Era un futuro aparentemente perfecto, en dónde nada podía salir mal, hasta que un día el pasado jugó sus cartas, trayendo consecuencias. Bakugou y Midoriya, después de su boda, estaban disfrutando su vida de recién casados, hasta que, por un hecho e...
El pecoso habia echo algunos cálculos e hipótesis en su cabeza cuando estuvo esperando a que llegara el rubio.
Kacchan: Hace bastante que no paso por ahí. (admite el chico con neutralidad) ¿Y no te enseñaron a no beber las cosas que los vendedores te ofrecen?
Midoriya: Es una feria, venden cosas que muchos consumen. (Le sigue el juego de hablarle neutral)
Kacchan: ¿Y qué tiene que ver? (Cuestionaba molesto y gruñe irritado) ¿Entonces vamos a tener que ir? (Preguntaba sin ganas)
Midoriya: Supongo que sí... veré que me dice la vieja para resolver esto y te dejo solo.
Kacchan: Bieeen (Decía resignado) ¿Y dónde piensas quedarte? No puedes estar escondido en tu cuarto para siempre, tu mamá tarde o temprano se dará cuenta de lo que pasa. (Se cruza de brazos)
Midoriya: Pensaba seguir fingiendo que estaba enfermo, pero no sé, ¿tienes alguna sugerencia? (Lo insistentemente, con un puchero en los labios y ojos de cachorrito)
Kacchan: Yo que sé, el que no quiere ser descubierto sos vos, no yo. (Respondía crudamente)
Midoriya: Mmmm no se... ¡¡Bueno no importa!! (Le decía feliz) ¡¿Mañana vamos a la plaza y buscamos a esa vieja te parece?!
Kacchan: No tengo de otra. (Decía molesto y agarra sus cosas, porque ya quería irse de ahí) Mientras sea despues de la escuela, joya. (Se cuelga su mochila en su hombro)
Midoriya: Claro, despues te veo a la salida, yo estaré aquí... y esperare a que sea la hora.
Kacchan: Ni se te ocurra. (Lo mira en forma de advertencia) No vayas a buscarme, no soy un niño como para que lo hagas. Sólo ve a la puta plaza y espera ahí. (Serio)
Midoriya: Mmmm está bien, espero que no se me olvide. (Decía entre risas)
Kacchan: Si se te olvida te juro que se me va a olvidar ayudarte. (Decía molesto. abre la puerta y sale de la casa sin despedirse del pecoso, pero sí de la madre)
Midoriya: Jaja esta- (Cierra la puerta de un portazo) bien...
Camina para atrás vagamente y se sienta en la cama, giraba su anillo que rosaba con su dedo y sonríe de costado.
El rubio aun con su cara de pocos amigos llega a su casa. Al pasar por la puerta su mamá lo recibe con un pequeño griterío, ya que él no le había avisado a donde iba, solamente le habia dicho que no iría a casa directamente. El chico les explicó a donde habia ido aquella tarde, obviamente diciendo unas cuantas mentiras. Deja su mochila en su cuarto y se acuesta en su cama con los pies colgando mientras miraba el techo, pensando en la expresión seria e intimidante que habia puesto el pecoso.
La noche pasa y ambos chicos miraban el techo pensativo. el pecoso sentía culpa por estar evitando a su madre, pero tenía que esconderse de alguna forma.
Se levanta y va a su cuarto, la ve que estaba con un libro en su pansa y suelta una risita, la ayuda a acomodarse, sacando el libro sobre su mesa de luz y a pagando el velador, la arropa y sale de su cuarto sin más antes darle un beso.
Duerme en su antigua cama mirando su anillo y cierra los ojos para esperar el otro día.
A la mañana siguiente el rubio se levanta de su cama con unas pequeñas ojeras. Con pasos pesado y fatigados va al baño para bañarse, y de paso despertarse mejor. Se pone su uniforme y va a la escuela, sabiendo que el pecoso no iría.
Pasan las clases, mientras era horario escolar él estaba allí jugando y de vez en cuando tomando notas. Los recesos los amigos lo molestaban por estar tan pensativo de los normal.
El rubio trataba de ignorar aquellos comentarios, ya que quería que las clases terminaran rápidamente para encargarse de lo que el Deku grande quería, para luego volver a la normalidad.
El rubio termina con sus deberás allí y sale con cansancio del aula para ir a la salida.
Sale de ahí y por suerte el chico no lo estaba esperando. UN suspiro aliviado se escapa por sus labios y comienza a caminar hacia la plaza a la que solían ir de niños.
Midoriya: (El pecoso aparece detrás de él y con un brazo le rodea el cuello) Buenos Días Kacchan. (Le decía con sonrisa tierna)
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Kacchan: (Le pega un codazo que le dio justo en el estómago, alejándolo) Nada de tocarme idiota. (Serio)
Midoriya: Ugh (Decía con una sonrisa aguantando el dolo y empieza a caminar al lado suyo) Jeje está bien, despues te vas a venir arrastrándote a mí. (Le decía con codazos, provocando su enojo, pero él sabía cómo controlarlo)
Kacchan: Ya quisieras... (Lo mira de reojo) No sé qué clase de droga me habrás puesto en el futuro, porque es imposible que te haya elegido estando cuerdo. (Aceleraba más su paso)
Midoriya: (Con sus piernas largas lo seguía hasta quedar a la par) Naa eso lo veras tú en el futuro. Seguro te gustará.
Kacchan: ¿Qué cosa? ¿Salir contigo? No gracias. (Lo mira de reojo) No hay peor cosa que eso... (Mira la plaza, buscando la feria que el pecoso anhelaba encontrar)
Midoriya: Jaja entonces no hablare, ¿no dijiste que no querías no hablar del futuro? (Lo miraba con una sonrisa de lado)
Kacchan: ¿Quién fue el que empezó con el tema? (Lo mira cuestionándolo con la mirada) Borra esa maldita sonrisa de tu rostro y busca a esa vieja. (Mirando hacia el frente)
Lo mira algo triste y con su mirada buscaba esa carpa morada y chiquita, entre todas esas carpas blancas y cardumen de personas, a escondidas se veía una bandera de aquella vieja.
Midoriya: AHI ESTA (Lo agarra del brazo con entusiasmo y camina rápido para la hilera de carpas)
Kacchan: ¡¡No me arrastres idiota!! (Siendo llevado por el chico)
Midoriya: (El chico disminuía la velocidad y empezó a dar pasos cortos y acelerados) Es esa vieja, no te desquites con ella ¿okey?
Kacchan: ¿Quieres mi ayuda o no? (El pecoso asiente) Entonces no me digas como hacerlo.
Midoriya: Jeje okey (Decía entre risas y llegan a la tiendita chiquita de la vieja, esta se veía un poco más joven)
Kacchan: (Suspira y se acerca a la vieja) Hola...
Vieja: Hola hermosos, ¿que estaban buscando? ¿Algún te? ¿Remedio para sus músculos? (Decía señalando los productos con sus dedos largos y llenos de anillos)
Midoriya: Esteee... como puedo decirle, compre un te- en realidad mi esposo lo compro. (Se corrigió rápido) Era algo agrio y supuestamente curaba los músculos del cuerpo, pero... parece que me hizo cambiar de lugar con mi yo del pasado, ósea yo soy del futuro y quería saber si tenía algún arreglo para que pueda volver. (Daba vueltas al asunto como siempre y la vieja trataba de deducir el relato)
Kacchan: (Revolea sus ojos con fastidio y mira a la vieja) ¿Cómo se revierte los efectos que producen tus tés truchos?
