Lo más profundo ✿ By Luna ✿ Terminada

Capítulo 9: La antesala a la perdición.

¿Y cómo vas a ser mi amigo si tu dosis de saliva es mi hipnosis regresiva? Si estoy viéndote dormido pensando que no hay quietud que me mueva más la vida...

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Cuando pensaba que todo estaba perdido, sintió unas manos posarse en su pecho y alejarlo de un empujón hacia atrás. Un hombre con traje negro se colocó frente a su cuerpo como una barrera y abrió las manos, junto con varios hombres más vestidos con uniformes de seguridad. Luke respiró agitado, intentando recuperar el aliento que no sabía que había perdido y al prestar más atención a su inesperado salvador se percató al fin de quién era.

―Dorian...― dijo mucho más calmado, recobrando la certeza de que podría salir bien librado de aquel pequeño percance.

―El Sr. Tyrell tiene muchos compromisos que atender, ya debe retirarse― le escuchó decir con un tono imperativo y demandante, a lo que el gentío respondió con expresiones de descontento.

Dorian lo tomó por el brazo para escoltarlo fuera de la plaza en el centro de una muralla humana compuesta por todos los hombres de seguridad que habían llegado junto a él. Luke caminó tranquilo a su lado, siendo fotografiado por un montón de personas que aún los seguían y cuando se tocó la mejilla herida despacio sus dedos se mancharon con un poco de sangre.

Podía percibir que Dorian se encontraba profundamente molesto, las venas del cuello se le marcaban por la tensión y llevaba los puños cerrados con fuerza. La actitud del militar lo hizo pensar en todas las imágenes que debían estar circulando por las redes sociales, entendió que sus amigos y sus padres sin duda las verían, y por alguna razón se sintió muy culpable.

― ¡Estás demente, niño! ― gritó Dorian, cuando se encontraron a salvo, dentro del auto que tenía asignado. ― ¿Cómo te atreves a salir así a la calle, sin ningún tipo de protección? ¿Acaso no te importa lo que pueda pasarte?

El tono de voz molesto y recriminador de Dorian hizo que Luke se sintiera molesto también, pero sabía que no se debía del todo a él, sino a haberse visto expuesto de esa forma por su propia culpa.

―Fue un accidente, no estaba en mis planes que se me levantara la capucha― contestó, haciendo un bufido y mirando hacia la calle a través del cristal.

― ¡Es que no puedes salir solo! ― insistió el militar, bajando la voz a una más bien preocupada. ―Eres una maldita celebridad, Luke, no puedes exponerte así―.

―Lo sé y te agradezco por ayudarme a salir de ahí― Contestó Luke, sin dejar de mirar a la calle. ―Pero cuida un poco más tu tono, ahora estás siendo impertinente―.

―Tienes razón, lo siento― contestó, intentando tranquilizarse.

Tomó al chico muy suavemente por la barbilla y lo obligó a voltear el rostro, un pequeño arañazo rojo surcaba el centro de su mejilla izquierda, y la piel que lo bordeaba comenzaba a amoratarse. El militar respiró hondo al verlo, sintió una enorme ira creciente nacer en su pecho y nublarle poco a poco la mente, alguien había lastimado a Luke frente a sus ojos y no había podido hacer nada para evitarlo.

―Uno de esos malditos hijos de puta te hizo daño― dijo Dorian, levantando las manos para tocar su mejilla y alejándola de inmediato al entender que era una pésima idea.

―No es nada, no te preocupes― dijo el joven, restándole importancia. ―Y no hables así de ellos, es normal que reaccionen de esa forma al ver a una persona que admiran, fue mi culpa al final, no fui cuidadoso―.

―No los justifiques― contestó Dorian, tratando se calmarse.  ―Nada justifica esa actitud cavernícola―.

―Te repito que estoy bien, Dorian. Solo llévame a casa por favor―.