Verano de 1996

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Agosto de 1996, Grimmauld Place.

—¿Por qué los gemelos Rosier y Jane Crouch no pasaron el verano con el resto de ustedes?

Amelia ladeó su cabeza, observando a ojoloco Moody, quien estaba frente a ella en la sala de reuniones. Arthur Weasley, su padrino Remus y Kingsley Shacklebolt también se encontraban dentro de la habitación, escuchando con atención.

—Voldemort los envió a una misión especial. —ella dijo con simplicidad.

—¿Qué misión?

Amelia arqueó una ceja.

—¿Por qué tanta insistencia, Moody?

—¿Por qué Voldemort no te castigó por ir al ministerio? —la ignoró.

Ella se sintió molesta, realmente atacada por la manera tan brusca de interrogar que tenía Moody, específicamente con Amelia.

—Te lo he dicho repetidas veces —espetó Amelia con sus dientes apretados —, Voldemort no me castigó, por la única razón de que, la muerte de Sirius fue castigo suficiente para el. ¿Estás contento? Para Voldemort, Sirius era una debilidad, el ganó.

Remus desvió su mirada, el dolor era tan palpable en el, era como una apuñalada para el corazón de Amelia. Ella no podía alejar esa culpa que la carcomía por dentro, sentía que todo lo malo que sucedía, de alguna manera lo terminaba causando, todo por las decisiones que Amelia había tomado.

No le gustaba pensar mucho en eso.

—Hablame sobre tu papel como el espectro. —le exigió Moody.

Amelia tuvo una necesidad bestial de lanzarle un maleficio, tal vez cortarle la puta garganta... pero se controló, aún no era el momento.

—¿Qué quieres que te diga? —espetó ella —, Sabes absolutamente todo sobre lo que el espectro hace.

—Por supuesto, ¿quién no lo sabría? —Kingsley intervino con sarcasmo —, El espectro ha sido un golpe desestabilizante para la orden. Pareciera que disfrutas mucho tu trabajo como el espectro, aterrorizar al mundo mágico, capturar a muggles, traidores a la sangre y sangre sucias... matar a quien desees ¿no es así?

Amelia miró a Kingsley, sus ojos verdes brillando expectantes al oír el reto en la voz del Auror.

—Me sorprenden bastante tus acusaciones, Kingsley... —comentó Amelia —, Aún sabiendo que pongo mi culo en peligro para darle ventaja a la orden, sigues creyendo que disfruto mi trabajo... que lastima.

Kingsley se tensó.

—¿Qué ventaja le has dado a la orden? —le recriminó —, ¡Estamos hasta la mierda de problemas por tus imprudencias! ¡Incluso has causado que la gente comience a odiar a Albus y a Potter!

—Amelia no ha hecho más que ayudarnos. Si el mundo comienza a odiar a Albus y a Harry, entonces pónganse a pensar en todas las cosas que los han llevado a ese punto. —espetó Remus, defendiendo a Amelia, ella lo agradeció, pero negó lentamente con su cabeza, esperando que no interviniera.

—¡Ella es la raíz de nuestros problemas Lupin, Amelia no ha movido ni un solo dedo por la orden! —Kingsley le recriminó.

Amelia se mantuvo tranquila, no se alteró, solo siguió observando al Auror con frialdad.

—Gracias a mi, Voldemort no ha tomado el ministerio... gracias a mi, tus soldaditos más jóvenes saben luchar en el campo de batalla —le recordó con una sonrisa amarga —, Por mi, querido Kingsley... mucha gente me quiere cortar la garganta, así elogiando a Harry por ser un héroe bondadoso. Y gracias a mi, tienen un jodido cuartel general para la orden del fénix.

The kingdom of nothing. [+18]Where stories live. Discover now