¡Mandy se vuelve una niña!

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El reino de CandyLand ya estaba totalmente oscuro gracias a la noche. Todos los habitantes seguramente estarían cenando algo delicioso. Lástima que esa no es la suerte de Chester, tenía que quedarse hasta tarde para limpiar el salón principal del palacio. Lo bueno es que su jefa le había dicho que recibiría un aumento de 10% de su sueldo. Tal vez suene tacaño, pero es razonable para solo limpiar de más una única vez.

Todo iva bien, incluso Chester cantaba con audífonos puestos.

"...bailas y paras el tiempo, todos te están viendo.
Nada normal, es original, en trance estoy.
Y así defines arte sin siquiera despeinarte.
Lo lamento no sé escribir, ojalá pudiera describir en pocas palabras lo que eres para mí...en pocas palabras lo que eres para mí... uh.

Veo como la luz salta de tu cara al suelo y regresa.
Hay veces que te pierdo en el mar de gente, pero es fácil encontrarte porque eres diferente.
Lo lamento no sé escribir, ojalá pudiera describir en pocas palabras lo que eres para mí..."

Pero se puso a pensar en su linda jefa, quien no la había visto. ¡Pero bueno! Tampoco puede hacer algo al respecto... "¿Y si está molesta? ¡Pero si hoy día no la moleste!... solo estallé un cascabel en su cara, la embarré de caramelo, se resbaló porque enceré el piso, intercambié monedas por unas de chocolate... ¡lo de siempre!" Eso para Chester era "muy" poco, pero de verdad empezaba a preocuparse.

Con Mandy...

- ¡Agh!... ¡¿Q-qué me está pasando?!

Su cuerpo enpezaba a encojerse. Todo de ella empezaba a cambiar, su voz, su cuerpo y su cabello. "Si no hubiera bebido eso... arg... amargado brujo... ¡me las vas a pagar!" Sabía que aquel brujo era vengativo, y sin duda cometió un error al dejar el "maravilloso" hogar de aquel hombre totalmente hecho un caos.

Cuando despertó, Mandy sentía que la cabeza le daba vueltas. Apenas pudo recordar lo sucedido, se puso en frente de su espejo. Esto no era un sueño... ¡Mandy es una niña!

"¡¿Ahora que hago?!" Pensaba la princesa. "¡¿Cómo voy a atender a los clientes?!, ¡¿quién se hará cargo de la fábrica?!,¡¿Me quedaré así para siempre?!" Mientras más pensaba, más se sentía nerviosa, y entonces comenzó a morderse las uñas. Por si acaso revisó en la botella colorida y de buen olor de la que bebió ese líquido, sacó la etiqueta y encontró un mensaje del brujo...

"¡Es mi venganza, princesa! Eso te pasa por dejar a mi hermoso hogar en un estado lamentable, con ayuda de ese bufón tuyo.

Psdt: La poción dura un aproximado de un día... en realidad no lo sé"

Por un lado estaba aliviada, pero ¿cómo se los explicaría a sus empleados? Seguramente no le creerían que ella es su mismísima jefa.

Con el bufón...

¡Listo! Chester ya cumplió con limpiar el salón principal... ¡por fin podrá descansar! Iva a dejar los objetos de limpieza en su lugar, pero estaba muy lejos. Decidió, primeramente, sentarse en unos de los dulces sillones... hasta que se acordó de Mandy, "¿Y si doy una ojeada a su habitación? ¡por supuesto!"

Mientras caminaba tranquilamente en dirección a la habitación de la princesa, escucho otros pasos cerca, eran pequeños y rápidos. Miraba a todos los alrededores, e incluso detrás de cada columna. Cuando volteó su vista al frente suyo, chocó con algo, o más bien con alguien pequeño. Abrió bien sus ojos al darse cuenta que con quien habia chocado era con una niña, quien estaba en el piso.

No es mi príncipe, es mi bufón | BRAWL STARS: Mandy × ChesterWhere stories live. Discover now