VII

214 25 1
                                    

20 de Noviembre, 1995

Los días pasaban y la primera pequeña nevada apareció, fue solo por unos pocos minutos y no consiguió cubrir todo de blanco, pero fue suficiente para poner en espíritu a todos los alumnos y profesores.

Luna casi no iba a la torre de astronomía, algunos exámenes no le dejaban gastar tiempo.

Aunque ahora si encontraba a Draco en los pasillos y lo saludaba él ya no fingía no verla, solo pretendía que era una estudiante más, a Luna le pareció un avance.

Luna quedó atrapada nuevamente en la multitud de gente que pasaba, la mayoría eran Slytherins y no comprendió la situación cuando sintió una mano agarrándola y arrastrándola lejos de los demás.

Era un chico de Slytherin al cual no reconoció, ni tampoco reconoció ninguno de los tres chicos que iban detrás de él.

-Bueno, bueno, es la lunática -se burló una chica de cabellos oscuros.

-¿Por qué tan sola? -preguntó el que la había agarrado con falsa pena y sarcasmo.

Luna quedó estupefacta sin entender que hacían y porque.

Todos la miraron de pies a cabeza casi a la vez para observar sus zapatos.

-¿Qué tienes puesto? -cuestionó otro con mueca de asco.

Luna miró sus zapatos sin entender que había de malo.

Los del uniforme los nargles se lo habían llevado así que tuvo que usar otros que decoró ella misma con brillos hace unos meses.

-¡Parece que un unicornio la vomitó! -exclamó la chica y todos estallaron en carcajadas.

Luna siguió confusa, no entendía que había de malo.

-¿Qué está pasando? -cuestionó alguien a lo lejos y se acercó al grupo.

Reconoció los cabellos rubios platinados en cuanto se acercó lo suficiente.

Las miradas de ambos chocaron, la de ella reflejaba confusión y la de él... ¿preocupación?

-Mejor que vayan a clase, la profesora McGonagall no va a perdonarles esto y perderemos puntos -bufó Draco molesto y los cuatro chicos le dieron la razón para irse a toda velocidad.

Draco los irse y recién entonces miró a Luna de nuevo, quedaron en silencio y él estuvo a punto de retirarse hasta que ella lo detuvo.

-Pareces abrumado -comentó y caminó a su lado.

Él no contestó y la ignoró mientras aumentaba su paso.

-No tienes que ir a clase si no quieres, es mejor que te tomes un descanso de vez en cuando...

-¿Por qué estás siguiéndome?

Luna pestañeó un par de veces y quedó en silencio por un instante.

-Porque te veo mal y quiero ayudar.

-No necesito ayuda.

Se fue aún más enojado. Luna no comprendía del todo esa actitud en él.

-Claro que sí, y no está mal decirlo.

Puso una mano en el hombro del chico y él tragó saliva.

-¿A dónde planeas ir sin que nos atrapen?

Luna sonrió y lo tomó de la mano para guiarlo.

Lo guió hasta la torre de astronomía, donde abundaba el silencio y la calma.

Hubo un largo silencio, Draco parecía analizar si quedarse o no, pero parecía muy cómodo como para hacerlo y la presencia de Luna no era molesta como creía.

-¿Por qué haces esto por mí? -pregunta Draco.

Ella espera un momento y ahí habla.

-Porque lo necesitas, puedo notarlo -dice.

Y entonces él se animó a hacerle alguna que otra pregunta sobre ella, pareció entrar en un poco de confianza.

Encuentros desprevenidos - Druna Where stories live. Discover now