Reencuentro

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—oh, es Javier— Memo tomó el celular que estaba en la mesa sonando y contestó —si? ... ir a tu casa? Claro, vamos en unos momentos— colgó para tocar la espalda de Lionel quien estaba durmiendo tranquilo a su lado.

—mi amor, despierta— daba toques suaves con su dedo —vamos a casa de Javi— al ver que su alfa ya estaba despertando el se sentó para ponerse las pantuflas. Leo se sentó también tallando sus ojos.

—es otra fiesta o algo así?—

—no tengo idea, pero pidió que fuéramos— Ochoa tomó un peine para cepillar sus rizos, a esa hora eran un desastre total y necesitaba desenredarlos.

—oye!!!— reclamó Messi

—que pasa?— Guillermo volteó a verlo.

—eso lo haré yo— Leo se acomodó para tomar el peine, con suavidad lo pasaba por los cabellos de su omega, Memo amaba la sensación que le provocaba ser peinado por su amado.

Poco a poco los fue acomodando, puso la banda para que no se fueran hacia el frente.

—listo cielo—

—muchas gracias—

El se había bañado de madrugada por los bochornos que le causaba el embarazo, Lionel era quien no se había bañado desde el día anterior

—yo ya casi estoy listo— Ochoa se ponía una camisa tipo polo, era algunas tallas extra para evitar que su vientre se notara.  También un pantalón negro y tenis.

—yo ahorita, debo ducharme— Messi entró al baño para abrir la llave de la regadera, se quitó la ropa y se metió a bañar.

Guillermo bajó a la cocina a preparar algo rápido, unos huevos a la mexicana con tortillas y frijoles refritos.

—mmm, cuántas tortillas se comerá el? Unas cuatro y yo otras cuatro— las sacaba del comal con rapidez y las puso en una servilleta con el escudo del América tejido. Se la habían regalado en tiempos anteriores cuando era portero del equipo, una señora lo abrazó y se la dió así que la valoraba mucho.

Lio bajó después de terminar de arreglarse, el iba con bermudas beige y camisa de piñitas, también tenis.

—que huele tan rico?— entró a la cocina y acercó su rostro al cuello de su amado para olerlo mientras lo tomaba de la cintura.

—puedo ser yo o también el desayuno, primero come eso y después me comer a mi si quieres— puso las últimas tortillas en la mesa.

—llegando de a donde vamos me voy a comer al chef— se separó para sentarse, lo que veía en los platos era nuevo y diferente a lo que el estaba acostumbrado.

Memo apagó la estufa y se sentó a desayunar con su amado, observó como el tomaba una tortilla pero su manera de comer era graciosa, primero comía el huevo con la cuchara y después le daba la mordida a su tortilla como si de una tostada se tratase.

—amor, hazlo así— tomó la tortilla y la agitó un par de veces para enfriarla, después la puso encima del huevo y tomó una buena cantidad, tras eso la enrolló haciendo un doblez al final para evitar que se saliera el contenido.

—ya así se come, es un taco—

Messi lo hizo como le indicaron, el brillo en sus ojos se intensificó al morder el taco, era tan delicioso.

—woww, esto es increíble, me encanta— ambos sonrieron y siguieron comiendo, tras un rato Ochoa levantó la servilleta y notó que su tortilla no estaba. Volteó a ver al alfa.

—hey!!! te comiste mi tortilla— Leo le había dado la primer mordida apenas

—y..yo lo siento— aún así no se detuvo de comerla. —te calentaré otra si?— se levantó y encendió el comal, puso la tortilla y dejó que se calentara, pero el problema era darle la vuelta, se quemó dos veces la yema del dedo pero valió la pena al ver la carita de felicidad de su omega al recibir su tortilla calientita.

Amor en fase de gruposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora