oscuridad y pasar desapercibidos. Ninguno sabía lo que hacía. No entendían que era lo que querían del otro, mucho menos tenían algún plan, solo se dejaron llevar. Amelia se dejó llevar cuando Tom Riddle se lanzó hacia ella para besarla, siempre con ganas de más, hambriento y deliciosamente violento.

Ella se separó lentamente, lo miró unos segundos a los ojos y le dejó un camino de besos desde el cuello, hasta su mandíbula. Amelia mordisqueaba su piel, la lamía y chupaba dejándole moretones por todo el cuello, el pelinegro jadeaba y gemía suavemente con deseo. Tom Riddle tomó un puñado de su cabello y jaló de ella bruscamente, ella gimió por el impacto pero lo miró con una sonrisa, la acercó a ella hasta que no había nada de distancia entre los dos, juntando nuevamente sus labios y besándose con ganas de más.

Riddle la guío hasta su colchón y con un empujón rápido la hizo recostarse en el, el se posicionó arriba de ella, tomando la punta de su blusa y quitándosela con desesperación. Amelia quedó en sujetador, su abdomen y su piel expuesta, el se tomó unos minutos para mirarla, desde su rostro sonrojado, hasta sus pechos y su abdomen, las pupilas de Tom se agrandaron, mirándola con un hambre bestial que la hizo temblar de placer.

La desnudó, dejándola simplemente con su ropa interior, el se acercó para darle un suave beso en los labios y bajar hasta su cuello. Amelia se estremeció al sentir los mordiscos y chupetones que le daba a su piel, dejándola maltratada y roja, ella jadeó cuando bajó hasta sus pechos, chupando y lamiendo, dejando marcas en todo su cuerpo, lastimando su piel, pero también dándole placer, tanto maldito placer que Amelia necesitaba sentirlo, sentir más. Ella quería más.

Bajó hasta sus muslos, besando sus muslos internos con hambre, sosteniendo las caderas de Amelia con posesividad. Ella bajó la mirada y se encontró con unos ojos azules que la hacían ahogarse, siguió la mirada a los labios de Tom cuando dejó un camino de besos desde sus muslos, deteniéndose en su intimidad.

Se veía tan malditamente erótico que Amelia entreabrió sus labios expectante, gimió bastante fuerte cuando sintió los labios de el tocar su intimidad, el tacto la hacía retorcerse.

Tom bajó sus bragas e hizo que Amelia alzara las caderas para quitarlas por completo, ella suspiró y lo tomó del mentón para acercarlo a ella. Amelia lo desnudó entre besos y mordiscos por todo su cuerpo, desde el abdomen, sus hombros, su cadera, y volvía a sus labios.

-Mía.

Le susurró el. Amelia negó con la cabeza.

-¿No? ¿No es mía?

-No si después te irás a follar a otra, Riddle.

-Yo soy suyo, Amelia -le susurró en sus labios, haciendo que ella abriera sus piernas y el se colocase en medio -,No me importa con quién esté, ni quién la sostenga entre sus brazos. Con la única condición de que siempre regrese a mí.

The kingdom of nothing. [+18]Where stories live. Discover now