VI

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14 de Noviembre, 1995

El desayuno concluyó y tocó dirigirse a clase, caminó tranquila sobre la multitud de gente sin importar que todos estuvieran apurados menos ella.

Miró a su costado cuando sintió un hombro chocar por accidente con el suyo.

Era Draco.

Le regaló una simple sonrisa y él una mueca de confusión. Sin darse cuenta, ambos habían dejado de caminar y estaban parados en el pasillo ahora vacío.

—Ayer no viniste a comer —habló él y pareció que se castigó internamente por eso.

Luna contestó con su voz suave de siempre sin verse alterada por la actitud extraña de Draco.

—No tenía hambre.

Él solo asintió una vez y un silencio incómodo se plantó en el lugar, de pronto se dieron cuenta que eran los únicos ahí, y Draco se fue sin despedirse, Luna lo vio retirarse pensativa y continuó su camino cuando él dobló una esquina.

Encuentros desprevenidos - Druna Where stories live. Discover now