mystery call

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Al siguiente día, Jeongin y Beomgyu llegaron muy puntual a su turno, dirigiendo la mirada rápidamente hasta la puerta cada que la campanilla indicaba la entrada de un cliente.

El frío se colaba por el techo, al igual que la decepción. Todo apuntaba a que el extraño no volvería.
O al menos eso parecía hasta que el reloj marco las 12:05 pm.

El pelirosa había regresado. 

Ahora, los ojos del par de camareros fueron los únicos que estaba sobre él.
Cómo el día anterior, se adentro al establecimiento con discreción, tomó asiento cerca de la ventana y su vista fue directo a su móvil.

- Te lo dije - menciono victorioso Beomgyu - Este lugar los engancha a todos.

- "Este lugar los engancha a todos" - imitó Jeongin con burla - ¿Quieres callarte?

- ¿Sabes que podría callarme? - sonrió - Una rebanada de tarta y...

- Y tu estúpido capuchino, si, si, si - del mostrador saco la penúltima rebanada de tarta de manzana y se la ofreció con un tenedor. Una falsa sonrisa adorno su rostro - Disfrútala cariño, iré a tomar la orden del ladrón de internet.

Beomgyu no dijo nada más, se dedicó a probar la deliciosa tarta que había preparado Chaeyeon, empleada del turno de la tarde. Sin duda, la manzana en esa época del año sabía a gloria, desgraciadamente no pudo probar otro bocado porque Jeongin regreso a pasos apresurados.

- Ni buenas tardes, ni por favor, ni gracias. Un completo arrogante - mencionó ya detrás de la barra - Quiere otro café con leche, ¿te lo crees?

- Mejor para mí, es fácil de preparar - caminó a la cocina - No te olvides de pagar la apuesta.

- Como digas.

- Hablo enserio, tienes que dejar el dinero en la caja.

- Lo haré, tú solo prepara la orden.

A los pocos minutos, salió de la cocina con su capuchino de vainilla en una mano y el café con leche en la otra. Le paso el segundo de ellos a Jeongin, que regreso para dejarlo en la mesa del pelirosa, mientras él disfrutaba sus alimentos.

- Lo detesto - susurro a penas y entro a la cocina para seguir preparando otros pedidos.

En esta ocasión su estrategia del vaso térmico acompañado por la cuenta, no surgió efecto tan rápido. Él se quedo en sus sitio por lo menos un par de horas más; llevaba una libreta y un bolígrafo, de vez en cuando parecía garabatear algo, borrarlo y empezar otra vez.

- ¿Qué crees que este haciendo?, ya debía haberse marchado.

Beomgyu lo observo - No lo se, parece estar dibujando - siguió glaseando unas donas - tampoco es como que podamos ir y correrlo.

- Deberíamos, le esta quitando el oxígeno a nuestros clientes.

- Te guste o no, él es un cliente.

- Las personas amables pertenecen aquí, ese idiota no es digno.

- ¿Digno? - rio - Esto solo es una cafetería, no el martillo de Thor.

Jeongin rodó los ojos -  El punto es...

Antes de que su compañero siguiera quejándose, un sonido inundo el lugar, así que buscaron de donde provenía. Era el teléfono del pelirosa, una llamada que atendió al instante y que hizo aparecer una sonrisa en su rostro.

- ¡Por dios, creí que no tenía expresiones faciales!

Beomgyu le golpeó ligeramente el antebrazo- Shhh, te va a escuchar.

- Claro que no - sin embargo susurró - ¡Mira!, ya se va. Genial, bendita sea la persona que decidió llamarlo.

Beomgyu dirigió la mirada hacía él, efectivamente estaba sacando dinero de su pantalón y tomando sus cosas. No podía escuchar nada de lo que hablaba, pero se le veía animado, incluso cuando salió todavía llevaba una gran sonrisa.

Misterioso.

Después de esa tarde, el pelirosa regreso cada día a la misma hora durante las siguientes dos semanas y, como pasaba con todos los clientes, sus acciones se convirtieron en rutina para Honey Tea

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Después de esa tarde, el pelirosa regreso cada día a la misma hora durante las siguientes dos semanas y, como pasaba con todos los clientes, sus acciones se convirtieron en rutina para Honey Tea.

Beomgyu dejo de servirle su café con leche en vasos para llevar al tercer día, básicamente porque ya no funcionaba, pero Jeongin siguió dejando la cuenta en la mesa. La mayoría de las veces solo duraba media hora o hasta que su bebida se terminara, pero en otras ocasiones se quedaba con su libreta incluso después de las 02:30, cuando el turno de Beomgyu terminaba.

Sin embargo, un detalle en particular también se había convertido en hábito durante su estadía; la llamada misteriosa. Cuando su teléfono sonaba, el pelirosa dejaba todo lo que estaba haciendo para salir corriendo de la cafetería, siempre con una enorme sonrisa. 

Beomgyu nunca había puesto particular atención a ningún hecho que ocurría en el lugar, es decir, si se interesaba por los clientes y sus historias, podía decir que tenía una buena amistad con la mayoría, algunas charlas o salidas de vez en cuando, pero jamás se involucraba en los aspectos más personales, con frecuencia se recordaba que su trabajo solo era ser un camarero amable y servicial. 

Ahora algo se sentía diferente. Por alguna razón le molestaba que él, específicamente, fuera tan descortés cuando le tomaban su orden y que al cruzar la puerta fuera todo lo contrario, por años había tratado con ese tipo de personas, no tenía sentido sentirse así. ¿Por qué se interesaba?

Una pregunta mejor, ¿Por qué Beomgyu no dejo de pensar en aquello durante esas dos semanas?

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milk coffee | yeongyuWhere stories live. Discover now