"Asuntito"

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Mandy podía escuchar como su bufón la llamaba para avisarle que el juego ya había terminado. Ella estaba escondida en los jardínes del palacio, aguantando las risitas. Para hacerle más díficil encontrarla, decidió entrar al palacio.

Entró al palacio a paso rápido. Pero pudo escuchar pasos detrás de ella, lo cual siguió caminando más rápido... y más rápido. No quería mirar hacia atrás, pues sabía quien era... "Ese dragón estúpido"

Al doblar en uno de los pasillos, no pudo evitar fijarse, y con eso confirmó quien era aquel que le perseguía. Ahora, Mandy, empezó a correr, cosa que el hombre disfrazado de dragón imitó.

La princesa pensaba en que, una vez ese tipo la perdiera de vista, le avisaría a Darryl, si es que andaba por allí, o si no, ella se haría cargo, si es que encontraba su pistola azucarada.

Ya empezaba a cansarse debido a su pequeño cuerpo y el sujeto no parecía estar distraído. Como sabía que ya no podría avisar a nadie, corrió lo más que pudo hacia su habitación.

Por suerte, ella siempre llevaba la llave de su habitación consigo. Desesperadamente metió la llave y entró. Ese hombre estaba tan cerca de ella que se chocó fuertemente contra la puerta.

No pudo encontrar su pistola azucarada con la vista, a si que arrancó una hoja de uno de los libros que estaba leyendo y escribió:

Castillo Érase una vez

Dejó la nota encima de una cómoda.

Soltó el lapicero por el susto, ya que el hombre disfrazado de dragón abrió la puerta con brusquedad. La tomó y saltó por la ventana.

Mientras tanto, Chester, escuchó un ruido que provenía dentro del palacio. Se dirigió al lugar donde creía que provenía, pero no había nada extraño. Pero de todas formas decidió revisar cada punto del palacio.

Pasó por el pasillo donde se ubicaba la habitación de Mandy y vió la puerta abierta. El sabía perfectamnete que su jefa nunca dejaba la puerta de su habitación abierta, y como le fue extraño, entró a la habitación de Mandy. No vió nada fuera de su lugar, a excepción de un libro votado en el suelo a un lado de la cómoda. La tomó y se fijó en el título:

"Querido hijo: estás despedido"

Aquella última palabra le daba vueltas en la cabeza.

...

— Estas bromeando, ¿v-verdad?

Aún no podía creer lo que su madre estaba diciendo.

— ¿No está claro?

— Pero... ¡bien, ya entendí! voy a comportarme mejor y ser un excelente hijo...

— ¿No entendiste? Chester, esto no es ninguna broma.

— ¡No puedes votarme así como así! No es como si ser un hijo fuese un trabajo.

— ¡Bueno! Pero tampoco era mi trabajo ser quien te críe. Tú llegaste a la puerta de mi casa y yo solo acepté cuidarte.

— Pero...

— ¡Nada de peros! En unos días te me vas y punto.

No es mi príncipe, es mi bufón | BRAWL STARS: Mandy × ChesterKde žijí příběhy. Začni objevovat