иυєѕτяο ƒιиαℓ ƒєℓιz ▪ The School For Good And Evil

1.- La princesa, la bruja y la panadera

"En el bosque primigenio
una escuela del bien y del mal
dos torres cual cabezas gemelas
una, la de almas puras
la otra, la de las almas malvadas
si intentas escapar, nunca lo lograras
la única manera de salir es
a través de un cuento de hadas"

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Había una vez una chica llamada Jazmín. Una criatura bondadosa de inmensa cabellera como si de una cascada de caramelo se tratara y una sonrisa que parecía brillar mas que ninguna. Destinada a encontrar su final feliz. Esa mañana como cualquier otra los rayos del sol entraba por su ventana molestando a la chica que a penas y podía aguantar su propia existencia. Desde su cama podía oler los panes recién horneados por su madre y supuso que su padre estaría a punto de abrir la panadería de la que eran dueños. Se sentó con mucho esfuerzo de su cama, maldecía por lo bajo queriendo volver a su cama. Tomo un gran respiro y se preparo para su día especial.

Se vistió con uno de los hermosos vestidos azules que su madre había usado en su juventud junto a unas zapatillas, peino su largo cabello en una trenza, preparo sus libros al igual que unos postres para sus amigas y salió rumbo a su escuela no sin antes ponerse aquel collar que todas las chicas envidiaban.

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Parecía ser un día mas en aquel pueblo, pero aquel día se cumplían 4 años de el ultimo secuestró, ese día se llevarían a dos jóvenes para cumplir con su cuentos de hadas. Se podría ver en cualquier lado a las madres desesperadas por convertir a sus hijos en lo contrario de lo que realmente eran, haciendo que los niños buenos y lindos se ensuciaran de lodo y maldijeran, a los niños raros y feos los bañaban, arreglaban y sobornaban para que se portara bien. Las chicas mas bonitas se cortaban el pelo a mechones y ensuciaban sus vestidos con lodo rezando a que el director no las eligiera este año. Pero esto no era lo mismo con tres muchachas.

Para Agatha solo eran cuantos para asustar a los niños y por el miedo de desaparecer dos de ellos escapaban al bosque para terminar siendo devorados por osos, lobos o cualquier animal salvaje que existiera en el, Sophie por el contrario creía que seria su oportunidad para escapar de ese pueblo y no pudrirse en el, ser mas que solo la esposa de un vil campesino y cambiar el mundo, ese era su destino tal y como lo había dicho su madre. Pero para Jazmín era la oportunidad de vivir en un mundo mágico, con pociones, hechizos y encantamientos, tener un cuentos de hadas e ir a esa escuela, no importaba a cual, incluso siendo una villa no podía evitar querer ir a ese mundo extraño con el que sentía una conexión. No quería abandonara sus padres, los amaba más que a nada pero no quería perder la oportunidad de vivir, de saber que hay mas allá del bosque, de encontrar a su amor verdadero al igual que el que tenían sus padres.

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Sentadas en una mesa las tres compartían de los postres de fresa hechos por la mayor delas tres. Uno especial para Sophie, sin nada de azúcar o algún otro ingrediente que a sus palabras "te hacen engordan", Agatha por el contrario disfrutaba de los postres y mientas mas azúcar tuviera este seria mejor.

- Por centésima vez - dijo Agatha mientras comía otro bocado del pastel de manzanas- literalmente NO.

-No seria un cambio completo, solo unos pepinos en los ojos y una exfoliación para los poros- le robo un pedazo de su pastel- Dile algo Jazz.

-Creo que un peinado nuevo no te haría daño Aggie- Agatha solo le dedico un bufido- Yo solo digo que...- Un golpe la interrumpió provocando un salto de la chica.