SEVEN. ミ gol ganador

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Antonella

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Antonella.

El partido contra México era pura tensión, bueno todos eran así. Pero había algo que hacía que todos estuviesen nerviosos, incluida yo, y quizás era de que estábamos a nada de quedarnos afuera si perdíamos. El primer tiempo fue digamos que tranquilo, estábamos con Diego y los demás como en el partido anterior, en la sala a un lado del túnel y no dejaba de escuchar los gritos de todos. Cuando el primer tiempo terminó cero a cero, Diego fue a ver a los chicos para preguntar si necesitaban algo. Pero se ve que lo sacaron cagando cuando al ratito vino.

Yo seguía sentada en el mismo sillón frente a la tele en la pared y no dejaba de tomar algo, podía ser algo ansioso porque necesitaba desviar mis nervios con algo. El segundo tiempo comenzó y Diego se tuvo que sentar al lado mio para no sufrir un ataque, pero el sillón se movía cada vez que le daba un manotazo al asiento. A los minutos Scaloni hace un cambio y entra Enzo a la cancha, no iba negar que sentí algo extraño y el estómago se me dió vuelta al verlo, dios mio. Disimulé mirando a los demás al lado mío y tragué saliva buscando algo para hacer.

─ ¡Gol! ─ dejé de mirar el celular cuando todos comenzaron a gritar y saltar.

Quedé sentada unos segundos mientras todo eso sucedía al rededor mío, no lo podía creer y no estaba entendiendo tampoco, así que me levanté y me puse a saltar con Diego mientras lo abrazaba. Messi había hecho un golazo. Me volví al sillón y seguí ahí mordiendo mis uñas sin dejar de ver la televisión, cada vez que enfocaban a Enzo me mordía la uña con más fuerza y el corazon se me movía mal. Estaba en la mierda.

Y el corazón literalmente casi se me sale cuando seguí con la mirada a Enzo en el campo que fue y fue hasta el arco y la metió. Hizo gol.

─ ¡Gol!

Volví a quedar sentada dura en sillón sin poder creerlo, más allá del gol, sino porque lo había hecho él justo cuando me dijo que lo iba a hacer, pero era seguro que fue coincidencia o suerte del momento. Me recuperé de la mandíbula por el piso y sonreí levantandome para volver a abrazar a Diego. En partido ya estaba por terminar, y cuando llegó a noventa, agregaron seis minutos que pasaron volando. Y habíamos ganado.

─ Ay la puta ─ me reí nerviosa mientras pasaba las manos por mi jean.

Cuando todos comenzaron a entrar nuevamente a los vestuarios, seguí a Diego y a los demás que fueron al túnel quedándose al costado para ver al equipo pasar y felicitarlos. Pasaron primero los suplentes y después los demás, aunque iban en desorden. Enzo pasó en el medio de los demás y justo lo miré cuando él miró en mi dirección enviándome una sonrisa, aunque ya estaba sonriendo.

Yo solo miré para otro lado tratando de no sonreír y recordé lo que iba a pasar después del partido, por eso estaba tan sonriente el pelotudo. Al final iba el director técnico junto a los demás y Melina, quien era otra que no dejaba de sonreír, hasta creí ver que tenía las mejillas algo húmedas y sonrojadas justo cuando se acercó a mi.

✓ HECHIZAME, enzo fernandezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora