➤ᴄᴏɴꜰʀᴏɴᴛᴀᴛɪᴏɴ

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Minutos antes…

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Stanford había salido de la cabaña hacia el bosque cercano, quería sorprender a su sobrino con su llegada, por lo que le pidió de favor a Mabel que no le llamara o le enviara ningún mensaje para no arruinar la sorpresa.
Caminó un rato por el lugar, admirando el paisaje y sus incontables criaturas extrañas que pasaban por ahí, también pudo ver a un par de nomos corriendo con un pye de fresa sobre ellos, probablemente se lo habían robado a Linda Susan otra vez, «Je, je, nunca cambian.»

Después de un rato de entretenerse con aquellas criaturas, escuchó a la distancia un grito agudo, ese sonido lo alertó y al no saber que podía ser, rápidamente sacó el arma que siempre cargaba por precaución y caminó lentamente para descubrir el origen de aquel sonido, repentinamente, se encontró con una réplica de su cabaña en medio del bosque, eso se le hizo demasiado extraño, luego escuchó unas voces provenientes de aquella construcción, con mucha cautela se escondió detrás de un grueso árbol cercano para ver que se trataba. Él aún no podía distinguir muy bien de quien eran aquellas voces, hasta qué…

¡De verdad que eres el mejor! ¡Te amo mucho, Bill!

Esa sí la distinguió sin problemas. Era su sobrino.
Pero lo que de verdad lo aterró, hasta el punto de sentir su cuerpo estremecerse como nunca, fue el nombre que había pronunciado.
Con cuidado, se asomó y notó como ambos jóvenes se besaban, y enseguida reconoció al más alto antes de que el borde la puerta se iluminara con una brillante luz dorada y se cerrara, luego la silueta de un triángulo dorado se dibujó en aquella puerta y luego la cabaña completa destelló unos segundos antes de volver a su estado anterior, «No… No puede ser cierto…»

Podía escuchar lo fuerte que retumbaba, su cuerpo comenzaba a temblar de miedo y el sudor bajaba lentamente por su frente, inmediatamente todos aquellos traumáticos recuerdos sobre la bestia de un solo ojo llegaron a su mente para asustarlo aún más.

Cómo pudo, salió corriendo de aquel lugar nuevamente hacia la cabaña del misterio, «¿Cómo es posible que esto esté pasando?» «¿Có-Cómo sobrevivió?» «¡Tengo que advertirles!»

Tras un par de minutos, finalmente llegó a la cabaña, entró y corrió directamente para buscar a su familia, y para su buena suerte, estaban todos en un solo lugar; en la sala de estar viendo películas tranquilamente hasta que él llegó y los asustó.

—Wow, ¿y a ti que te pasó? Estás tan pálido que pareces una hoja de papel. —habló su hermano.

—N-No hay tiempo de explicar, ¡debemos irnos de aquí rápido! —dijo alterado.

—Ey, detente ahí. —se levantó del sofá. —Primero cálmate, ¿por qué dices que debemos irnos? Acabamos de llegar y están dando un maratón de “patotective”.

—Tío Ford, ¿dónde está Dipper? ¿Lo encontraste? —preguntó la castaña, el mencionado recordó aquella escena que había visto anteriormente en el bosque y un escalofrío recorrió su cuerpo.

—Yo… Ah, olvídalo. Mejor envíale un mensaje para que venga, no le digas que estamos aquí. —indicó. —Stanley, acompáñame. —le pidió, su hermano lo siguió hacia la cocina.

—Bien, ¿qué fue lo que te pasó? —interrogó.

—Stanley, no vas a creer esto, pero cuando fui al bosque… Él estaba ahí… —informó, su hermano quedó confundido.

—¿“Él”? ¿Quién es “él”? —dudó.

—Bill. —respondió serio, Stanley quedó atónito.

𝖂𝖊𝖑𝖈𝖔𝖒𝖊 𝖇𝖆𝖈𝖐, 𝕻𝖎𝖓𝖊𝖘 𝖐𝖎𝖉 ◮ 𝕭𝖎𝖑𝖑𝖉𝖎𝖕Where stories live. Discover now