➤ ᴡᴇʟᴄᴏᴍᴇ ᴛᴏ ɢʀᴀᴠɪᴛʏ ꜰᴀʟʟꜱ

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El autobús recorrió un largo camino desde California hasta Oregón en busca de llegar a su destino, dentro de este, en la penúltima fila de asientos estaban los gemelos Pines ansiosos por llegar al pueblo a disfrutar su verano con sus amigos y los divertidos misterios que ahora convivían con la gente de ahí.

Había pasado ya bastante tiempo, dos años para ser exactos, en ese tiempo, los gemelos habían crecido (un par de milímetros, estando en la misma altura) y cambiado, pero no tanto; Mabel seguía siendo la misma chica amistosa, solo que al estar demasiado tiempo con sus amigos se descuidaba de sus estudios, recibiendo así una que otra reclamación de sus padres, pero ella no era una mala alumna, solo es distraída. En cuanto a Dipper, él se había vuelto un poco más introvertido; pasaba inmerso en sus estudios e investigando más acerca del diario de su tío que conservó y casi ni salía de su habitación, eran raros los momentos en que saliera a divertirse con más personas que su familia, pero fuera de que es un nerd de primera, seguía siendo muy amable y carismático.

Y ahora, después de tanto tiempo, ellos desean ir a visitar aquel pueblo otra vez y alejarse un poco de la secundaria. La razón por la que no fueron los veranos anteriores fue porque: 1. Sus padres decidieron irse a Miami a disfrutar las vacaciones en familia y 2. Unos problemas familiares, nada que importe ahora.
Ambos extrañaban pasar su verano en ese lugar, la última vez fue muy emocionante y quería crear nuevos momentos increíbles, con la excepción de que esta vez no habría ningún demonio inter dimensional todopoderoso entre las sombras, además, Soos les había dicho que tenía dos muy buenas noticias y que no eran aptas para decirlas por una carta o mensaje de texto; tenía que ser en persona, sí o sí.

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—¡Oh, Dipper! ¡Ya quiero llegar! ¡¿Cuánto falta?! —chillaba la estrella fugaz mientras se pegaba a la ventana, respirando contra el cristal, logrando empañarlo.

—Mabel, relájate, en cinco minutos estaremos ahí. —sonrió calmado el joven mientras sostenía en sus manos la carta que le había dado Wendy al final del último verano que estuvieron ahí.

—¡Agh! ¡Cinco minutos son una eternidad! —expresaba interactivamente. —Necesito bajar de este autobús, quiero ver a las chicas, a Soos, a… Pacífica… —para su última palabra, su tono de voz descendió al mismo tiempo que sus mejillas se tenían de un rojo suave. Dipper notó eso y solo bufó.

Dipper por accidente se enteró de que su hermana y la chica Nortwest hablaban casi a diario después de regresar a California, él notaba cada cambio de humor en Mabel cuando hablaba con ella y lo ansiosa que estaba, como si quisiera volver a verla.
Al principio, él creyó que habían terminado en buenos términos y que era una simple (y rara) nueva amistad para su hermana, pero conforme pasaba el tiempo, Mabel parecía sentirse más atraída hacia la rubia, y no de una manera amistosa; sino más que eso. Él seguía sin comprender cómo había pasado eso, no es que fuera en contra de las preferencias de su hermana, más bien estaba sorprendido en gran manera con esa situación.
El día que decidieron partir de vuelta a Gravity Falls, ella tuvo una larga videollamada con Pacífica y al final de esta pudo escuchar en un susurro de parte de su hermana con una esperanzada sonrisa en sus labios: «Ya quiero verte.»

Tal vez el hecho de que esto es algo nuevo y confuso en cierta manera para Mabel sea una de las razones por las que no le ha dicho nada a su gemelo, aunque este ya lo sabe.

—Sí… Yo también quiero verlos… Me pregunto si habrá pasado algo interesante últimamente.

—Oye, ¿piensas que los tíos estén ahí esta vez? —cuestionó.

𝖂𝖊𝖑𝖈𝖔𝖒𝖊 𝖇𝖆𝖈𝖐, 𝕻𝖎𝖓𝖊𝖘 𝖐𝖎𝖉 ◮ 𝕭𝖎𝖑𝖑𝖉𝖎𝖕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora