Capítulo 4: El talón de Aquiles.

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Los ruidos parecían cantos de ángeles del cielo y no es que yo haya estado allí, sino que aquí no suena nada tan bueno. Sentía un fuego que me acariciaba el alma y me comenzaban a crecer sonrisas en la barba. Tenía alas, para atravesar las nubes y olía tan bien que hasta las flores querían mi perfume. Crecí tanto que a los planetas los tomé en mis manos y jugué con ellos a las metras en segundo plano.

✿✿✿

Dorian asintió, intimidado, e ingresó a la enorme habitación solo iluminada por la luz de la luna. Caminó despacio hasta el balcón y se recargó en la barandilla del fondo sin dejar de mirar a los dos jóvenes que lo acompañaban en aquella estancia. Estaba nervioso, no podía negar que se encontraba alterado, pero necesitaba mantenerse concentrado en Azriel, estaba cumpliendo con una misión, no podía darse el lujo de dejarse afectar por nadie.

Para eso había entrenado, para trabajar bajo presión y pensar frío aún en los momentos menos probables, pero Luke era su jodido talón de Aquiles, aquel que realmente podía hacerlo perder su temple con una simple mirada.

―Quédate aquí sentado y no te muevas ni hables, ¿entendiste? ―. Azriel sintió que fue arrojado de cualquier manera sobre un sofá muy cómodo, donde se acurrucó de inmediato en una esquina. ― ¿Pero por qué? Quiero seguir bailando allá abajo ¿Dónde está Lennox? ―.

―Gracias a Dios que confiscamos los celulares a todos los invitados, de lo contrario, tendrías muchas cosas de las que arrepentirte mañana― contestó Luke, haciendo un bufido. ―Tómate esto, te ayudará a despejarte un poco y luego podrás bajar de nuevo. ―Le dio un vaso con agua a su ebrio amigo y caminó hasta el balcón contiguo a la habitación para encontrarse Dorian.

―Aquí tienes a tu protegido, a salvo y a la vista― comentó, acercándose mucho al militar que lo miraba con una expresión de fingida indiferencia que Luke sabía leer muy bien. ―Así que espero que ahora si puedas hablar un poco conmigo, es mi cumpleaños ―dijo el chico, mordiéndose ligeramente el labio inferior―.

―Señor Tyrell―. Dorian respiró hondo ―Ya le he comentado que no puedo perder mi concentración cuando estoy en servicio, necesito enfocarme en Azriel―.

―Lo entiendo bien, pero en ese sofá no le va a pasar nada― dijo el más joven, mirando al guardaespaldas a los ojos. ―De verdad quiero que salgamos por ahí, dime que sí. No he podido dejar de pensar en ti―.

Dorian sentía su corazón tamborilear como un telégrafo, el rostro tan dulce de Luke, sus labios sonrosados y su cabello verde lo estaban invitando a tomarlo allí mismo y besarlo hasta dejarlo sin aliento. Pero no podía, no era correcto. Si tan solo no fuera el mejor amigo de su protegido, si tan solo no fuera el hijo de una de las familias más conocidas de Escocia, si tan solo no tuviera 19 años.

―Luke...― dejó escapar, arrepintiéndose al instante.

―Que bien suenas al pronunciar mi nombre, Dorian, dilo otra vez―.

―Señor Tyrell, por favor―. Vio al chico hacer un pequeño puchero de decepción que se quiso comer allí mismo, pero se autocontroló. ―No puedo salir con usted, es solo un niño por Dios, y uno bastante influyente, además― Se volteó en la barandilla dando el frente a una amplia extensión de jardines muy bien cuidados. En ese lado de la casa los invitados no tenían acceso, por lo que el terreno estaba completamente vacío. ―Tiene que dejar de hacer esto, no es correcto. Soy mucho mayor que usted y soy un subteniente de las Fuerzas Armadas de Escocia, mi deber es protegerlo―.

―Pues entonces, protégeme― Comentó, causando que a Dorian se le detuviera por un segundo el corazón. ―Puedo contratarte como mi guardaespaldas también. El lunes tengo que ir al Blue Mall a la premier de la colaboración que hice con Chanel, seguro voy a estar en peligro con tantas personas allí queriendo acercarse a mi―.

Lo más profundo ✿ By Luna ✿ TerminadaWhere stories live. Discover now