Forever | Newt |

43.

Era el.

Era Gally.

Sin saber como reaccionar corrí y me lancé a el, sus manos me sujetaron fuerte de la cintura por el impacto, trató de mantener el equilibrio conmigo encima.

—Hola —dijo—, yo también te extrañé.

Solo pude aferrarme más a el, en parte porque no quería volver a alejarme de el y perderlo de nuevo, también porque sentía que me iba a caer.

Pero mi mente terminó de procesar lo que estaba pasando y me di cuenta de que esto no era posible.

Gally estaba muerto.

Yo lo vi, todos lo hicimos cuando salimos del laboratorio de CRUEL en el laberinto.

Giré un poco mi cuerpo y cabeza aun abrazada a lo que parecía ser mi hermano y miré a Newt.

—Rubio, creo que nos morimos.

Intenté hacer memoria, pero a pesar de lo que pasó en los últimos días seguía viva, si es que a esto se lo podía llamar vida.

Pero noté que todos estaban igual de impactados y confundidos que yo, ninguno tenía palabras.

Gally me bajó y sonrió, cuando estaba a punto de hablar para supongo dar una explicación Thomas lo derribó, lanzándole su puño directamente al rostro,

Por segunda vez... ¿tercera? Los hombres armados nos apuntaron.

Newt y yo nos acercamos al castaño para detenerlo.

—Tam, ya déjalo —pedí.

—Basta, ya basta, Thomas —habló Newt en un tono más elevado.

—Asesinó a Chuck.

—Sí, yo sé. Yo estuve ahí, lo recuerdo. Pero también recuerdo que lo habían picado y perdió la cabeza.

—Tam —le rogué.

—Solo cálmate, ¿si? —pidió por última vez el rubio.

Aún así Thomas se alejó molesto, le extendí la mano a Gally para que pudiera levantarse, el chico sobó su rostro.

—Sí que lo merecía. ¿Alguien más? ¿Sartén? ¿Newt?

No me resistí y estrellé la palma de mi mano contra su frente con toda la fuerza que tuve.

—¿Qué demonios te pasa? —elevé el tono de voz— ¿Dónde se supone que estabas? Creí que habías muerto, idiota —le empujé.

Para este punto había comenzado a derramar unas cuantas lágrimas, tenía tantas emociones encontradas que solo me salía llorar y gritarle.

—Hey, hey.

Newt me tomó de la cintura y me pegó a él, sujetó con una mano fácilmente las mías, y con la otra acarició mi brazo.

—Tranquila, tranquila. Está bien, solo respira.

Respiré y asentí haciendo que me soltara, esta vez por comodidad solo puso una mano en mi cintura.

—Oigan, ¿lo conocen? —preguntó Jorge.

—Es un viejo amigo —Sartén se encargó de responder.

—¿Cómo es esto posible? —preguntó Newt— Todos te vimos morir.

—No, me dejaron para que muriera. Y si no los hubiéramos encontrado estarían todos muertos— Nadie supo que responderle—. ¿Y qué hacen aquí?

—Minho. CRUEL lo tiene aquí —volvió a hablar Newt—. Buscamos como entrar.

—Yo los puedo ayudar— dijo Gally— Vengan conmigo.