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La grandiosa idea de Soonyoung para cocinar lo que, según él, era carne, terminó siendo un desastre. La supuesta comida no se despegaba del plato y lo peor era que estaba más dura que un ladrillo.

—¿Qué hacemos con la carne? — dijo Soonyoung.

—Tiremos los platos —dijo Mingyu con asco.

Todos teníamos hambre y no queríamos cocinar, lo que nos llevó a comer las famosas hamburguesas del Tío Won.

—¡Pido ventana!—gritó Soonyoung.

Realmente no me importaba dónde sentarme, hasta que una fugaz mirada de Joshua me hizo dudar. Era un camino de veinte minutos que no pasaría al lado de él. Tomé los platos llenos de carne pegajosa y los puse en una bolsa de basura.

—Adelante — dijo Seokmin.

—Yo quiero adelante —dije metiendo el último plato.

Pero antes de que pudiera decir algo más, Seokmin empezó a correr hacia el coche.

—¡Maldita sea Seokmin!

Corrí rumbo a la puerta del patio para ganar el lugar. Nadie me quitaría mi lugar, ¡nadie! La bolsa de basura estaba alentando mi paso, y perder no era una opción. La dejé en la bodega para sacarla en la noche. Seokmin ya estaba en la puerta principal cuando yo estaba en la puerta trasera. Los dos nos vimos por un segundo antes de salir corriendo.

—¡Ya te gané!—dijo él en la puerta del coche.

Pero antes de que pudiera entrar, me di la vuelta como si fuera a aceptar mi derrota y entrar por la puerta de atrás. Mientras que los demás llegaban, me pasé al asiento de adelante sin que Seokmin se diera cuenta.

—¿Pero qué rayos?

—Llegaste primero a la puerta, pero no al asiento.

El primero en reír fue Jihoon, y lo único que logró fue que Seokmin me sacase la lengua. Con los chicos en las dos hileras de atrás y Seungcheol manejando, nos fuimos con el tío Won.

Bajé la vista a la radio para buscar una estación, pero solo había tres inútiles estaciones en este pueblo. Cuando subí la vista para ver si me había despeinado, pude ver por el espejo del retrovisor a Joshua, que tenía la vista muy fija en mí. Pasó su mano por su cabello, pero sin quitar sus ojos de mí.

—Siete hamburguesas con todo —le dije a la mesera.

La única mesa disponible para siete personas era en la esquina del restaurante, justo en frente de la barra, donde se encontraban dos chicas rubias y altas. Cuando vieron entrar a los chicos, empezaron su conocido "ritual de apareamiento". El cual consiste en hacer poses exageradas y patéticas mientras se muerden los labios de una manera salvaje mientras juegan con su pelo. Realmente patético. Si lo hicieran un poco más disimulado, tal vez se podrían ver coquetas, pero no fue su caso.

—¿De qué te ríes?—preguntó Joshua.

—Ven a las chicas de allá —dije, señalando discretamente.

Todos los chicos se voltearon para verlas.

—Están ligando con ustedes.

Pude ver cómo Mingyu les guiñaba un ojo y las chicas reían entre dientes.

—Ven, hermano, es hora de hacer lo nuestro —le dijo él a Soonyoung dándole una palmada en la espalda.

No pude evitar lanzarles una papa frita antes de que fueran, pero no podía esperar nada menos de los guapos y mujeriegos de mis amigos. Al cabo de unos minutos, nuestros amigos regresaron con una dirección en mano.

My brother's best friend ツ JihanWhere stories live. Discover now