「Epilogo」

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Thomas se detuvo frente a la puerta conocida y levantó la mano para golpearla pero se detuvo.

Cristo, esto era una locura. ¿Qué estaba haciendo allí a esta hora? Lo más racional sería esperar hasta mañana, en lugar de aparecer a la una de la madrugada como un adicto que necesitaba una dosis - lo que no estaba lejos de la verdad.

Tord y su abuela estarían dormidos de seguro, y Tord estaría probablemente enojado con él, por casi patearlo fuera del coche después de primero haberlo besado. Por no hablar de que Tord no había dado ninguna indicación de que quisiera que sean algo más que amigos. Tord no sostenía relaciones. Y Tord había dicho que quería a Hakkai.

Thomas apretó los dientes. No. No había imaginado el hambre y la necesidad en los besos de Tord, no había imaginado a Tord apoyándose en su toque. Esta cosa - esta atracción sin esperanza - no podía ser unilateral. No sabía lo que él haría si fuera unilateral. Nada bueno.

Thomas tenía una punzante sospecha de que no lo tomaría bien si Tord le decía que no estaba interesado. La sola idea lo puso inquieto y ansioso. No quería estar en la situación de Yanov. A diferencia de su primo, Tom no creía que él fuera capaz de ver a Tord con otra persona.

Su autocontrol no era lo suficientemente bueno como para eso.

Al darse cuenta de que tenía los puños apretados con fuerza a los lados, Thomas los forzó a relajarse. Mierda. Quizás reprimir y evitar las emociones durante años realmente había sido una mala idea: él no sabía cómo lidiar con esto en absoluto. Tord algunas veces bromeando le llamó espeluznante. Thomas tenía el mal presentimiento de que podría no estar muy lejos de la verdad. Se sentía como una canilla con la llave rota: una vez abierta, no podía ser cerrada de nuevo.

Tenía el potencial para convertirse en un acosador espeluznante si Tord lo rechazaba. Jesús.

Mejor que Tord no lo rechazara.

Apoyándose en la pared, Tom sacó su celular y llamó a Tord.

Tuvo que esperar un rato largo hasta que Tord respondió.

— ¿Huh? —Murmuró, su voz somnolienta y no del todo despierto. Sus ojos estarían probablemente aún cerrados—. ¿Quién eres y por qué coño estás llamando en medio de la noche?

— ¿Realmente quieres a Yanov?

Silencio.

— ¿Tim? —Se oyó el ruido de los muelles del colchón.

Tom se pasó la lengua por los labios, imaginando a Tord en la cama, con su piel cálida, el pelo alborotado por el sueño, los ojos soñolientos y los labios un poco hinchados.

— ¿Thomas?

— ¿Realmente lo quieres? —dijo, su voz más dura de lo que pretendía. No pudo evitarlo.

Otro silencio.

— ¿Estás celoso? —dijo Tord, un poco inseguro.

Tom respiró profundo.

— Quizás.

Tord dejó escapar una risa ahogada.

— Mierda, esto realmente está jodiendo mi cabeza.

Thomas pensó que era algo justo, teniendo en cuenta que Tord había arruinado completamente su ordenada, racional vida.

— ¿Quieres a Yanov?

Tord suspiró.

— ¿Alguien te dijo que eres como un perro con un hueso? No, no quiero a Yanov. ¿Feliz ahora? ¿Y por qué me estás llamando a esta hora?

★ obsessed ── tomtordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora