★ obsessed ── tomtord

「12」

Tord había visto algunas parejas disparejas antes, pero nada siquiera cerca de la aventura entre su mejor amigo y el profesor Paul.

Excepto que ya no era incluso una aventura: Patryck en realidad se había mudado con Paul, lo que fue mentalmente alucinante en tantos niveles que Tord todavía tenía problemas para creerlo.

— Larsson —Paul lo saludó, abriendo la puerta.

— Profesor —dijo Tord incómodo y entró en la casa.

— Patryck está allí —Paul hizo un gesto a la puerta de su izquierda antes de darle a Tord una mirada dura—. Estoy trabajando, así que no me molesten. Mantengan la voz baja.

— Sí, señor —dijo Tord.

¿Qué había en este hombre que le hacía sentir como si midiera tres pulgadas de altura?

La puerta se abrió y la cabeza de Patryck asomó.

— ¿Estás acosando a Tord de nuevo? —dijo rodando los ojos.

Paul levantó una ceja.

— ¿Yo? ¿Acosando?

Dándole una larga sufriente mirada, Patryck se acercó a Paul y lo besó.

— Ve a trabajar en tu libro mientras puedas. No olvides que les prometiste a Ell y Matilda llevarlas de compras. Están súper emocionadas, ellas han querido un cachorro desde siempre.

— Sí, negro y esponjoso —dijo Paul con una apretada expresión en el rostro.

Patryck sonrió.

— ¡Y con una estrella blanca en la frente! Eso es muy importante para Matilda.

Paul le dio una mirada.

— ¿Qué pasa si no hay tal cachorro?

— Estoy seguro de que puedes intimidar a la gente para que te consigan uno —dijo Pat—. Ve a trabajar antes de que se despierten.

Negando con la cabeza y viéndose moderadamente irritado, Paul besó a Patryck en los labios y encaró hacia arriba, presumiblemente para su oficina.

— Esto seriamente me está asustando, hombre —dijo Tord, parpadeando.

Patryck resopló y lo llevó a la habitación.

— A veces todavía me resulta extraño también a mí —Él se dejó caer sobre el sofá y sonrió ampliamente—. Pero nunca he sido tan feliz.

Tord miró alrededor de la elegante habitación.

— Apuesto a que no hace daño que esté cargado, ¿eh?

Patryck sólo se rió.

—Entonces —dijo, apagando el televisor—. ¿Qué pasa contigo últimamente?

Miró a Tord intensamente, sus ojos cafés serios. Esos eran unos ojos hermosos, pero eran color café, no en absoluto como...

Tord se encogió. Esto se estaba volviendo ridículo.

— Quiero decir, he sido un amigo de mierda últimamente —dijo Patryck con una mirada tímida—. Las cosas han estado locas, y Paul prácticamente tomó mi vida. Sé que es una mala excusa, pero...

— No te preocupes —dijo Tord, hundiéndose en un aparentemente cómodo sofá.

— Entonces, ¿Qué pasa? —Preguntó Patryck—. Has estado un poco raro por un tiempo.

Tord frotó la esquina de su ojo izquierdo.

— ¿Recuerdas el trío que tuve con Katya y su novio?

Pat asintió, pero él tenía el ceño fruncido.

— ¿No fue hace un mes?

— Sí —dijo Tord —. La cosa es que no fue la única vez que ocurrió. Básicamente, ha estado pasando durante un mes... bueno, hasta Navidad.

Los ojos de Patryck se abrieron un poco.

— ¿Tanto tiempo? Pero por lo general tú no...

— No, yo usualmente no lo hago —dijo Tord suavemente.

Hubo un largo silencio, durante el cual Tord encontró tres tornillos en el techo y una pequeña mancha en la pared que podría haber sido un bicho alguna vez, aunque no podía imaginar a Paul aplastando un bicho.

— ¿Estás en una relación con ellos? —dijo Patryck, su voz lenta y confusa.

La risa que salió de la garganta de Tord era un poco tensa.

— No. Ellos son una pareja, y yo soy su juguete sexual. Eso es todo.

— No me estás diciendo algo. Te conozco, Åke.

Tord se miró las manos.

— Yo no quiero un trío —susurró.

—¿Quieres decir...? —Patryck sonaba sorprendido.

— Sí. Estoy jodidamente celoso. Y lo odio. Me está volviendo loco.

— ¿Celoso de quién? ¿Él o ella?

— Ella —dijo Tord, su voz plana—. Odio verla a ella tocándolo, y besándolo y follándolo —Tord se rió—. Lo sé; es ridículo. Ella tiene todo el derecho de tocarlo, ha sido su novia durante dos años. No soy nada para él, pero...

— ¿Estás enamorado de él?

Tord se pasó la lengua por los labios.

— Yo... yo no lo sé —Él sonrió sin humor—. Si esto es amor, jodidamente apesta. Siempre pensé que el amor supuestamente hacía feliz a la gente. Nunca me he sentido tan como la mierda antes. Ni siquiera es sólo el sexo. Odio cuando los veo juntos, cuando los veo siendo una pareja, y una adorable. Ella puede tocarlo cuando quiera. Ella sostiene su mano. Ella pasa las noches con él, ella vive con él —Se encontró con los ojos de Patryck —. Estoy empezando a odiarla, ya sabes. Ella no se lo merece. Es una chica buena y divertida. Solía gustarme. Y ahora un poco como que quiero arrancarle los ojos, aplastarlos con un pie como un niño y gritar ¡Mío! cada vez que lo toca. Y estoy seguro de que ella ya sabe que quiero más de él. Ella quiere que me vaya. Yo sé eso —Tord resopló—. Y no puedo decir que la culpe —Suspiró profundamente, pasándose una mano por la cara—. Me está volviendo loco. Y es... es jodidamente estúpido. Apenas lo conozco. Yo no lo comprendo. Pero es como si... yo no puedo separar el sexo de los sentimientos, ¿sabes? Siempre pude antes, pero con él, sólo no puedo hacerlo. Quiero complacerlo. Quiero gustarle. Es jodidamente ridículo.

Patryck se quedó en silencio por un rato antes de preguntar en voz baja—. ¿Qué hay con él? ¿Crees que es de un solo lado?

Cayendo hacia atrás en el sillón, Tord volvió a suspirar.

— No lo sé. Él es muy difícil de leer. A veces pienso que hay algo ahí, pero... pero yo no creo que él trate a su novia en nada diferente de lo que solía. Él es siempre tan... atento con ella. Aún el novio perfecto.

La boca de Patryck fija en una línea sombría.

— No le dispares al mensajero, pero... si él siente del mismo modo que tú, ¿no debería estar celoso de ella, también? Su relación se habría deteriorado. Si todavía están bien, eso... en realidad no se ve bien para ti.

El estómago de Tord se revolvió. Sabía que Patryck tenía razón. La misma idea se le había ocurrido también.

— Lo sé.

Ambos se quedaron en silencio.

— ¿Qué vas a hacer? —dijo Patryck al fin.

Tord se mordió el interior de la mejilla.

— Lo más inteligente —dijo, mirando a los ojos de Patryck—. Salirme mientras todavía pueda.