Funeral

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Al entrar la policía a esa gran casa no había nadie. Con lágrimas en los ojos y el suéter lleno de sangre Lionel tuvo que salir de ahí antes de la llegada. Necesitaba encontrar a Guillermo por lo que corrió sin importar nada, el dolor que le provocaba el fallecimiento de su mejor amigo tampoco lo detenía. Solo unas palabras resonaban en su mente.

"Cuida bien de Memo y de mi sobrino"

Al llegar a aproximadamente dos cuadras encontró a su omega tras un árbol y lo abrazó como si no lo hubiera visto en demasiados años.

Ambos se soltaron a llorar por lo que había sucedido. No podían creer que habían presenciado un asesinato y por esa misma persona que tan imposible les había hecho la existencia.

—ya no quiero esto por favor, me duele—

—no, no mereces esto mi cielo— escuchó varios vehículos. Sabía que era la prensa y no quería exponer más a su familia. —ven, vámonos— lo ayudó a levantarse y caminaron rápidamente al auto de Lionel el cual estaba pasando la calle y no a una distancia cercana a esa casa, con cuidado subieron y arrancó.

Ver a su omega llorar le provocaba demasiados sentimientos encontrados. No podía darse el lujo de llorar en ese momento a pesar de todo.

La noticia se esparció como vapor, el mundo estaba conmocionado ante la muerte de un grande del fútbol.

Al llegar Leo no estacionó el auto, lo dejó en el garaje mal acomodado, bajó para ir a la puerta del copiloto y abrirla.

Como pudo tomó a Guillermo quien se apegó a su pecho aún llorando. Le dolía tanto, se sentía culpable. Fue a la habitación y lo recostó en la cama mientras tomaba su mano. Leo besó su frente y suspiró para poder calmarlo. El no lloraba.

—es mi culpa, por mi culpa murió—

—no, jamás lo será mi amor, jamás— Messi tomó su mano para besarla, sin embargo no pudo contenerse. Lágrima cayeron por sus mejillas, no podía guardarse ese dolor.

[...]

El funeral se realizó en el estadio azteca, aficionados y jugadores de todas partes del mundo se reunieron para dejar un manto de flores alrededor del ataúd de Sergio Kun Agüero. La cancha estaba totalmente teñida de blanco por los pétalos.

Scaloni llegó a México ese mismo día para presenciarlo. Estaba en uno de los vestidores junto a Messi y Ochoa quienes entraron con protección y guardias a quienes el mismo había contratado.

—Lio, después de todo lo que me has contado quiero decirte que tu no eres culpable para nada de esto, así que eres quien merece dar el discurso de despedida— lo miraba a los ojos mientras sujetaba sus hombros, sabía de dolor por el cual estaba pasando.

—el así lo habría querido—

Lionel asintió aun inseguro pero sabía que su amigo merecía una gran despedida, dió su vida para salvarlos.

Al momento de salir y acercarse a la caja tomó un micrófono, era un momento duro ya que era la última vez que estaría cerca de quien lo acompañó tanto tiempo. Tomó aire y comenzó a hablar.

—Mi querido amigo Sergio, siempre fuiste alguien increíble y con una vibra alegre, para mi eras parte de mi familia y siempre lo serás, realmente te agradezco por todo lo que has hecho y te admiro, eres un campeón— no podía continuar. Se estaba quebrando frente a miles de personas. 

Scaloni se acercó y tomó el micrófono para dar las siguientes palabras, le indicó a Leo que fuera adentro para que pudiera tranquilizarse.

El alfa entró a abrazar a su omega, ambos parecían no haber dormido, la sensación de culpa los atormentaba fuertemente, habían visto un artículo donde el Tata martino hablaba sobre el escándalo de ellos.

—yo ya no quiero más esto, no podemos hacer nada contra el, jamás seremos felices?— Memo volvió a llorar, sentía que nunca podría ser realmente feliz y pleno.

Mientras tanto en la cancha los jugadores de Argentina, Barcelona, atlético de Madrid y el Manchester city hicieron una formación alrededor del ataud y una reverencia en honor a su compañero.

La escena era demasiado emotiva, todos en el estadio estaban llorando.

La ceremonia finalizó y lo demás se llevó a cabo de una manera privada. El cuerpo del Kun sería llevado a su país de origen.

Sin embargo una conferencia de prensa sería convocada. Scaloni hablaba con Memo y Lionel en casa del omega.

—no sé quien realizó esa estúpida conferencia de prensa pero pidieron que tu fueras Guillermo, quieren que hables sobre el reciente escandalo— el hombre estaba preocupado por Ochoa quien ya tenía siete meses y medio de embarazo.

—que? No, no pueden hacerle esto— Leo se puso a la defensiva, no quería que lo hiciera, se estaría exponiendo y al frijolito.

—miren, voy....— el director técnico argentino paró de hablar al escuchar la puerta y fue a abrirla.

—Scaloni que gusto, vine en cuanto me contaste el asunto y aparte por que me preocupa mi muchacho—

—gracias por venir Miguel, se que tu has apoyado a Memo muchas veces y aparte eres mi confidente— ambos se abrazaron y entraron.

—señor piojo— Guillermo se levantó para abrazarlo, lo apreciaba mucho.

—mi chico, mira que grande está este bebé, seguro será igual de talentoso que sus papás— se sentó a un lado de Scaloni.

—bien, estaba pensando en poner una excusa para evitar que vayas a la conferencia...— todos lo miraban atentamente hasta que Memo se levantó.

—yo, iré, daré esa conferencia— estaba demasiado seguro de su decisión pero era observado con preocupación.

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Comentario del autor: estoy enfermo de gripa y es demasiado horrible, no paro de estornudar

No, no les voy a pagar terapia

Los amo

Amor en fase de gruposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora