¡Bromita!

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Un día más, Mandy estaba sentada en su gran trono en espera de los clientes. Ella detestaba sonreír falsamente ante los clientes, muchos de ellos se portaban como tal. ¡Pero que podía hacer! después de todo llego al lugar en donde estaba gracias a su padre, no podía dar una mala cara o si no, tendría unos problemas tremendos con su padre, cuál tampoco le prestaba mucha atención a menos que ella fallace o hiciera algo malo.

Llevo su mano a su mejilla y con la otra hacia sonidos en la mesa en un tono de irritación y desesperación. Para ella ¡el tiempo pasaba como una tortuga! Por si fuese poco, además de soportar a esos demonios, tratar de hacer crecer la fábrica aunque su padre no le de elogios y solo le de críticas, tenía que soportar ¡a un verdadero diablillo! No entendía como era posible que el trabaje aquí, su trabajo es hacer reír a los clientes, pero aún así parecía no entender el significado de la palabra "seriedad"

De solo pensar en todo eso, la hizo enojar, lamentablemente se veía en la necesidad de desquitarse con la primera persona que vea... ¡y quién mejor que Chester! De hecho el ya esta a punto de hablarl... hacerle una broma, una en el peor momento posible

- ¡Mandy!

La princesa dió un salto de sorpresa, pero solo escucharlo ya le dolía la cabeza.

- ¡ARGH! ¡Ya déjame!
- ¡Oh vamos! Solo quería darte un presente...

Por supuesto que ella no iba a caer es su trampa, ¿o si?

- Mmm... ¿qué es?
- Si te lo digo ¡ya no sería sorpresa!
- Esta bien... ¡Bien, muéstramelo!

Enseguida, Chester sacó lo que estuviese detrás de él. Era una pequeña bolsita. Chester, al ver que Mandy no reaccionaba, agarró sus manos y se la dió. La joven decidió abrirlo con sumo cuidado, por ahora no había señales de que esto terminaría desatando su cólera. Lo que había dentro de la bolsa eran dulces ¡chicos, grandes y de muchos colores! Pero aún asi ella no parecia confiar mucho. Mandy deseaba que realmente esto fuese un amable gesto, pero si se trataba de Chester, obviamente acá se iva a armar una pelea.

- ¿Esto es para mí?

Dijo sabiendo que de seguro aquellos caramelos contenían algo.

- ¿Ves a alguien además de ti?
- No seas tonto, solo que es muy raro que me des esto, ¿no lo crees?
- Bueno... ¡Si!, pero llevo mucho tiempo reflexionando si darte un regalo o no
- ¿Y por qué me los das ahora? no estamos en pleno descanso
- ¡Si pero tenía ganas de dartelo ahorita! Además no viene ningún cliente
- Bueno bueno, entonces como son míos, quisiera compartir algunos contigo ¿te molesta?

Ahora si se viene los bueno, parece que el estafador...¡saldrá estafado!

- Ehhh, ¡Buenos si insistes! Pero cometelo tu primero, sería de mala educación... ¿S-Sabes?

Claramente nuestro bufón favorito estaba nervioso, sabía lo que contenía esos caramelos y si hubiese algo que hacer para no comerlos... ¡Por supuesto que lo haría! Ahora solo tendría que mantener la calma y esperar que Mandy se los coma.

- ¡No!, te estoy dando el privilegio de ser el primero en comer estos "deliciosos" dulces. Si no te los comes ¡entonces yo tampoco los comeré!
- ...

Sip, ya lo descubrió. Ella ya se le notaba una amplia sonrisa maliciosa. Realmemte Mandy ya creía que todo acabó aquí, pero lástima que se olvidó que Chester es más ingenioso que ella.

Sin que se se diera cuenta, desde antes de hacerle la broma, él ya tenía unos dulces en las manos. Él siempre tenía un az bajo la manga y esta no era la excepción.

Con la mano de dulces disimuló que agarraba algunos de la bolsita, para luego llevarse uno a la boca.

Mandy esperaba que su "amigo" mostrara una mueca de asco, pero nunca lo hizo, ¡es más! parecía gustarle. Abrió bien los ojos de la sorpresa. ¿Realmente solo era un presente? En muy en el fondo, Mandy se sintió apenada y triste, pensaba que era una de sus tantas bromas que la hacian sacar de quicio, "Pero esto no fue así" pensaba convencida la princesa.

- ¡Listo! ¿Contenta? ¡No puedo creer que desconfiaras de mi!
- Bueno, lo siento, ¿Supongo que ya puedo comerlos, no?
- ¡Pues sí! Por algo me pediste que probara YO primero

Mandy, convencida agarra uno de los dulces y se lo llevó a la boca.

- ¡ARGHH, QUE HORRIBLE! ¡QUE ASCO!

Chester solo dió carcajadas por la mueca de asco de Mandy. La princesa enojada inmediatamente trató de agarrar su bastón... ¡Pero este no estaba en su lugar! ¿En dónde estaba? Estaba tirada por allí, pero no al alcance de Mandy.

- ¡Si no te mato con mi bastón... TE MATO CON MIS MANOS!

¡Uy! Chester debía de correr de inmediato para no ser ahorcado por Mandy. Dió un salto hacia atrás y salió corriendo.

¿Por qué cada vez que le hacia una broma, no secuestraba el bastón para asegurar su vida? Bueno hay una respuesta para eso, lo que más consideraba divertido (a parte de hacer la broma en si) era ser perseguido por Mandy. Esto realmente lo consideraba un juego, como al juego de pillar, solo que en vez de solo tocarte... lo intentará matar, esa era la única diferencia en este juego.

Mandy, apenas empezó a correr detrás de Chester, pudo escuchar la campanita de la entrada, dando a entender que un demo... cliente llegó a la tienda.

No se la pensó dos veces y directito se fue a su puesto. Le preguntó al cliente la misma pregunta de siempre "¿Qué desea llevar?" Esa frase siempre la decía de la misma forma, lo más amable, dulce y alegre posible. Pero por dentro, tenía ganas de gritar y maldecir.

Mientra atendía al cliente, Mandy observó a lo lejos a Chester. Tenía una sonrisa en su rostro y un pequeño cartel en sus manos, en la cual decia:


"¡Era bromita! ¡No te enojes!"

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989 palabras

Gracias por el apoyo del anterior capítulo.

Subiré los capítulos los días: Lunes, Miércoles, Viernes y Domingos.

Gracias por leer


No es mi príncipe, es mi bufón | BRAWL STARS: Mandy × ChesterWhere stories live. Discover now