Parte 4

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Abre las puertas de la alacena y saca el edulcorante, le pone unas gotitas de ese líquido dulce y toma de su taza, hace una mueca como si estuviera chupando un limón muy agrio.

Bakugou: ¿Entonces? ¿Sabe mejor de lo que huele? (Se burla levemente)

Midoriya: Mmm maso menos... (Deja de arrugar la nariz) Es... Como si fuera de limón, pero no sé, despues me acostumbraré. (Seguía tomando de su tasa y de a poco se acostumbró al sabor agrio)

Bakugou: (Lo mira con cara de asco) ¿Cómo es que me casé contigo? ¿Qué droga me pusiste? (Le decía en joda)

El pecoso le sonríe y le pica la cintura para hacerle cosquillas, en forma de venganza por su comentario. se va a sentar al sillón mientras leía algunos papales de la agencia. El rubio lo ve sentarse y sonríe de manera boba.

Bakugou: ¿Mucho trabajo?

Midoriya: Maso menos, quiero terminar de leer esto, así mañana se lo doy a Kiri y... nada más. (Leía las hojas con rapidez mientras tomaba de su té y tragaba con dificultad el mismo)

Bakugou: Que dedicado... (Lo molesta) ¿Y de qué trata? ¿Es el caso de la semana pasada? (Pregunta interesado, pero algo lo tenía inquieto)

Midoriya: Si, como todavía no estaba tan cerrado quería echarle una leída.

Bakugou: Pero solo falta la información acerca del robo. (Camina hacia él) Aunque, creo haber leído, que ni el dueño del local sabe cuántas cosas se llevó. (Mira de reojo los papeles)

Midoriya: ¿Queres ayudarme? (Le sonríe y palmea el sillón para que se siente con él)

Bakugou: Claro, no tengo nada mejor que hacer. Espérame un cachito que voy a buscar mis anteojos, porque el maldito de Denki que se encarga de los papeles, lo escribe todo en letra minúscula. (Se quejaba mientras se dirige a su cuarto en busca de sus anteojos)

El pecoso se reía ante ese mal humor, ambos leían esos papeles de trabajo con suma concentración, debatieron entre ellos sobre el caso y al rato les cae la noche.

El pecoso hacia la comida mientras el rubio lavaba los platos de la noche anterior. De vez en cuando ambos cabeceaban por el cansancio, pero el sabor picante del arroz les ayudaba a despertarse un poco.

Cuando terminaron de comer se decidieron a por ir a la cama, el mayor antes se había ido a bañar y cuando volvió a su cuarto vio al menor arriba del acolchado roncando como si no hubiese un mañana. La perra se acuesta a los pies de la cama como siempre, apoyándose en sus talones.

Lo mira dulcemente y decide acostar al menor debajo de las sábanas. Ya con el pecoso, correctamente acostado, se mete abajo de aquella tela y se concentra en abrazar al peliverde, para mimarlo y/o consentirlo.

Ambos jóvenes durmieron pacíficamente, se notaba que estaban muy cansados, ya que no se les oía ni hablar. Hasta la perrita estaba roncando junto con ellos.

Al salir el sol de ese nuevo día, hubo algo diferente. Unas manos más pequeñas de lo normal se alcanzaban a mirar debajo de las sabanas , además, que la figura del pecoso había cambiado bastante, mostrando un cuerpo más débil y pequeño.

Deku: (Este se movía en la almohada algo incómodo, su uniforme no lo dejaba dormir bien) Mmm... (Se frota los ojos con el puño) ¿Porque estoy durmiendo con el uniforme...? ¿Me dormí así despues de comer? (Se da vuelta y abre los ojos como plato al ver al rubio más grande) PERO QUE-

Con sus manos en la cadera del menor. Con los ojos cerrados acaricia levemente al chico, ya que era normal que se despertara de esa forma tras una pesadilla.

El Futuro en Retroceso.Where stories live. Discover now