Capítulo once.

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𝑯𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒂𝒒𝒖𝒊́ 𝒏𝒐𝒔 𝒕𝒓𝒂𝒋𝒐 𝒍𝒂 𝒎𝒂𝒓𝒆𝒂.


La caligrafía fina con la que trazó su nombre sobre la solicitud de divorcio fué el final de todo. Y aunque tuvo la necesidad exigente de arrebatarle de nuevo la carta al procurador el día en que él y Baekhyun asistieron juntos al juzgado para legalizar su divorcio; se contuvo.

Porque ver la sonrisa en el rostro de su ex-esposo, lo destruyó por completo. Pero él se lo había buscado y tenía que hacerse cargo de las consecuencias.

Después de aquel día, Byun Baekhyun desapareció junto con su hijo. Sin dejarlo ver su rostro una última vez, o escuchar la risa estruendosa de su hijo un último día. Se fué y se lo arrebató todo, pero él había hecho lo mismo.

Chanyeol tuvo que aprender a vivir en ese solitario departamento lleno de penumbra, en dónde al llegar no había un delicioso aroma a comida ni estruendosos gritos de bebés sonando por doquier. Tampoco la voz de Baekhyun regañando a Hanseol, o besos de llegada, y mucho menos palabras de amor.

Porque se castigó a sí mismo alejando a todos. A recibir el silencio y el vacío que merecía.

Hyunsoo todavía insistía cuando tenía la oportunidad de encontrarlo, pero en lugar de hablar con él pasaba de lado y se encerraba de nuevo en su oficina para cargarse de más y más trabajo.

No había ser más repugnante que sí mismo. Ese era su pensamiento más habitante desde que había empezado a quedarse hasta altas horas de la noche en su oficina, recostado sobre su silla observando desde el gran ventanal la ciudad nocturna.

En sus labios se acostumbró a acariciar un cigarrillo y a beberse un humo que ansiaba deshacerse de él. Y así fue creando una rutina diaria en dónde llegaba a casa, si tenía hambre comía, sino, no; se duchaba e iba la cama antes de que el insomnio tocara a su puerta para recordarle cada uno de sus errores. Para que al despertar volviera a ducharse y se fuera al trabajo, allá podía comprar algún café y estabilizarse en todo el día.

Desde su divorcio, no hubo noche en la que no pensara en ir nuevamente hasta su antiguo hogar y rogarle a Baekhyun por una oportunidad más. Pero cada que ese pensamiento se cruzaba por su cabeza, había otro mucho peor que lo hacía sentarse de nuevo y permanecer quieto.

Lo que le hizo no era justificable y mucho menos perdonable. Nunca existiría un perdón a sí mismo sobre sus acciones, tampoco halagos machistas en dónde un amante era una muestra de hombría, cuando era el acto más cobarde y estúpido que un hombre podría cometer.

Él era un estúpido cobarde.

—Director Park, el presidente Kang quiere verlo en su oficina.

Chanyeol asintió por el micrófono de su escritorio, y media vez terminó de firmar un par de documentos se levantó para ir en camino hasta la oficina de Kang. En medio del camino se encontró a la pediatra Hee Soo, quién se le quedó viendo cómplice.

Solía ser la pediatra de su hijo, y también era la hermana del verdadero padre del hijo de Hyunsoo.



Días atrás la pediatra con la que menos palabras había intercambiado, lo detuvo, llevándoselo hasta su consultorio infantil.

—Doctor Park, sé que una infidelidad no es justificable. Pero hay algo que usted debería saber de la persona con la que se está liando.

El doctor fué tomado por sorpresa con tales palabras, y por seguridad no dijo nada. Hasta que se cercioró de que aquella mujer de cabellos rubios y rizados, tenía un atisbo de lo que sucedía entre Hyunsoo y él.

Holding 𓆰 chanbaek.Where stories live. Discover now