Lo más profundo ✿ By Luna ✿ Terminada

Capítulo 2: Los mundos diferentes se atraen.

Nunca había sentido algo así, la vida me mantuvo siempre en paz. Llegaste a abrir las puertas del dolor y a regalar la soledad...

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Dorian se quedó anonadado cuando llegaron a su destino, le parecía una exageración el derroche de lujos que ostentaba la casa de Luke, nunca antes había estado en un lugar así. Entregó su auto a un ballet parking y siguió a Azriel a una distancia prudente hasta un amplio salón iluminado por luces de colores que danzaban por doquier.

Siguió a su protegido a través del inmenso salón que ya estaba completamente lleno de invitados y se detuvo en una esquina cercana a la pequeña tarima alta donde se encontraba el cumpleañero. El pulso de Dorian enloqueció. El joven Tyrell estaba sentado con una pierna sobre el reposabrazos de una silla alta, cual emperador de una corte real. Bajo la tarima, varias personas se turnaban para subir a felicitar al cumpleañero y entregarle algún obsequio.

Estuvo de pie en aquel lugar intentando concentrarse en otra cosa que no fuera el sexy rostro de su joven torturador, cuando de pronto un maestro de ceremonias comenzó a hablar para dar la bienvenida a los invitados e iniciar la fiesta y tras unas pocas palabras invitó a Luke al escenario para que hablara también.

Dorian continuaba asentado en una pared muy cercana a los chicos, por lo que lo pudo ver perfectamente al pasar. Luke estaba radiante, no cabía dudas de que era el dueño total y absoluto de todo ese alboroto. Lo vio subir al pódium como en cámara lenta, pantalón de mezclilla negro con roturas en las rodillas, camisa también negra de una tela que reflejaba la luz ligeramente, unos finos zapatos de vestir y un coat color caramelo que le llegaba hasta las rodillas, a Dorian le pareció la fuente de la elegancia y de la belleza ante sus ojos. Todo este outfit formal contrastaba con su cabello, que en ese momento llevaba de un color verde turquesa y que resaltaba su piel de una manera tan bella que lo hacía parecer un lienzo sobre el que se podía pintar una obra de arte. El militar tragó en seco.

―No tengo mucho que decir, pero mi publicista insistió― escuchó decir a Luke, con esa voz tan sensual y única que le causaba cosquillas en el esternón. ―Solo quiero agradecerles por su presencia en esta noche, para mi todos ustedes son muy importantes, verdaderos amigos...―. Cuando el joven terminó de hablar, Dorian escuchó aplausos por todo el salón y vio como de pronto dejó caer el micrófono sobre el pódium causando un feed-back algo molesto. Lo hizo a propósito para llamar la atención y se vio tan malditamente sexy haciéndolo que Dorian sonrió.

De inmediato música muy alta y movida comenzó a sonar haciendo que todo el mundo se pusiera a saltar y a corear gritos al mismo ritmo.

Cuando el cumpleañero bajó del pódium después de su corto discurso, divisó entre un grupo de personas a aquel que había estado buscando durante toda la noche, mientras daba apretones de manos a todas las personas que encontraba a su paso. Cuando hizo contacto visual con él, articuló muy claramente un "te encontré" para que le leyera los labios y le sonrió ligeramente. Ese era su objetivo de cumpleaños: cogerse al sexy guardaespaldas de su buen amigo Azriel.

"¿Por qué es tan coqueto?" se preguntó Dorian devolviéndole ligeramente la sonrisa.

Algunas horas más tarde, el guardaespaldas se encontraba cerca del salón de buffet, a pocos pasos de su protegido, quien comía y bebía sin control junto a otro de sus amigos, Rowan Tarth. Fue cuando el maestro de ceremonias anunció que un regalo había sido enviado para Luke y que se encontraba en la puerta principal. Todos los invitados salieron corriendo hasta el lugar y el guardaespaldas se encaminó muy calmado manteniendo Azriel dentro de su campo de visión, entonces lo vio.

Una rastra enorme cargaba un Yate Azimut 50 blanco, Dorian se quedó boquiabierto. Se preguntó hasta qué nivel llegaba al alcance de la familia de aquel niño, de qué tamaño era la distancia que los separaba, y entendió por millonésima vez que aquello que sentía por él debía quedarse muy enterrado en su interior, porque de lo contrario sufriría de forma irremediable.

Luke se encaminó hacia la rastra y le dio la vuelta despacio, sin poderlo creer, aquello era demasiado, incluso para sus padres. No estaban allí con él celebrando su cumpleaños, nunca habían estado con él en sus cumpleaños, ni en sus graduaciones, ni en sus recitales de la escuela, no estaban nunca con él, y sin embargo le enviaban un Yate en su cumpleaños número 19. Un enorme yate blanco que no acababa de comprender cómo había podido entrar por el portón principal de la casa.

En la parte posterior del barco, se veía escrito en unas gigantescas letras plateadas la palabra "LUKE", no sabía cómo reaccionar. ―Esto es demasiado― dijo al final, dirigiéndose a Azriel y a Rowan, quienes estaban a su lado acompañándole.

―Esto es increíble―. contrarió Azriel. ―Vamos a divertirnos mucho con esto, tenemos que estrenarlo ya mismo―.

―Es verdad, Luke, tienes un maldito barco― dijo Rowan, emocionado ―Eres el chico más afortunado del mundo, no sabes cómo te envidio―.

Luke no contestó nada. Le parecía absurda la ambigüedad del ser humano. Rowan decía que sentía envidia por él porque tenía un barco a su nombre y, sin embargo, Luke siempre había sentido envidia de sus amigos porque tenían una familia, porque tenían privacidad y poder de decisión en sus vidas, porque podían salir a la calle sin temor, tener amigos sin miedo a estar siendo utilizados, podían tener relaciones amorosas con la certeza de que eran amados, para Luke, sus amigos lo tenían todo.

Un video de felicitación de Jace y Seraphina, los padres de Luke, salió en la pantalla principal cuando los chicos regresaron al salón del evento, Luke sonrió expresando emoción y agradecimiento y sostuvo una corta videollamada con ambos haciendo que muchos de los asistentes expresaran su emoción ante la conmovedora escena familiar.

―Este es el momento― le dijo Rowan a Azriel cuando la llamada culminó y salió corriendo hasta el escenario para arrebatarle el micrófono al maestro de ceremonias de manera inesperada.